A dos años del 8A, reafirmamos: aborto legal ya

“Aborto legal ya” fue la bandera de millones durante todo 2018. Pero hoy siguen muriendo mujeres jóvenes y pobres por aborto clandestino. Aquel 8 de agosto la marea verde rodeaba el Congreso, pero 38 senadorxs frenaron la ley en nombre de la alianza del Estado con la Iglesia y los evangélicos. Cómo seguimos hoy esa pelea.

Jeanette Cisneros

Hacer el balance sirve para no repetir errores. Quienes desde hace muchos años integramos la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto acordamos dos estrategias para conquistar la ley: la movilización y el cabildeo parlamentario, siendo siempre la primera la decisiva. Pero cuando los ánimos se tensaban, y aun sabiendo que el Senado era mucho más difícil que Diputados, la comisión de articulación nacional de la Campaña en vez de redoblar la presión decidió alejarla del Congreso y concentrar… en el Obelisco. Lamentablemente, esa concesión fue funcional al voto de los dinosaurios.

En cambio desde Juntas y a la Izquierda y el MST, al igual que en cada “martes verde” sin faltar ni uno solo, ese 8A también estuvimos movilizadas en la plaza frente al Congreso. Desde ya, nuestra diferencia de distancia con la Campaña expresaba la presión política que se quería ejercer, o no, sobre sus majestades senatoriales.

Con los celestes, el aborto legal no es prioridad

Pese a la derrota parcial en el Senado, las mujeres y disidencias de la marea verde, en especial las jóvenes, recuperábamos fuerzas para ir por la revancha. Nuestra lucha tenía reservas para seguir peleando por aborto legal. Porque a nivel nacional hay un aborto cada dos partos y unas 135 internaciones diarias por complicaciones en abortos clandestinos. Porque la mitad de las mujeres que accede al aborto son menores de 24 años. Y sobre todo, porque mueren unas 200 cada año por aborto séptico.

Pero las elecciones y la expectativa en el nuevo gobierno abrieron un compás de espera en la Campaña. Ya antes Cristina en CLACSO había pedido unir los pañuelos verdes a los celestes, en la tónica conciliadora con los sectores antiderechos que seguiría después. Menos de un año les duró a Alberto y sus aliadas el pañuelo verde. Desde que se inició la campaña electoral decidieron que no se podía tratar nuestro proyecto en 2019.

En sus listas en todo el país, el Frente de Todos integró a activistas de la Campaña, como Dora Barrancos, Eli Gómez Alcorta, Estela Díaz, Victoria Tesoreiro y varias otras. Pero por otro lado incorporó a sus listas a una infinidad de pañuelos celestes, tanto que hoy hasta se estima que la aprobación de la ley de aborto estaría más difícil en Diputados que en el Senado.

La política de cooptación del feminismo, además, tiene como consecuencia la adaptación y la asimilación de éste a la política del gobierno hacia el Vaticano y la Iglesia, que es de plena sintonía. Por un lado, Alberto anunció que presentará su propio proyecto de ley de aborto, distinto al de la Campaña. Esto sólo se explica porque hará concesiones a la presión clerical, como la objeción de conciencia, menor plazo para realizar la práctica y otras. Por otro lado, el gobierno peronista incorpora a la Iglesia Católica a los dispositivos de ayuda social, de asistencia a las víctimas de violencia de género y a la mesa de acuerdo social con los empresarios y burócratas sindicales. Es decir, le habilita una injerencia pública bastante mayor que la que tenía con el gobierno de Macri.

La ministra de Mujeres

La titular del flamante ministerio, por ejemplo, excluyó del plan nacional de acción contra la violencia de género la urgente necesidad del derecho al aborto. ¡Cómo si no fuera violento obligar a continuar un embarazo no deseado! Y ante cada pregunta sobre las diferencias entre el proyecto de Alberto y el de la Campaña, dice que no puede opinar…

Sin embargo, siempre aclara: “Un punto importante que también hay que decir es que van a ser dos proyectos los enviados desde el Ejecutivo: uno que está vinculado a la interrupción legal del embarazo y otro vinculado a la protección y al acompañamiento del Estado hacia las mujeres que están embarazadas y a los niños en los primeros años de vida, para que también sea parte de las decisiones de las mujeres continuar con los embarazos y que no tengan que interrumpirlos en función de algún estado de vulnerabilidad en el que se encuentren”.

Es decir, Alberto Fernández se niega a impulsar el proyecto de ley de la Campaña porque quiere “acompañar la maternidad” a pedido de la Iglesia. En realidad, para garantizar el acceso a una niñez digna no hace falta ninguna nueva ley. A diferencia del aborto, en nuestro país parir no está penalizado.

Con el proyecto de la Campaña

El reflujo de la lucha más la cooptación oficial tienen consecuencias. En la Campaña priman los debates parlamentarios y las iniciativas de movilización a escala nacional son más lavadas y se diluyen en acciones territoriales, a su vez divididas por temáticas que fragmentan nuestra energía. Por el lado de esa conducción, estamos en condiciones más desfavorables que hace dos años para la pelea de votos.

En CABA, además, Larreta busca limitar el protocolo de ILE avasallando el principio de no regresividad sobre los derechos garantizados por el fallo FAL. Propone cuatro limitaciones:

  1. Limitar el acceso a la ILE a la semana 24 de gestación, cuando hoy no hay límites.
  2. Acompañamiento obligatorio por un equipo interdisciplinario, lo que complica la decisión autónoma.
  3. Objeción de conciencia institucional, permitiendo a clínicas y sanatorios incumplir la ley.
  4. Intervención de la justicia si hay desacuerdo entre la menor y la persona adulta acompañante, cuando hoy define el profesional de la salud.

Lo mismo pasa en otras provincias, algunas con protocolos aún más restrictivos. Todas estas trabas, más la objeción que plantean varios senadores sobre los costos de la práctica, cuando en realidad se ahorraría al bajar la cifra de internaciones, son la ofensiva de los antiderechos para impedir nuestro derecho a decidir.

No vamos a permitir que nos quieran hacer optar por el “mal menor”, por “lo posible”. Creemos que hay fuerza suficiente para ganar si toda la Campaña, en vez de ceder a que salga “una ley” devaluada, retoma la bandera de lucha que nos unió a todas y motorizó la ola verde: el proyecto de la Campaña que logró ser ley con media sanción. Cualquier otra variante, como sólo reclamar la ILE, es una capitulación a la Iglesia y a los celestes.

Hoy más que nunca, una cuestión de salud pública

La pandemia, los contagios y las carencias del sistema de salud ocupan el centro del debate. Mientras tanto, “el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), un organismo de la ONU especializado en la salud sexual y reproductiva, analizó el impacto de la pandemia del coronavirus en la salud de las mujeres y destacó que el virus podría provocar 7 millones de embarazos no planeados en los próximos meses a nivel mundial debido a que más de 47 millones de mujeres podrían perder su acceso a anticonceptivos”[1]. No podemos seguir esperando y nuestro lema histórico se vuelve presente: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.

Cuando a la funcionaria Valeria Islas, secretaria de Salud Sexual y Reproductiva, le preguntan si “la discusión parlamentaria de legalización del aborto es incompatible con la agenda sanitaria del coronavirus”, evade: “Me parece que no es un tema de incompatibilidad… Una vez que salgamos de la pandemia es un tema central para avanzar y cumplir los objetivos propuestos para el 2020”[2].

Pero si no es incompatible, ¿por qué el Congreso no trata el proyecto de la Campaña, que es el único que ya está presentado? Si la reforma judicial no es urgente, ¿por qué no tratan la solución a un problema de salud pública que se agudiza con la pandemia? El gobierno se niega a responder estas preguntas. Por eso desde Juntas y a la izquierda y el MST en el FIT-U seguimos peleando, dentro y fuera de la Campaña, contra todas las tendencias frenadoras y para recuperar el activismo para que nuestro proyecto ¡sea ley!

Sábado 8A, 11 hs – Pañuelazo en Congreso, con el FIT Unidad

Para denunciar el rol antiderechos del Senado, el 8A te invitamos a concentrar ante el Congreso a las 11. Allí leeremos nuestras exigencias al gobierno. También acompañaremos el tuitazo de la Campaña, sumando al hashtag #AbortoLegal2020 nuestros reclamos: #AbortoLegalYa y #ConElProyectoDeLaCampaña.

[1] https://www.perfil.com/noticias/salud/coronavirus-podria-provocar-hasta-7-millones-de-embarazos-no-planeados.phtml

[2] https://mujeresxmujeres.org.ar/charla-de-peluqueria-con-valeria-isla/