La cultura en emergencia, y en las calles
El 20 de marzo se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Como la gran mayoría de las actividades, desde ese día, las salas de teatro independiente, los centros culturales, las escuelas de danza, música y teatro y otros establecimientos artísticos y/o culturales tuvieron que cerrar sus puertas. Estos centros son independientes y se sostienen con el esfuerzo de sus trabajadores.
Según la Presidenta de la Agencia Córdoba Cultura, los teatros estarían protegidos desde el punto de vista de la salud del espectador, con un regreso lento. Hoy, se han abierto bares y gimnasios, con sus protocolos independientes, pero los centros culturales siguen cerrados. Han sido 5 meses de no poder trabajar y, por lo tanto, no tener un sueldo que permita pagar los alquileres, ya que la mayoría no posee un edificio propio. A pesar de esto, no han recibido ningún subsidio para sostenerse, como sí recibieron grandes empresarios.
En este marco, el 26 de agosto alrededor de 600 personas nos encontramos para realizar una movilización convocada por los trabajadores de distintos centros culturales, que partió de plaza Italia y terminó en el Centro Cultural Bataclana, pasando por varias salas de teatro ubicadas en el barrio de Güemes. En el desfile se pudieron ver intervenciones artísticas constantes y se realizó el juego de la silla para demostrar cómo en la autogestión siempre son muchos los que quedan afuera. El reclamo principal de la marcha fue la declaración de Emergencia Cultural.
Para acompañar este reclamo, la Legisladora provincial Luciana Echevarría del MST presentó un proyecto para que la Emergencia Cultural se sancione con fuerza de ley. El proyecto incluye:
- la creación de un registro para los establecimientos artísticos y culturales,
- que se los incorpore en la Tarifa Social Provincial por el tiempo que dure la emergencia sanitaria,
- que se les otorgue un subsidio mensual,
- y que se conforme una comisión que vele por el cumplimiento de esta ley.
El acceso igualitario al arte y la cultura es un derecho, y el Estado es responsable de garantizarlo.
Gabriela Perri