San Isidro y el sistema de salud

“Este es el sentimiento que todos tenemos con Cristina Lorenzo por su entrega, su vocación y su sacrificio. Que en paz descanse” dijo el intendente Posse en momentos en que Cristina, en un féretro, era despedida con aplausos por sus compañeros. Las palabras nunca pueden tapar el dolor y mucho menos la realidad que vivimos.

Con la soberbia de quienes no sienten ni la menor empatía por sus trabajadores, ni  reconocen ninguna responsabilidad en lo que está pasando, nuestros gobernantes nos hablan diariamente de “entrega”, “vocación” y “sacrificio”, pero se cuidan de hablar de «más personal», «elementos de cuidados para todos», «apertura de paritarias» o «pase a planta permanente».

San Isidro no es distinto

Estamos hablando de uno de los municipios más ricos del conurbano bonaerense y del país, con una infraestructura hospitalaria superior al resto en la provincia de Buenos Aires.  No aceptamos que nos digan que la muerte y enfermedad de los trabajadores de salud es  una consecuencia de su vocación y espíritu de sacrificio. Para un buen sistema sanitario no basta con infraestructuras porque depende de sus  trabajadores, expuestos a ser la primera línea en esta pandemia, sin las suficientes medidas de protección.

La muerte de Cristina y de todos y de cada uno de los trabajadores del equipo de salud es  responsabilidad de los gobiernos. No aceptamos que los trabajadores paguemos el costo de una crisis social y sanitaria que nosotros no generamos. Y tampoco aceptamos que no hay otra salida. Desde el primer día de la pandemia hicimos propuestas para evitar llegar a este momento y esas propuestas no fueron escuchadas.

Hace unas semanas vimos asambleas y movilizaciones por el despido de personal de salud, por negarse a entrar al sector Covid sin las medidas de protección imprescindibles, y ahora tenemos a Germán Lino Guzmán, de 30 años, en una situación extrema por coronavirus, y cinco enfermerxs y dos médicos más contagiadxs.

¿La responsabilidad es nuestra o de ustedes?

En esta cuarentena ficticia en la que sólo pretenden restringir lo social, mientras desde el primer momento abrieron sectores no esenciales obligando a salir a trabajar a buena parte de los trabajadores y de la población, los verdaderos responsables de este desastre al que estamos entrando a pasos agigantados son Alberto Fernández, Larreta, Kicillof, y los gobernantes, cuya mayor preocupación ha sido favorecer las ganancias capitalistas sobre la salud. No nos quieran responsabilizar a nosotros de lo que ustedes vienen haciendo mal.

Vamos hacia el colapso del sistema sanitario, reconocido esto por el propio ministro de salud de la provincia de Buenos Aires. Estamos al borde del colapso en el AMBA, donde el personal de salud cuenta ya con muchos enfermos y lamentablemente muertos. En las estadísticas de los medios de comunicación cuentan las camas de terapia intensiva pero todos sabemos que las camas solas no solucionan nada sino existe el personal necesario. Los gobernantes parecen estar bailando en la cubierta del Titanic.

No se hicieron los testeos necesarios desde el primer momento, no se unificó el sistema sanitario en manos del Estado, no se aumentó el presupuesto en salud, no se aumentaron los salarios del personal para que no deban trabajar en varios lugares para sobrevivir, no se garantizan las medidas de bioseguridad.

Pero sí acrecentaron el negocio de los mercaderes de la salud privada pagando 23.000 pesos por cama diarios cuando el sistema estatal no pueda responder. Y también gastando fortunas robadas del ANSES, mientras las jubilaciones están congeladas en niveles de miseria, en beneficio de grandes empresas.

Todo se hizo mal. No tienen vergüenza. ¿Piensan que somos idiotas cuando siguen hablando de una cuarentena que aparentemente es responsabilidad nuestra? Quieren hacernos creer que los casos suben a más de 7.000 por día y las muertes no bajan de 140 por día porque la gente toma mucho mate y come muchos asados. Los medios de comunicación muestran alguna excepción y la agitan todo el día en los canales de televisión para hacernos creer que la responsabilidad es de la gente. Mentira! Estamos en la situación de extrema gravedad en el país porque obligan a todos los trabajadores a concurrir a trabajar, porque el transporte público está saturado y encima los propios trabajadores del transporte comienzan a enfermarse. Miremos el ferrocarril Sarmiento, que toda esta semana funcionó pocas horas porque hay centenares de trabajadores enfermos.

La salud privada lamentablemente nunca será una alternativa ante este colapso. Las clínicas privadas han mostrado una vez más que son empresas a las que sólo les interesan sus ganancias. Y encima atacan y despiden a sus trabajadores. Centro Médico Talar despidió a las 4 compañeras elegidas representantes por los trabajadores, amenazó y aterrorizó a todo el personal de salud y varias compañeras estuvieron al borde de la muerte durante estos últimos meses. Sanatorio Plaza de Escobar cerró sus puertas dejando más de 60 familias en la calle. Pero los trabajadores no se rinden, ocupan el sanatorio y exigen la reapertura. No podemos permitirnos tener menos establecimiento de salud en este momento. Toda clínica que despida o cierre debe ser puesta al servicio del Estado municipal, provincial o nacional y se deben garantizar los salarios y las condiciones de trabajo de todas y todos lxs trabajadores.

No queremos seguir llorando muertos. No queremos seguir escuchando hablar de héroes y heroínas, ni de sacrificios y vocación. Queremos que se cumplan todos y cada uno de nuestros derechos y que se cumplan ya! Lo dijimos antes y lo repetimos ahora: nuestras vidas valen mucho más que sus ganancias!

Isabel Morales