Cuerpos disidentes

Somos cuerpos disidentes de la norma que nos impone una sociedad que estandariza, controla y reprime definiendo lo bello, lo sano; que nos desprecia, que plantea la validez o invalidez de los cuerpos. En definitiva, queremos romper con la matriz que nos organiza no solo corporalmente, sino también como personas.

Body positive: ¿política real o adaptación al sistema?

Esta corriente o movimiento del cuerpo en positivo en el mundo de habla hispana se inicia a principios de 2007, cuando nace la revista Belleza XL: la primera revista para el sector de tallas grandes, que abrió el debate en América Latina.

“Delgadas, gordas, musculadas, altas, bajas… En el body positive todas las personas y cuerpos son bienvenidos, sin importar el color de piel ni la cifra que marque la báscula. Este movimiento nos empuja a amar nuestras imperfecciones, como estrías, celulitis, marcas, pecas o kilos de más, que habitualmente intentamos esconder bajo la ropa. Afortunadamente, son muchos los rostros conocidos y marcas de diferentes sectores que se han sentido identificadas con este concepto y han utilizado su posición para actuar como altavoz.”

Esta cita de la revista Hola! nos marca con claridad cómo los medios hegemónicos perciben a los cuerpos que escapan a la norma impuesta. Nos hablan de cómo muchos rostros famosos y grandes marcas se sienten identificadas con este movimiento, pero poco hablan o reflejan lo real que hay detrás de esta manera de sentir, comprender, ver la vida. Es notable cómo se apropian de las luchas construidas a lo largo de la historia por el movimiento de mujeres y disidencias para tratar de vender más y aumentar sus ganancias con un discurso “progre” que llama a potenciar la autoestima.

Párrafo aparte quiero darle al concepto, desde mi perspectiva estrategia de marketing, talla grande o plus size. Fue una creación de la industria textil estadounidense, que empezó a masificarse en los años ’20, una década del siglo pasado en que la moda rompió con varios esquemas y los ideales físicos de las mujeres de épocas anteriores. Si antes se destacaban las siluetas más curvilíneas, producto del corsé que afinaba la cintura y realzaba las caderas y el busto, tras la Primera Guerra Mundial se impuso el arquetipo de figuras más delgadas, que ocultaban la cintura y el busto dando paso así a una nueva concepción de los cuerpos y estableciendo la nueva hegemonía.

Esta estrategia de marketing en los últimos años reavivó la controversia sobre el concepto de moda para mujeres de tallas grandes o plus size y contra la obsesión por el cuerpo supuestamente perfecto e inalcanzable. También es cierto que cada vez se amplía la mirada y las marcas apuestan por la diversidad en las siluetas, aunque aún muchas cataloguen como plus size a los cuerpos cuyas figuras superan la talla 42…

En definitiva, lo único que hace el sistema capitalista es utilizar en su beneficio todas nuestras luchas y demandas, muchas veces encarnadas en personas tipo modelo, para aumentar sus ganancias y lejos están de considerarnos sujetes de derechos.

Sistema de salud y patologización de la gordura

Las personas gordas o no hegemónicas tenemos que sufrir, además, la discriminación de nuestros cuerpos por medio de un sistema de salud muy unidireccional, que a veces, replica los estereotipos sociales vigentes, no contempla la diversidad corporal y es estigmatizante. Asimismo consideramos pertinente diferenciar ciertos conceptos. En lenguaje popular, al hablar de gordura se incluyen tres conceptos que en realidad son distintos: el biotipo constitucional (factores genéticos), el sobrepeso (factor de riesgo) y la obesidad (enfermedad). También es relevante marcar que muchos cuerpos no necesariamente son gordos sólo porque comen más o se mueven poco, sino entender que hay una serie de elementos que influyen: socio-culturales, psicológicos, biológicos, genéticos, emocionales.

Algunas personas son consideradas gordas por voluntad, pero muchas tienen alguna enfermedad que les provoca una acumulación de tejido adiposo o están tomando una medicación que les causa gordura o son gordas porque así es su metabolismo.

A su vez debemos tener en cuenta que los cuerpos hegemónicos no son sólo los “flacos”. Tampoco son obviamente nuestros enemigos porque muchas veces también sufren agresiones por su aspecto físico. Nuestro verdadero enemigo es el sistema capitalista y patriarcal, que discrimina y oprime de manera constante. Por eso asociar toda gordura a enfermedad, y toda delgadez como sinónimo de lo sano, no se condice con la diversidad corporal que encarnamos los seres humanos.

La perspectiva que necesitamos

Creemos que para terminar con la opresión que sufrimos las personas no hegemónicas es necesario luchar por una posición que abarque todas las corporalidades, mediante la real implementación de la ESI con perspectiva de género y que contemple las disidencias sexuales y también de los cuerpos. Por un sistema de salud integral que comprenda las diversidades corporales. Resulta indispensable que se aplique el Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI), como también la Ley 12.665 de Talles. Además, el desarrollo de infraestructura para la diversidad corporal, para que tengamos derecho a movernos en libertad para no ser expulsades del espacio público-privado.

Es muy necesario y urgente que nos organicemos para dar batalla y pelear en todos los espacios posibles contra un sistema que lo único que hace es oprimirnos y profundizar las desigualdades en todas sus expresiones.

Eliana Maidana