Comenzó el juicio de los vuelos de la muerte de Campo de Mayo

El juicio contra los cinco genocidas comenzó el 5 de octubre y tramita por ante el Tribunal Oral Federal N° 2 de San Martín. Se tratan los casos de 4 personas secuestradas durante la última dictadura militar, que aparecieron en las costas y fueron identificadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Los ex militares y aviadores Santiago Riveros, Luis del Valle Arce, Delsis Malacalza, Eduardo Lance y Alberto Conditi que cometieron delitos de lesa humanidad, actualmente enfrentan a la justicia por primera vez con cargos de: asociación ilícita, secuestros, torturas, allanamientos ilegales y homicidios además de resultar responsables de los vuelos de la muerte que partieron de Campo de Mayo.

Aunque las víctimas de los militares genocidas se calculan por decenas, son sólo 4 los casos los que se trataran en este debate oral: Rosa Novillo Corbalán, Roberto Arancibia, Adrián Rosace y Adrián Accrescimbeni. Sus cuerpos aparecieron en las costas del Río de La Plata y el mar Argentino, fueron enterrades como NN en cementerios de la zona. Marcelo García Berro, fiscal y representante del Ministerio Público acusó a todos los imputados de conformar una asociación ilícita destinada a la eliminación física de una porción importante de las víctimas del terrorismo de Estado, privadas ilegítimamente de su libertad en “El Campito” y otros centros clandestinos de detención, cuyo destino final fue la muerte.

Como a los nazis le va a pasar…

En un breve resumen de los horrores cometidos por los militares genocidas existen múltiples evidencias y extremos que permiten demostrar que recibían y trasladaban personas al centro clandestino de detención “Batallón 601” de Campo de Mayo. Quienes posteriormente eran subides, vives o muertes, a los aviones y/o helicópteros del Batallón que luego despegaban y durante el vuelo eran arrojades a las aguas del Río de La Plata y/o al océano Atlántico para que no fueran encontrades:

-A Adrián Rosace, a lo trasladaron al centro clandestino que funcionó en Campo de Mayo; fue torturado allí y luego asesinado a través de un vuelo de la muerte. Su cuerpo apareció en las costas del Río de La Plata, entre Magdalena y Punta Indio.

-Del mismo modo, por sometieron a los mismos delitos a Adrián Accrescimbeni, que era compañero de militancia y de la secundaria de Rosace.

-Respecto a la “Tota”, Rosa Novillo Corbalán, la secuestraron en mayo de 1976 en Zárate, la trasladaron a Campo de Mayo y la asesinaron entre octubre y noviembre de ese año, sus restos aparecieron en las costas de Magdalena, con impactos de bala en la axila, la cabeza y una pierna. Fue enterrada como NN e identificada en 1998.

-Por último, Roberto Arancibia fue secuestrado junto a su esposa en 1977, su cuerpo apareció en Las Toninas en febrero de 1978. Su compañera, María Eugenia Zago, continúa desaparecida. Todos los asesinos se encuentran cumpliendo prisión domiciliaria.

…adónde vayan los iremos a buscar

En la audiencia el Tribunal concedió la palabra a los acusados quienes se negaron a declarar, excepto del Valle Arce que afirmó que si bien ocupó el cargo de Teniente Coronel, negó la posibilidad de que los vuelos de la muerte hayan sido ordenados y organizados por el Comando de Institutos Militares, del cual era encargado.

La dictadura cívico militar instaló más de 600 campos de concentración y ejecutó un plan sistemático para aniquilar a miles de dirigentes y activistas obreros populares que adoptaron diversas formas de lucha.

El saldo del genocidio fueron 30 mil detenides desaparecides y miles de personas presas o exiliadas. Buscaron liquidar así el vasto movimiento popular que luchaba por cambios de fondo y destruir toda forma de organización social: cuerpos de delegades, centros de estudiantes, organizaciones políticas, barriales, profesionales o culturales.

En estos años de lucha logramos anular las leyes de punto final y obediencia debida de Alfonsín, los indultos de Menem, reabrir las causas contra los genocidas y llevarlos al juicio y castigo. Logramos la condena y meter en cárcel a cientos de ellos. Construimos memoria en cada lugar de trabajo, de estudio y en cada barrio.

Los genocidas de hoy

En todos los gobiernos hemos denunciado la violación sistemática de los derechos  humanos de ayer y de hoy. Durante el gobierno de los Kirchner, a la vez de intentar apropiarse de las causas de derechos humanos mediante un doble discurso sistemático, ha nombrado a militares nefastos como a Berni y Milani, con cargos de funcionarios, se montó el Proyecto X de espionaje, sancionaron la ley antiterrorista, y como consecuencia de toda esta política profundamente represiva se elevaron las cifras de gatillo fácil a uno cada 28 horas, junto a la larga lista de desaparecides en democracia que incluye a Luciano Arruga, Jorge Julio López, Facundo Castro y tantes otres.

A su vez, enfrentamos al gobierno de Mauricio Macri, Cambiemos y la ex ministra de seguridad Patricia Bullrich que fomentó el ajuste, la entrega, la impunidad de los genocidas y la represión. Niega el terrorismo de Estado, presionó para que cajoneen los juicios y quiso premiar a los genocidas con el 2×1, -intentona que derrotamos en las calles- y habilitó a las fuerzas de seguridad para la represión interior, incluidos los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, entre otros.

El macrismo construyó nuevos “enemigos internos”. Con su doctrina Chocobar autorizó a la policía a disparar por la espalda y subió el gatillo fácil a uno cada 21 horas. Esto con Fernández, no cambió. En 10 meses de gestión, tuvimos que salir a denunciar y reclamar justicia por Luis Espinoza en Tucumán y Facundo Astudillo Castro en Buenos Aires.

Seguimos luchando por el esclarecimiento de cada desaparición, como así también, el juicio y castigo a todos los genocidas responsables. La lucha no va a parar hasta que cada hije y niete se encuentre con su verdadera familia. Recién ese día vamos a poder hablar de MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA.

Por eso decimos: ¡Ningún genocida libre! ¡Cárcel común a todos los genocidas! ¡Basta de impunidad!

¡30 mil compañeres detenides desaparecides, presentes! ¡Ahora y siempre!

Iara Saldungaray