Facundo: “muerte violenta, por no ser natural”

Hoy se conoció finalmente el resultado de la autopsia de los restos de Facundo Astudillo Castro hallados en un cangrejal cercano a la localidad bonaerense de Villarino Viejo, tras su desaparición forzada, meses atrás, a manos de la Bonaerense. La tarea estuvo a cargo de los peritos del reconocido Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

La presencia en los restos óseos de algas llamadas diatomeas, coincidentes con las que hay en el agua del cangrejal, permite afirmar que “la muerte se produjo por asfixia por sumersión”, como dice el informe del EAAF. Es decir, murió ahogado.

Al mismo tiempo, por “el avanzado estado de esqueletización del cadáver”, la autopsia no pudo establecer “si se trató de uno u otro modo de muerte violenta, suicida, homicida o accidental”. El informe tampoco registra lesiones previas a la muerte ni, seguramente debido al tiempo transcurrido, “signos de participación de terceras personas sobre los restos estudiados”.

Lo primero a señalar es que la autopsia estableció la causa de la muerte de Facundo, ahogamiento, pero no así las circunstancias en que se produjo. Por supuesto, nadie se ahoga solo, en un lugar solitario, alejado, y mucho menos en pocos centímetros de agua. Por eso el informe de la autopsia también establece lo que resulta evidente para todo el mundo: “Se trató de una muerte violenta, por no ser natural”.

La responsable directa de la muerte de Facundo Astudillo Castro tiene nombre y apellido: Policía Bonaerense. Es esa fuerza represiva, el mayor cuerpo armado del país, esa “maldita policía” campeona del gatillo fácil, la que lo detuvo dos veces, lo fotografió, lo trasladó en un móvil, lo retuvo en una comisaría y luego lo desapareció.

A su vez, la responsabilidad política por ese accionar policial criminal les cabe, en primer lugar, al secretario de Seguridad y jefe policial Sergio Berni y al gobernador Axel Kicillof que lo designó y lo sigue sosteniendo. Pero también es responsable el presidente Alberto Fernández, no sólo porque la desaparición forzada seguida de muerte es un delito federal, sino porque toda su política desde hace meses ha sido y es la de empoderar y envalentonar a las fuerzas policiales, de seguridad y armadas: desde llamar a la “vuelta de página” hasta darles el control total de la cuarentena, elogiarlos a cada paso y cederle a la Bonaerense el aumento salarial y la impunidad tras su motín.

Ante el resultado de la autopsia, muerte violenta, más que nunca es preciso seguir reclamando la formación de una comisión investigadora independiente, integrada por su mamá Cristina, familiares y referentes de derechos humanos, a fin de poder llegar a la verdad y así lograr el juicio y castigo a los responsables materiales y políticos del asesinato de Facundo. La salida inmediata de Berni y la disolución de la Bonaerense deben también ser banderas de la lucha por justicia y contra la impunidad.

Pablo Vasco

CADHU-MST