Salta: no a la prescripción de la causa contra el cura Lamas

En 2018 cuando el movimiento de mujeres inundó las calles con la marea verde por la legalización del aborto, en nuestra provincia se conocía por los medios de comunicación el testimonio de Juan Carlos García, quien llevaba un año de haber denunciado los abusos sexuales sufridos en su infancia siendo monaguillo, por parte del cura Emilio Raimundo Lamas, que estaba a cargo de la Parroquia de Rosario de Lerma en 1.991. Juan Carlos llevaba años dando la pelea en solitario, primero para romper el silencio después de mucho dolor, y luego para enfrentar las reiteradas negaciones de integrantes de la Iglesia. Aun así logró que entre 2.016 al 2.017 el tribunal eclesiástico investigara la denuncia, fue otro calvario, donde el mismo Lamas reconoció haber cometido el abuso, pero tras la propuesta de un miembro de la Iglesia Católica de resarcimiento económico por su silencio, Juan Carlos confirmó que allí no conseguiría justicia.  Pero los audios de esta conversación se viralizaron junto al relato de los abusos, el repudio público fue tal que obligó a la Iglesia Católica a actuar frente a la presión de la sociedad, expulsando al sacerdote Lamas en octubre de 2.018.

Todo esto impulsó a Juan Carlos a llevar su caso a la justicia provincial, donde se utilizó todo tipo de maniobras para encubrir al ex sacerdote: negación de lo sucedido, pedir la prescripción de la denuncia y negar la disposición de la investigación eclesiástica que habían realizado años anteriores. Pero esta vez ya no estaba solo, se sumó la denuncia de Carla Morales, quien también había sufrido abuso sexual por parte de Lamas durante su adolescencia, el apoyo del movimiento de mujeres y disidencias y además dieron a conocer la existencia de más víctimas que por temor y vergüenza, aún no se animan a enfrentarlo en la justicia.  La causa siguió curso, Lamas fue detenido, y aunque fue beneficiado con la prisión domiciliaria, se avanzó hasta convertirlo en el primer cura en ir a juicio por abuso de menores en la provincia. 

El arzobispo Mario Cargnello en un fuerte cruce con los medios de comunicación y la justicia, se negó a brindar los expedientes del proceso canónico del cura, amparándose en la normativa de esta institución encubridora, por lo que la justicia dictaminó un allanamiento al arzobispado. También se negó a presentarse en tribunales, enviando su declaración por escrito. Aun así por la fuerte presión de Juan Carlos y Carla junto al movimiento de mujeres, les recibió en el arzobispado, poniéndose a disposición, pero dentro de los procedimientos eclesiásticos, nuevamente demostrando lo retrogrado de la institución que representa.

El juicio por violación contra el ex cura Lamas debió haber comenzado a principio de mes, pero en medio de la pandemia y  debido a que la defensa presentó un recurso para que la causa prescriba, el juicio se encuentra suspendido. Ahora son los 9 jueces que integran la Corte de Justicia de Salta los que van a decidir, si le otorgan este beneficio garantizándole la impunidad o si lo llevarán a juicio oral y público. 

Ante esto desde la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Salta se inició una campaña nacional por la no prescripción de la causa contra Lamas, llamando a repudiar y exigiendo que a todos los curas abusadores se los lleve a juicio. Desde Juntas y a la Izquierda y el MST somos parte de la misma y convocamos a sumarse a lo largo y ancho del país.

Modus operandi de la Iglesia Católica

¿Como es que la Iglesia no actuó antes? ¿Por qué? ¿Cómo es el accionar ante la denuncia de abusos sexuales? Estas preguntas y otras más podríamos seguir haciéndonos. La Iglesia Católica actúa con un “Modus Operandi” por vía de su estructura eclesiástica, que facilita tanto la pedofilia, el sometimiento de monjas y todo tipo de abusos sexuales, como su ocultamiento e impunidad. Por eso cuando las víctimas se animan a hablar la Iglesia comienza a actuar para que no se conozca, manipulando a la familia y si son varias las víctimas de abuso, recurre al traslado del cura abusador a otra provincia o país, como lo hicieron con Lamas enviándolo a Bolivia, Tarija y hasta nombrándolo arzobispo, nefasto accionar de esta institución encubridora.

Lo pudimos constatar en la Cumbre Vaticana por abusos sexuales del año pasado, convocada por Francisco frente a las denuncias y el desprestigio social de la institución que representa, donde quedó claro una vez más que la Iglesia solo beneficia el silencio “sagrado” y la hipocresía . Pedir perdón por los abusos no es suficiente ¡queremos terminar con la opresión y los abusos de esta institución machista y patriarcal, y terminar sobre todo con la impunidad!

¡El que quiera un cura que se lo pague!

La misma institución retrograda, verticalista, basada en el celibato, el secreto confesional y conducida por hombres, donde las mujeres tienen un rango inferior, es la que se opuso y opone históricamente a la ley de divorcio, de matrimonio igualitario, de identidad de género. Y la que en la actualidad rechaza la ESI y ataca con su campaña contra la “ideología de género” a las disidencias, la legalización del aborto y a vivir nuestra sexualidad libremente. Por todo esto es que no le cederemos las calles y exigimos la Separación de la Iglesia del Estado, que debe ser totalmente laico sin ninguna intromisión, y la anulación de todos los subsidios nacionales y provinciales a la educación privada. Con esos $36.000 millones hoy se podría hacer frente a la pandemia y destinarlo a la salud para garantizar salarios acordes a la canasta básica familiar, mayor personal, camas, respiradores, etc. y a la educación pública, para garantizar el acceso a internet, dispositivos y sobre todo una ESI con perspectiva de género y disidente. 

El que quiera un cura que se lo pague con la plata de su bolsillo, no con la plata de les que no nos sentimos representades por esta institución. 

Nuestras propuestas:

Desde Juntas  y a la Izquierda y el MST acompañamos a las víctimas y nos sumamos a esta campaña contra la posible prescripción de la causa al ex cura Lamas y además proponemos:

  • Prohibir por ley a los curas estar a solas con menores, para poder proteger efectivamente a nuestres niñes y adolescentes de la pedofilia de los curas.
  • Crear una comisión investigadora independiente que pueda elevar todo a la justicia, integrada por las víctimas, familiares, especialistas y referentes de derechos humanos, de organizaciones feministas y de la comunidad LGBTI.
  • Apertura de todos los archivos de la Iglesia, para que vayan a juicio todos los curas abusadores y junto con esto abolir el secreto pontificio, para terminar con el silencio, encubrimiento y la impunidad. No al punto final de las causas por abusos eclesiásticos.
  • Anular su status como persona jurídica pública, se debe reformar el Código Civil para que la Iglesia deje de tener el privilegio de anteponer el derecho canónico a las leyes nacionales.
  • Anular los subsidios del Estado a la educación religiosa, no más financiamiento público millonario para las escuelas privadas y confesionales, que no cumplen con la ESI amparándose en la ley 26.150.

 

Ana Paula Bautista y Andrea Villegas