A las 14hs seguí el plenario de la Conferencia del FIT-U

En la noche del viernes, finalizó la segunda tanda de paneles de la Conferencia Latinoamericana y de los EEUU del FIT-Unidad. Habiendo terminado esta etapa de importantes debates que duró dos jornadas, sobre situación internacional, Latinoamericana y sobre el movimiento obrero, pasamos ahora al plenario central de la Conferencia, donde se dará continuidad a todos estos debates y se incorporarán otros temas generales y específicos de países y regiones.

El plenario que arranca a las 14hs, contará con una apertura con una intervención de cada una de las fuerzas convocantes, de nuestra parte hablará Alejandro Bodart, dirigente del MST y Coordinador de la LIS. Tras la apertura arrancarán las intervenciones del plenario, donde tomarán la palabra compañeras y compañeros de todo el continente y también organizaciones invitadas. Al finalizar, habrá una nueva ronda de intervenciones de cierre y luego las resoluciones.

Invitamos a todas y todos nuestros amigos y simpatizantes y a nuestros lectores de esta web a seguir este importante evento desde nuestras cuentas de facebook y de youtube.

Breve reseña de los paneles de ayer

A partir de las 17 horas del 31 de julio, tuvo continuidad la Conferencia Latinoamericana y de EEUU del FIT-U. En este caso, en primer lugar, tuvo su turno el panel-debate sobre “El movimiento obrero latinoamericano ante la crisis capitalista y la pandemia”, que lo integraron: Guillermo Pacagnini (Secretario General de CICOP -Mesa Nacional PSC y dirigente del MST – LIS); Romina Del Plá (dirigente del PO); Lester Calderón (dirigente del PTR de Chile) y José Bodas dirigente del PSL de Venezuela), más otros invitados. En segundo lugar, se dio lugar al panel-debate “Situación latinoamericana”.

Durante el primer panel, Guillermo Pacagnini, expuso sobre la nueva situación que se abrió en Latinoamérica e indicó: “Es un proceso que prácticamente no se veía desde principio de siglo, con un ascenso realmente importante. De movilización y rebeliones. Si bien ahora se está transitando por la pandemia, ésta no cortó las luchas por lugar, las expresiones de reclamos. Y de alguna manera, por la dinámica en la que vamos, por el plan que están preparando el Imperialismo, las burguesías y los gobiernos de distintos signos, vamos a más planes de ajustes, reformas estructurales. Muchas de las cuales quedaron pendientes por la dura pelea que dio el movimiento de masas en Latinoamérica”.

A su vez describió cómo las direcciones burocráticas y reformistas, han sido la traba para darle continuidad a los procesos de lucha como los que se vieron en Ecuador y aún se viven en Chile y Colombia. El dirigente de ANCLA expuso: “El gran problema, que se visualiza más que nunca, es el de la dirección sindical, que es a la misma vez política. Uno tiene que ver el tremendo rol que jugó la dirección de la CUT chilena para que esa rebelión no progrese. El tremendo rol negativo de la COB en Bolivia, no sólo frente al golpe de Evo Morales, sino en la organización de la resistencia ante el golpe. Ni hablar de la CUT correista en el medio de una rebelión indígena-popular”.

Para contrarrestar las direcciones mencionadas, partiendo de los acuerdos generales y programáticos que existen en la izquierda revolucionaria, Pacagnini se refirió sobre las nuevas tareas de los clasistas para ocupar un rol relevante, sentenciando “Hace falta llevar los frentes electorales, como el del FITU, al espacio de la lucha de clases. El frente único, de las izquierdas clasistas, no sólo tiene que ser algo testimonial, es fundamental para poder disputar la dirección, para poder disputarle a la burocracia sindical. El tema de la dirección que es un problema tremendo, que llega a abortar procesos, que se derrota expresiones de reclamos, que desvía luchas, entra en una situación de resolución favorable teniendo en cuenta el escenario planteado que es de más luchas, de más confrontamientos. El clasismo tiene que empujar la resolución de la creación de nuevas direcciones, a partir de este panorama, en los distintos lugares”.

Del mismo debate participó la dirigente de Marea Socialista (partido venezolano que conforma la LIS), Zuleika Matamoros. En su intervención comentó la situación de los y las trabajadores/as venezolanos/as: “Desde el gobierno de Nicolás Maduro se perpetra una política avalada por todo el sector privado, compuesto por la burguesía tradicional y la neo-lúmpen-burguesía bolivariana, en desmedro de las condiciones de trabajo para el pueblo. Obligando a las mayorías a someterse a un proceso de lumpen proletarización, en el que se efectúan condiciones de trabajos propia de una semi esclavitud, en donde el promedio de los salarios son U$S 3”. Ante la situación mencionada caracterizó el rol de la burocracia sindical de su país, como un instrumento de la dictadura madurista y la burguesía pro imperialista. Para combatirla instó, desde su fuerza política a seguir: “Una campaña por la liberación de todos los trabajadores presos por la defensa de los salarios, los derechos arrebatados, impulsada por Marea Socialista y la Liga Internacional Socialista de manera conjunta con otras organizaciones sociales y sindicales”.

La intervención de cierre, realizada por el Secretario General de CICOP, Guillermo Pacagnini, estuvo enmarcada en la discusión sobre el modelo sindical a construir por parte de los revolucionarios en la nueva situación abierta en la lucha de clases: “La independencia de clase no puede ser sólo algo declamativo para lograr que se deroguen las leyes de asociación sindical o, en términos generales, los sindicatos no sean agencias de los ministerios de trabajo. Es para no ser esclavos de los estatutos totalmente antidemocráticos. Otro punto a remarcar, es el problema de la democracia sindical. Partiendo de la consigna “que la base decida todo”, es incomprensible que, cuando parte de la izquierda tiene responsabilidad de dirección en un sindicato, reproduzca actitudes de la burocracia sindical (…) Por último, el pensamiento único, también es algo a erradicar en las organizaciones sindicales de izquierda”.

Finalizado el primer panel, desde las 19:30 horas, se dio lugar al otro espacio de debate titulado “Situación latinoamericana”. En este caso, la discusión estuvo integrada por: Joaquín Araneda (Dirigente del Movimiento Anticapitalista de Chile- Director de Alternativa Anticapitalista – LIS); André Barbieri (dirigente del MRT de Brasil); Pablo Giachello (dirigente del PO) y Rainer Ríos (dirigente del MST de Chile), más invitados.

Araneda, en su definición del contexto latinoamericano detalló: “La caracterización actual está teñida por una fuerte polarización, aunque sin dudas, desde el 2019, la tónica está puesta en el ascenso de masas y en el desarrollo de fuertes procesos políticos y sociales en todo el continente. Desde el 2018, Nicaragua, Puerto Rico, Haití, por nombrar algunas, sintonizaba la dinámica de la situación (…) Aunque el punto más alto llegó con la rebelión indígena-ecuatoriana y el proceso revolucionario en Chile, que planteó la caída de Piñera, del gobierno. También podemos incluir el golpe de estado en Bolivia, donde hubo un gran proceso de resistencia a pesar de que la dirección del MAS haya dejada huérfana a las masas, luego de haber aplicado las políticas neoliberales que llevó adelante. Este breve repaso indica que, previo a la pandemia, veníamos de un ascenso que marcaba los límites de los gobiernos de derecha que accedieron al poder, como sub producto del desastre del ciclo de los gobiernos denominados progresismos latianoamericanos”.

El dirigente de Movimiento Anticapitalista, detallando el proceso más dinámico del año pasado, el chileno, describió “La revolución que fue el resultado de la acumulación de la movilización de los últimos años, que dio un salto de calidad en octubre de 2019, para romper con la herencia Pinochetista y asaltar las calles, tuvo la aparición de asambleas callejeras, confrontación con directa con las fuerzas y huelgas generales pese a la dirección existente. Fue una expresión de masas que levantó el “fuera Piñera” y la “Asamblea Constituyente”, como una forma para cambiar el Chile capitalista (…) Una vanguardia de este proceso ha sido la juventud, precarizada, trabajadora y estudiantil, que se transformó en primera línea y contagió a grandes capas de la población, a sectores obreros y popular, conjuntamente con la marea feminista (…) El problema ha sido la dirección, que fue el salvataje del régimen. El pacto firmado por el Frente amplio y el desmantelamiento de cualquier acción de la clase trabajadora por parte del Partido Comunista, buscaron contener la movilización y la radicalidad. Este cambio de etapa, en Chile, en sintonía con el proceso de movilización continental, pero siendo su expresión más avanzada, no puede ser descripto más que como una revolución, inconclusa o en proceso de desarrollo”.

De este panel también formó parte Ariana McGuire, dirigente de Alternativa Anticapitalista Nicaragua, quien desarrolló la situación de la dictadura que lleva a cabo el gobierno de Ortega-Murillo en Nicaragua, y el fuerte proceso de resistencia que se ha dado a partir de la radicalización de la juventud desde 2018. Una juventud que, como lo relató la dirigente, no sólo se revela con el régimen dictatorial, sino contra los planes del FMI y la precarización de la vida. Describió la situación del país como un momento límite, en la que su dictador Ortega se encuentra en el bando de los negacionistas que desatendió la emergencia sanitaria mundial, sumado a los despidos que efectuó al personal médico que clama por una cuarentena social-voluntaria. Clamó, desde su espacio por “La construcción de una alternativa socialista, con internacionalismo militante para luchar por un gobierno de los que realmente nunca hemos gobernado”.

También integró este espacio, como invitada del MST, la referente estudiantil de la Universidad de Tacna, perteneciente del Colectivos Juntos de Perú, Soledad Luque. En su informe repasó el estado actual de su país resaltando una gran degradación material de las mayorías sociales. Resaltó que este estado de cosas no es producto de la pandemia, sino algo gestado con anterioridad. Denunció que, producto de mantener una constitución heredada de Fujimori se da vía libre al accionar de las empresas, apadrinadas por el Estado. Para finalizar su participación concluyó con la definición de que lo que se vivencia, no es algo coyuntural sino una crisis estructural del sistema vigente.

En la ronda de cierre, retomando la definición de situación pre-revolucionaria, producto de la situación objetiva y la faltante de una dirección revolucionaria con peso de masas, Joaquín Araneda, comentó sobre las tareas a desarrollar en el presente por parte de los integrantes de la izquierda revolucionaria: “Ante la posibilidad de nuevos estallidos y más conmoción social, nos tenemos que preguntar ¿qué rol vamos a jugar desde la izquierda socialista y anticapitalista? (…) Debemos tomar este debate partiendo de la realidad. El ejemplo de los compañeros del PTR de Chile, que plantearon ir hacia un partido unificado, demuestra lo lejos que está esa propuesta de las condiciones reales de poder intervenir de forma propositiva hacia la unidad. Un planteamiento que contraponíamos es ver el propio desarrollo que ha tenido el FITU en Argentina. Incluso con las desigualdades y necesidades propias de nuestro país, impulsamos la necesidad de construir un frente de izquierda anticapitalista y socialista, para poder concluir unitariamente, de forma democrática, llamamos a todos los sectores que han hecho experiencia con el reformismo y se vieron traicionados. Porque de eso se trata, para avanzar en la propuesta y ayudar aún más en la dinámica contradictoria que estamos atravesando (…) Hay que ir por más intervenciones concretas en la lucha de clases, con acciones que nos permitan trazar los puentes necesarios para dar vuelta todo”.

Nico Zuttión y Carlos Miranda