Santa Fe: basta de genocidas por las calles

La justicia a cuentagotas sobre los delitos de lesa humanidad durante la última dictadura sigue vigente. A la suspensión de juicios y la negación a abrir archivos clasificados debemos agregarle la los privilegios de libertad condicional a personajes siniestros.

Gastón Baldomir

Las prácticas de memoria en nuestro país surgieron como una respuesta ante las atrocidades que desde las instituciones del Estado se llevaron a cabo contra las disidencias políticas organizadas durante la última dictadura cívico-militar-clerical. La lucha permanente a través de la movilización y por justicia ha logrado que muchos responsables fueran juzgados por crímenes de lesa humanidad.

Pero desde hace años varios responsables vienen gozando de privilegios de libertad o cárcel domiciliaria. Recientemente la Cámara Federal de Casación Penal II haya dictaminó la libertad condicional para Eduardo «Curro» Ramos, ex policía de Santa Fe y autor de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. La lucha organizada fue la que logro que se lo condene por homicidio, secuestro, tortura, abuso y violación en el año 2010.

La institución judicial siempre fue funcional a los genocidas, mucho de sus actuales miembros ingresaron durante los años de la dictadura. Por eso no sorprende que durante varios años el genocida de Ramos haya gozado de innumerables privilegios como estar detenido en el Cuartel de Bomberos durante tres años y no en una cárcel común. Además, es un disparate total que digan que “su reinserción  social va ser favorable” a sabiendas de que durante el último juicio reafirmo y justifico sus crímenes, amenazo a familiares y víctimas durante los juicios y nunca mostro un mínimo sentimiento de culpabilidad.

Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad llamamos a todas las organizaciones a redoblar la lucha y la unidad contra los crímenes de estado y realizar una serie de actividades callejeras para frenar el fallo judicial. En el actual contexto donde los sectores de la derecha quieren retomar la iniciativa, el accionar de la casta judicial es una clara provocación que merece el repudio y una enorme movilización.

Nuestra lucha sigue

Desde hace años hemos venido señalado que los crímenes contra nuestros 30.000 compañeres detenides, asesinades o desaparecides no se trataban de meros excesos de algunos miembros. El terrorismo de Estado fue una práctica sistemática para destruir cualquier resistencia al plan económico neoliberal y de endeudamiento, de destrucción de derechos laborales y democráticos. Fue el intento de disciplinamiento más sangriento de nuestra historia contemporánea, por todo eso no puede haber olvido ni perdón.

Hoy nuestra lucha es contra la impunidad de los crímenes del ayer y por desmantelar todas las fuerzas represivas responsables de la violencia sobre les que luchan, las juventudes y sobre todes aquelles que ponen en cuestionamiento el discurso y las políticas de las clases dominantes y sus partidos políticos afines.

Las fuerzas represivas jamás serán “humanizadas” su lógica es defender los intereses del estado burgués. Sus “excesos” son el síntoma de una institución que destila violencia orgánica contra algunos cuerpos específicos. Un ejemplo claro es que durante los primeros 100 días de cuarentena la CORREPI publicó más de 60 reportes de todo tipo de violencia de las fuerzas represivas, entre ellas 25 muertes en lugares de detención y 20 por gatillo fácil, ya sean estatales o municipales.

La lógica de mano dura del protofacista de Berni es la que garantiza impunidad y anima a las bases policiales a ejecutar crímenes como el de Facundo Castro. Contra toda esa institución luchamos y seguiremos luchando. Erradicar las fuerzas represivas de Estado y la actual tendencia a la militarización[1] es el mejor homenaje que le podemos hacer a los 30.000 y todes les desparecidos, asesinades por gatillo fácil, torturades en democracia.

[1] Para más información https://mst.org.ar/2020/08/06/sin-militarizacion-con-control-social-una-respuesta-socialista-ante-la-inseguridad/