Esquel: la juventud protagonizó la masiva marcha del “No a la Mina”

El 4 de septiembre se dieron cita en la Plaza San Martín de la ciudad de Esquel centenares de vecinos y vecinas para movilizar, como desde hace 18 años, contra la megaminera. Pasadas las 17hs desde la Asamblea se dio lugar a  un discurso contundente por la situación “dramática” que atraviesa la provincia, en la que existe una “crisis económica, política, institucional y social, financiada con el salario de los trabajadores y el dolor del pueblo”.  A horas de la confirmación de la aparición del cuerpo de Facundo, y con la juventud movilizada, también se hizo mención a la violencia institucional que sufren los jóvenes de los barrios populares. La locución continúo con la palabra de representantes de los Pueblos Originarios, quienes una vez más manifestaron su derecho a la autodeterminación y la consulta previa sobre sus territorios ancestrales.

En la crisis chubutense la necesidad de viviendas es acuciante y la solución a este problema estructural, para el gobierno de la provincia y para el local de Ongarato también (de la mano de Massoni) es la misma que la de Berni en territorio bonaerense: militarización de los barrios. En este marco la movilización partió con rumbo al Barrio Ceferino, donde el día de ayer se realizó un operativo de “saturación” o mejor dicho de cacería, para manifestar el apoyo contra la violencia institucional sufrida anteriormente y la estigmatización de los barrios populares por parte del ministro de seguridad de la provincia.

La extraordinaria marcha, de la que fuimos parte con la Red Ecosocialista, comenzó a ascender por las calles de Esquel con dirección al barrio con varios cánticos anti mineros, contra el ministro Massoni y contra la institución policial, que hoy apenas custodió la movilización.

Es la juventud que se enerva más, cuando un pibe o piba desaparece en mano de la policía. Así se encendió enérgicamente el canto: “yo sabia, yo sabia, que a Facundo Castro, lo mato la policía”, cuando nos acercamos frente a la comisaria que estaba custodiada por algunos agentes.

La movilización antiminera, y que también fue anti represiva, fue una demostración al gobierno provincial de que son pocos los márgenes que tiene para continuar aplicando el ajuste, y ejercer el control de la calle vía la represión. Sobra fuerza para eliminar la amenaza megaminera, terminar con el ajuste y la entrega de la provincia. Arcioni, sostenido por la burocracia sindical y  todo el arco político patronal, no puede torcer el brazo a la movilización, ya sea ambiental o de aquellos trabajadores que se organizan, a pesar de la burocracia. Es necesario organizarnos por abajo multisectorialmente con plena democracia, para movilizar todos juntos, como hoy, por salarios dignos, contra la megaminera y por un modelo de provincia discutido democráticamente, que priorice el cuidado del territorio y a los trabajadores.

Hernán Mondino