Mendoza record de casos y riesgo de colapso
El mes de julio significó claramente un salto cualitativo en la circulación del virus en la provincia. Más del 80% de los casos se concentraron en este mes y en el día de ayer se alcanzó el récord con 74 casos diagnosticados. Con 30 casos sin nexo epidemiológico, la Ministra de Salud tuvo por fin que reconocer que existe circulación viral comunitaria.
El negacionismo del gobierno además de desinformar y confundir a la población, estuvo siempre al servicio de los intereses de los empresarios y comerciantes, que para no perder dinero le exigieron siempre al gobierno que liberara más y más actividades. Pero sin los testeos suficientes como reclamábamos nosotros desde el comienzo, se facilitó la extensión de contagios en el transporte, policías, bancarios y personal de salud. Esto último es gravísimo no sólo por el número muy grande de infectados, sino porque ha llevado al casi cierre de hospitales públicos como el Lagomaggiore y una situación muy comprometida en varias clínicas privadas. El mal manejo de sanitario, ha llevado a saturar la ocupación de camas en el Gran Mendoza, por lo que los enfermos están siendo derivados a Hospitales en el Interior de la provincia, con el riesgo de trasladar los contagios hacia zonas que no tenían prácticamente casos. Para rematarla, como denunció el personal de la salud no se tuvo la precaución de hacer equipos con turnos rotativos de 14 días, de modo que los contagios se están produciendo de manera horizontal y no controlada entre ellos.
Al igual que en Buenos Aires, el gobernador Suárez opta por trasladar la responsabilidad a la gente, culpándola por no cuidarse o directamente multarla, cuando ellos mismos son los responsables de la apertura temprana y no controlada de la cuarentena. Exigimos medidas de fondo, no sólo para cuidar al personal de salud mediante testeos masivos, equipos e insumos necesarios, sino de asistencia económica real y concreta de $ 40.000 mensuales para todos aquellos que no tienen salarios y se ven en la necesidad de salir a trabajar para no morir de hambre.
Gerardo Uceda