Pandemia: 40% más de tarea doméstica

Escriben: Jeanette Cisneros y Nicolás Zuttión

El gobierno nacional sigue insistiendo en que sus políticas tienen perspectiva de género. Es el caso de la Dirección de Economía, Igualdad y Género que, con la economista feminista Mercedes D’Alessandro al frente y el aval del ministro Guzmán, el 1º de setiembre presentó el informe Los cuidados, un sector económico estratégico. Medición del aporte del Trabajo doméstico y de cuidados no remunerado[1] al Producto Interno Bruto.

Al ser el primer informe de este tipo elaborado por el Estado argentino, importa saber qué elementos se toman en cuenta y cómo se valoran para analizar la doble opresión de las mujeres, a la vez trabajadoras y amas de casa. Visibilizar esa desigualdad de género y construir estrategias para combatirla son tareas esenciales del movimiento feminista en general y de las socialistas en particular.

El objetivo del informe es demostrar que “en el contexto de la pandemia actual, el cierre de establecimientos educativos y espacios de cuidado generó, por un lado, una mayor visibilización de esa enorme carga de tareas que recae de manera desigual sobre las mujeres, y, por otro lado, evidenció la necesidad de reconocer ese trabajo y pensar políticas públicas que aborden esta problemática”[2].

Subió del 16% al 22% del PBI

Según el informe, “las mujeres realizan más del 75% de las tareas domésticas no remuneradas. El 88,9% de las mujeres participa de estas tareas y les dedica en promedio 6,4 horas diarias”[3]. Dicho trabajo doméstico femenino gratuito insume en total unos 96 millones de horas cada día. En pesos, esa cifra global “representa un 15,9% del PIB y es el sector de mayor aporte en toda la economía, seguido por la industria (13,2%) y el comercio (13%). En total, se calcula que se trata de un aporte de $ 4.001.047 millones de pesos, valor que resulta de monetizar la gran cantidad de tareas domésticas que se realizan en todos los hogares, todos los días”[4].

Esto demuestra que las tareas de reproducción de la mano de obra actual y futura, que son fundamentales para cuidar al varón del hogar y a les hijes, representan la mayor parte de la producción total de nuestro país. Al no pagar esas tareas hogareñas de reproducción y cuidado, los capitalistas se benefician porque cada día tienen al trabajador en buenas condiciones para explotarlo y que le rinda ganancias. Así se ahorran fortunas, ya que los salarios que pagan no nos permiten acceder a comedores, lavaderos, centros materno-infantiles, geriátricos e instituciones para personas discapacitadas económicos y de calidad.

Pero durante la cuarentena, con el cierre de escuelas y la familia todo el día en casa, ese pesado trabajo cotidiano para las mujeres creció casi seis puntos a la vez que la actividad general entró en recesión: “La participación sobre el PIB en pandemia es de 21,8% por el aumento del peso de las tareas de apoyo escolar y cuidados no remunerados y la caída de la actividad en 14 de las 16 actividades restantes consideradas”. En síntesis, se estima que el valor proporcional de las tareas domésticas gratuitas subiría del 16 al 22% del PIB, cerca de un 40%.

La opresión capitalista patriarcal

Según el informe oficial, “la presencia de niños y niñas en el hogar amplía la brecha en la distribución del trabajo no remunerado: las mujeres sin niños/as menores de 6 años a cargo realizan el 72,7% de las TDCNR, mientras que quienes tienen dos o más se hacen cargo del 77,8% de ellas. Las mujeres dedican más horas al trabajo doméstico incluso cuando se compara una que trabaja (fuera del hogar y de manera paga) en una jornada completa con un varón que se encuentra desempleado (5,9 horas y 3,2 horas diarias respectivamente). En todos los casos y en todas sus dimensiones, la distribución del TDCNR es marcadamente desigual en términos de género”.

Hasta aquí, poco nuevo bajo el sol. El sistema capitalista y patriarcal les asigna a las mujeres las tareas del cuidado sin pago alguno, “por amor”. Incluso cuando la jefatura del hogar está a cargo de una mujer, como pasa en uno de cada tres hogares, ésta sigue siendo quien resuelve mayor cantidad de tareas domésticas. Y todes vemos que con la pandemia tales tareas crecieron.

El trabajo doméstico vale

El informe oficial también expresa que “la distribución del TDCNR es estructuralmente desigual: 9 de cada 10 mujeres realizan estas tareas, que significan en promedio 6,4 horas diarias”. Para calcular su valor monetario, “se utilizó la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para calcular el valor de mercado o ingreso promedio por hora del personal de casas particulares, de $ 86,3 pesos por hora según datos del 4to trimestre de 2019”.

Desde ya, el salario del servicio doméstico es uno de los más bajos. Además en este sector, uno de los más oprimidos de la clase trabajadora, la pandemia golpeó con miles de despidos. Pero aparte del tema valor, si uno de cada cinco pesos que produce el país es el resultado del trabajo doméstico gratuito de las mujeres, el Estado debería alivianarlas y asumir las tareas de cuidado de manera social. Es decir, abrir en todos lados más escuelas de doble turno, guarderías y jardines, comedores y lavaderos comunitarios, establecimientos geriátricos y para discapacitades, de buena calidad, con personal especializado y gratuitos. Esa debe ser la exigencia de la lucha.

D’Alessandro reconoce que “hoy todos los cuidados se han multiplicado en los hogares” y propone “trabajar para una mejor redistribución, tanto al interior de los hogares como entre los hogares, el Estado y el mercado”[5]. Dentro del hogar se podrá presionar un poco a los varones para redistribuir, pero el mercado privado no aflojará ni un solo mango si no es bajo una fuerte presión. Por eso la deuda hacia las mujeres es centralmente del Estado.

[1] La sigla es TDCNR.

[2]https://www.argentina.gob.ar/noticias/la-direccion-de-economia-igualdad-y-genero-presento-el-informe-los-cuidados-un-sector

[3] De esas tareas sólo participa el 60% de los varones, con un promedio de 3,4 horas diarias.

[4] Industria aporta al PIB $ 3.324.163 millones y Comercio $ 3.267.584 millones.

[5] El Economista, 7/9/20.