Emergencia de género: sin presupuesto real las medidas quedan en el papel

Con un discurso de unidad, el oficialismo y la oposición, aprobaron la emergencia en violencia de género en el Concejo Deliberante de Paraná. Como las mentiras tienen patas cortas y de promesas estamos cansades, te contamos nuestra opinión sobre esta nueva farsa.

Escribe: Nadia Burgos

Por unanimidad se declaró la emergencia en violencia de género en la capital provincial. No es la primera vez que se toma esta medida, ya había sido decretada en 2016 y por el término de dos años, con una prórroga que nunca se ejecutó. Esta vez la iniciativa la tomó un concejal del Pro, Maximiliano Paulín, presentando un proyecto con 22 artículos. Se discutió en la comisión de equidad de género del HCD con participación de áreas de género y diversidad de la municipalidad. El resultado del “consenso entre los bloques” fue una ordenanza de 9 artículos, sin presupuesto ni medidas concretas. La emergencia declarada busca: “…optimizar los recursos municipales   necesarios   para   el   correcto   y   eficaz   funcionamiento   de   los programas municipales de atención a mujeres víctimas de violencia, que diseñan y ejecutan políticas y acciones tendientes a garantizar la prevención, asistencia y erradicación de violencia contra las Mujeres” [1]. Pero de cómo lograrlo, ni una palabra.

¡Nuestras vidas valen!

El reclamo histórico de la emergencia se acompaña con la exigencia de un presupuesto real. El artículo 2 de la ordenanza refiere al presupuesto. Se limita a otorgar al ejecutivo la potestad de reasignar las partidas presupuestarias que sean necesarias. No sólo no prevé presupuesto específico, sino que además no establece un presupuesto mínimo para futuras partidas. Peor aún, establece que las partidas no tengan que ser menores a las actuales, dando lugar a la posibilidad de que se congelen los aumentos presupuestarios destinados a prevenir y erradicar la violencia de género.

Además, al facultar al Poder Ejecutivo para aplicar una mirada transversal con perspectiva de género, y no establecer un presupuesto mínimo, deja abierta la posibilidad de que se contemple como el presupuesto de esta emergencia a las partidas ya destinadas en las áreas de mujeres y diversidad.

Mientras les concejales del Frente de Todos, de Cambiemos y de Paraná Futura festejan esta ordenanza y se jactan de introducir una perspectiva de género en la municipalidad, las compañeras que trabajan en las áreas de género no saben cómo hacer para enfrentar la realidad del aumento de las urgencias y denuncias en este contexto de aislamiento. Esto solo demuestra que la ordenanza es inaplicable y que la votación por unanimidad es solo un acting para decir que algo están haciendo, mientras todo sigue igual.

¿Y quién controla la aplicación?

La discusión de esta ordenanza no contempló la voz de las organizaciones de mujeres y disidencia que la venimos exigiendo hace años. Si bien plantea la creación de una comisión de seguimiento, la misma estará representada por las mismas personas a quien se debe supervisar. Conformada por una representante de la subsecretaria de la mujeres y diversidad, más une representante de cada bloque del HCD, solo contempla la apertura e invitación a sectores universitarios, sociales, y de la sociedad sin aclarar el carácter de esa participación. Nuevamente se niegan a conformar espacios democráticos y con anclaje territorial que permita una mirada más real de la situación que vivimos a diario.

La emergencia que necesitamos

Desde Juntas y a la Izquierda y el MST en el FIT Unidad creemos central repudiar esta farsa y exigir medidas integrales. Ninguna ordenanza que se sancione va a ser una verdadera herramienta, si no contempla un presupuesto real que fortalezca los refugios que existen. Una ordenanza con una perspectiva de género seria, implementaría un plan que permita la creación de un refugio cada 10 mil habitantes como establecen las recomendaciones internacionales.

Es importante destacar que, para erradicar la violencia de género, el intendente, Adán Bahl, tendría que terminar con los contratos basuras, ya que la precarización es una de las violencias que el municipio ejerce, pero no cuestiona ni discute. Sumado a esto, para reforzar las medidas preventivas, hay que hacer una real implementación de la ESI en todos los ámbitos educativos, comenzando con los jardines de primera infancia. Otro aspecto infaltable, para atacar este flagelo, es la urgente implementación del cupo laboral trans y la reincorporación de les compañeres despedides. Nuestra ciudad tiene travesticidios impunes, no podemos permitir que la municipalidad siga incumpliendo su deber histórico de garantizar derechos a la comunidad trava y trans.

Ninguna medida que funcione como parche se puede festejar. La aplicación de las leyes nacionales, provinciales y municipales, la perspectiva de género, y una respuesta integral solo se van a alcanzar si se empiezan a incorporar la mirada y lucha de organizaciones de feministas, familiares y víctimas de violencia de género. Es fundamental la intervención social cuando hablamos de problemáticas sociales tan complejas, sin estas voces es imposible combatir y erradicar la violencia patriarcal.

[1] Emergencia Pública en materia social contra la Violencia de Género y Feminicidio https://media-2.paginapolitica.com/docs/2020/07/16/1594941268.pdf#viewer.action=download