La nefasta Bonaerense y las prioridades de Kicillof

La crisis abierta por el reclamo de La Bonaerense viene poniendo en vilo al gobierno de Kicillof. El mismo aparato represivo tantas veces alabado y reivindicado por el gobernador y su ministro Berni, hoy se encuentra motorizando una ola de reclamos en distintos municipios del Gran Buenos Aires y del interior de la provincia, rebelados contra sus mandos políticos y exigiendo mejoras urgentes.

Desde el primer momento del reclamo y sorprendidos por el mismo, Berni y el jefe de la policía provincial, intentaron calmar los ánimos anunciando que habría un aumento rápidamente y que el mismo ya estaba planificado. Pero lejos de calmar la situación, el conflicto siguió escalando durante el día de ayer y hoy habrá reuniones policiales por la mañana para discutir qué hacer y cómo seguir, y se habla de una mesa de diálogo. Evidentemente, al gobierno y a Berni se le descontroló la tropa.

Durante la noche de ayer, algunos de los voceros principales dijeron sobre Berni: “es rápido para aparecer y hacer show para la televisión, pero nosotros hacemos un reclamo y acá no viene”. Así tomaba vuelo un enfrentamiento entre sectores policiales y represivos, que se tiran dardos por los medios reflejando la crisis abierta. Veremos si el día de hoy las propuestas salariales y laborales que haga el gobierno contentan al sector que reclama, sector que también pide impunidad para el accionar policial entre sus demandas, cuando dicen en uno de sus puntos:“basta de represalias, arrestos, sumarios, desafectaciones…”. Como sea, el conflicto ya golpea al gobierno en general y a Berni en particular que frente a una institución muy verticalista, aparece perdiendo autoridad.

De nuestra parte y como ya hemos dicho en un anterior artículo, La Bonaerense expresa una institución represiva de lo peor, plagada de casos de gatillo fácil, trata, corrupción, negocios mafiosos y otras cuestiones. Anoche uno de sus voceros decía por TV: “estamos orgullosos de la policía Bonaerense”. Por supuesto nosotros no. Tenemos muy claro lo que representa esta institución que es bastión de las políticas represivas en la provincia, incluyendo el asesinato de cientos de pibes y el hostigamiento a las luchas obreras y reclamos populares.

El problema lo tienen Berni y Kicillof, que hasta ayer elogiaban a La Bonaerense y hoy no la controlan. Y van cediendo a sus reclamos, aunque a la vez las organizaciones sociales y sindicales afines al gobernador denuncien que hay “una mano política”. Desde ya que manos políticas hay siempre en toda crisis, y desde ya que repudiamos cualquier intento de sectores derechistas de fogonear el conflicto policial. Todo eso es repudiable. Pero no elimina en nada la responsabilidad del gobierno provincial en la situación general, de la cual la crisis policial es tan solo una parte. Ni tampoco la actitud del sector de la policía que hoy reclama, nos puede hacer olvidar el rol nefasto de Berni en general, que ninguna persona honesta y con posiciones que se digan progresistas, puede apoyar. Tampoco podemos olvidar que hace tan solos unos días, el presidente Fernández anunció un megaplan de seguridad, donde le daba más poder y herramientas a La Bonaerense. Ese camino evidentemente no es solución sino profundizar el problema.

Los verdaderos esenciales no son escuchados

Decimos esto porque ante el anuncio de que el gobierno está discutiendo darle a La Bonaerense un fuerte aumento, lógicamente ya salieron otros sectores a reclamar, porque a ellos no le dan aumento; son las y los estatales, judiciales, médicos y trabajadores de salud. Acá radica el problema social central al cual Kicillof no le da respuesta. Y ahora envuelto en la crisis policial, este drama saldrá más a la luz. El gobernador prioriza responder a policías alzados mientras no escucha a los que de verdad son trabajadores esenciales y sí merecen un aumento urgente.

Ayer un medio provincial decía “el aumento anunciado a la policía desató la furia sindical”. En ese sentido el mismo medio citaba las correctas declaraciones de Guillermo Pacagnini, secretario general de la CICOP y referente de ANCLA/MST quien dijo sobre el aumento ofrecido por Kicillof a la policía: “muestra las prioridades que tiene el gobierno, por un lado, ajustar a los trabajadores del Estado en general y de la salud en particular, por otro lado, fortalecer el aparato represivo”.

Esto anticipa que más allá de cómo termine la crisis policial abierta, ahora posiblemente se desatará otra ola de reclamos, y los que vienen sí serán justos y genuinos pedidos de sectores esenciales, que no nos reprimen sino que cuidan nuestras vidas. Estos sí que merecen el apoyo de la población y le exigimos al gobernador que escuche sus demandas y les dé respuestas urgentes.

Dar vuelta todo

Volviendo sobre la crisis policial abierta surge hoy, más evidente que nunca, que La Bonaerense no va más. Que todo este andamiaje institucional represivo tiene que ser desmantelado y disuelta esta “maldita policía”. Que más que nunca hay que avanzar en la investigación del caso Facundo Castro en forma independiente para que haya justicia. Que hay que castigar duramente a todos los efectivos envueltos en casos de gatillo fácil, corrupción, trata, negocios de la droga, desarmaderos y otras mafias cotidianas del accionar de esta policía.

La seguridad de las y los bonaerenses no puede estar en estas manos, ni tampoco en manos de Berni de quien pedimos la renuncia desde hace tiempo. Impulsamos la mayor autoorganización en los barrios populares, la acción directa de vecinas y vecinos, el control social de toda comisaría. Y el avance hacia una política de seguridad ciudadana, preventiva y no represiva, como hemos desarrollado en profundidad en otro artículo con nuestras propuestas de fondo. (1)

(1) Sin militarización, con control social. Una respuesta socialista ante la inseguridad, https://mst.org.ar/2020/08/06/sin-militarizacion-con-control-social-una-respuesta-socialista-ante-la-inseguridad/