¿Proyecto extractivista o ecosocialismo?

La flexibilización de la cuarentena y el camino a la “nueva normalidad” viene poniendo distintos temas en la agenda ambiental. ¿La del gobierno? Incorporar nuevos proyectos extractivistas. ¿La nuestra? Una con perspectiva ecosocialista A favor del 99%. Te invitamos a conocerla.

Escribe: Leiza Benítez

El 2020 quedará marcado para la historia como el año de la epidemia mundial que llevó al confinamiento casi total de la población planetaria. El año que, en sus primeros meses, nos dio postales de ciudades vacías de personas, pero visitadas por animales autóctonos que “recuperaban” territorios. El parate industrial dejó noticias como cierta recuperación de la capa de ozono, pero también una profundización de la crisis económica que el capitalismo viene arrastrando hace años. Los propios analistas burgueses prevén un aumento de la desocupación, caída en las tasas de ganancia, colapso en los sistemas sanitarios y más crisis social, con gobiernos que, en su afán de salvar a la clase privilegiada, golpearán más fuertemente a las mayorías populares. El Frente de Todos en Argentina no hace excepción a esa tarea de los capitalistas a nivel internacional. Veamos tres ejemplos:

  • La vaca murió. Ahora, por el chancho. El plan de “crecer para pagar” de Alberto Fernández tenía como jugada principal la explotación, mediante fracking, de Vaca Muerta. Hoy ese megaproyecto pierde por goleada como consecuencia de la fuerte caída en el precio del barril de petróleo. Es así como viene un acuerdo conocido hace poco, que gestiona el canciller Felipe Solá con el imperialismo chino. La idea es convertir a nuestro país en factoría porcina de China para así asegurarse carne barata para sus millones de trabajadorxs y a la vez evitar los problemas de contaminación y zoonosis que acarrea la megaindustria del feedlot.
  • ¿Soberanía alimentaria? No sabe, no contesta. Este punto tiene dos hechos distintos, pero con un mismo objetivo: beneficiar a los empresarios. Por un lado, están los guiños a Bill Gates y la fundación que comparte con su esposa. El eje es incorporar nuevas tecnologías agroindustriales al país, para producir alimentos a bajo costo y calidad mediante el uso de mutaciones genéticas. Además, robotizar los procesos agroindustriales. El otro punto, ligado a desechar todo avance hacia la soberanía alimentaria, es el reciente decreto que confirma el recule total del gobierno en su intervención a Vicentín, y ni qué hablar de la expropiación.
  • Ante el ecocidio, silencio. Hoy, la zona del Delta del Paraná está en llamas. Los 3.700 focos de incendios, alentados por la desidia estatal, están causando en los humedales de Santa Fe y Entre Ríos daños que son irreparables. Si bien el ministro de Ambiente Juan Cabandié posa de estar combatiendo el fuego, la realidad es que los habitantes de la zona son los que hacen máximos esfuerzos para apaciguar el desastre ecológico que se está produciendo. Las masivas movilizaciones y la autoorganización en asambleas son muestra de esa voluntad.

Con estos ejemplos vemos cómo el extractivismo nunca entró en cuarentena en la Argentina, y a la vez, cómo la agenda ambiental no está entre las prioridades del gobierno. La anarquía productivista es la única orientación hacia donde nos pueden y quieren llevar el gobierno y los empresarios.

La alternativa: el ecosocialismo

Lxs ecosocialistas del MST tenemos un programa integral para avanzar hacia una sociedad más justa y con perspectiva ambiental. Estos son algunos de nuestros ejes:

  • Ciencia y tecnología como bien social, no como un negocio. Investigaciones a cargo del Estado con colaboración internacional. Nuevas tecnologías al servicio de alivianar el trabajo humano. Romper con la obsolescencia programada.
  • Producir alimentos con agroecología y planificación democrática y social. Reemplazar la industria publicitaria por una democratización mediática para informar y hacer públicos todos los debates. Reducir las etiquetas y empaquetados al mínimo necesario.
  • Gestión de residuos urbanos con separación en origen, recolección estatal diferenciada y plantas de reciclaje. Minería tecnológica, para recuperar y reutilizar material ya extraído. Educación socio-ambiental en todos los niveles.
  • Cambio de matriz energética a energías limpias y renovables. En ese marco, fomento e inversiones en el transporte público hacia un sistema estatal integrado, no contaminante y con control de sus trabajadorxs y usuarixs.
  • Combatir el extractivismo. Prohibir los proyectos de megamineria, fracking, agrotóxicos y especulación inmobiliaria. Reparación ambiental con reconversión de las tareas de sus trabajadorxs. Producciones que prioricen generar el menor impacto ambiental y con plazos consensuados en asambleas del personal.
  • Otro plan económico. Suspensión del pago de la deuda externa. Nacionalización del comercio exterior y la banca. Reducción de la jornada laboral y reparto de las horas de trabajo, con salarios acordes al costo de vida.

Estos son algunos de los principales pasos que creemos necesarios para ir hacia un país y un mundo sin explotación ni contaminación. Con una sociedad verdaderamente democrática que, mediante la movilización y la participación, frene todo productivismo. Con ese objetivo construimos la Red-Ecosocialista y el MST, porque queremos dar vuelta todo favor del 99% y sin depredación ambiental. Si estás de acuerdo con nosotres, te invitamos a sumarte.