No garantizan las condiciones educativas y sanitarias ¿Por qué insisten con volver a las aulas como sea?

No hay día que no bombardeen con la furiosa campaña para volver a las aulas a como dé lugar. Saturan las pantallas, radios, páginas de diarios y redes, diciendo expresar el sentir “de la gente”. Pero, ¿qué hay detrás del súbito y supuesto “desvelo” de la clase capitalista y sus gerentes políticos por la educación de las mayorías?

Escribe: Francisco Torres

Batían el parche los sectores más acomodados y reaccionarios de la sociedad capitalista. Pero con la conferencia conjunta entre los ministros Trotta (PJ y Fentre Todos) y Soledad Acuña (PRO y Juntos por el Cambio), se evidenció que, más allá de los formatos y matices con que adopten esta vuelta a las aulas, tienen una coincidencia de fondo: Imponer el mayor nivel de presencialidad posible, sin garantizar las condiciones educativas y sanitarias para un retorno seguro a las escuelas.

Como docentes compartimos y padecemos las complicaciones que genera la virtualidad en la organización familiar y laboral, pero también en la dificultad para la construcción de conocimientos. Las clases presenciales materializan esa posibilidad. Nada reemplaza el proceso de enseñanza-aprendizaje ni la socialización y actividad lúdica que se desarrolla en el espacio escolar.

Pero la virtualidad siempre la promovían estos sectores privatistas que hoy dicen plantar bandera por la presencialidad. No hay docente que no desee volver a encontrarse con niñes y adolescentes en el aula, pero claro, en un contexto que no implique arriesgar la salud y vida propia, de auxiliares, estudiantes y familias.

#ALasAulas: Un nido de buitres corporativos

Estamos en medio de una batalla política por la educación, su instrumentación y el sentido de la misma. En donde resulta necesario diferenciar esa genuina preocupación social, de los objetivos que persigue la campaña #ALasAulas, impulsada por las corporaciones, grandes medios, la Iglesia Católica y las evangelistas como parte de todas las cámaras de la enseñanza privada; de ONG’s, fundaciones y redes globales por “la cultura emprendedora”. Discursivamente, la sostienen “especialistas” en educación y representantes políticos de la mercantilización educativa, con argumentos falaces.
En la web “A las Aulas”, este verdadero nido de buitres corporativos, menciona a 100 organizaciones de la sociedad civil. Pero la verdad es que su hashtag tiene casi nula interacción. La campaña es un bluf, solo amplificada por la corporación mediática, a través de opinantes, escribas y “pedagogos” del capital que encuentran un micrófono abierto para ocultar así su nula representación social.

El petitorio pidiendo volver a las aulas, pesa a llamar a “ser millones por la Educación”, apenas suma 199.976 firmas. Lejos de esos millones, representan el 0,4% de los 45.808.747 de habitantes que estima el INDEC(1). Con meses de campaña y todo el aparato a su favor, apenas reúnen 4 firmas por cada 1.000 personas. Nada.
En su construcción discursiva, estos “desinteresados” sectores dicen preocuparle la salud emocional, el desarrollo cognitivo y la desigualdad de niñas, niños y adolescentes. Y plantean volver, sin cuestionar el sentido clasista que le asignan a la escuela estatal, al vulnerar el mandato de garantizar la educación como derecho social. Ni marcan su responsabilidad en que no se entreguen los dispositivos y conexión gratuita a la totalidad de docentes y estudiantes.

¿Qué hay detrás del mantra burgués por la presencialidad?

Machacan con una presencialidad plena, no por preocupación educativa, sino por la necesidad de “cuidado” de menores. Para volver a recolocar a la escuela como auxiliar de la producción y la ganancia empresaria. Con su apertura masiva, que podría sumar a la circulación a un tercio de la población, con 13.5 millones de estudiantes y 1.4 millones de docentes y auxiliares, buscan restituir el lugar de contención para que las familias se concentren en la reproducción de valor.

Detrás del mantra “A las aulas”, no hay un interés pedagógico ni por la didáctica, solo el rendimiento de madres y padres que necesitan de la escuela como espacio de guarda de lo que el capitalismo no contiene. Para así recuperar la caída tendencial de la tasa de ganancia.

Esta campaña responde además a una línea de la ONU, el Banco Mundial, la OCDE y la llamada Coalición Mundial para la Educación que apuran a los gobiernos volver al aula(2). Para la retomar la formación de millones de jóvenes que renueven la fuerza del mercado laboral. Y el egreso de los profesionales, cuadros y técnicos que sirvan a la burguesía en sus empresas o en el Estado capitalista.

Agitan además “A las aulas” por las cuotas. La Iglesia Católica, al igual que las evangélicas y el variopinto de entidades de enseñanza privada, quieren revertir la alta morosidad en el pago de cuotas y la caída de matrícula que se pasa a la estatal. En la Ciudad, con el 50% de matrícula privada, eso agrega peso a la insistencia de Larreta -promotor del privatismo-, por volver a un 100% de presencialidad.

Esto porque los colegios privados registran deudas por el 50% a 70% del estudiantado(3). Y una pérdida estimada del 30% de matrícula. Según informes de las asociaciones privadas(4), “las deudas promedio que mantienen los padres con los colegios, están entre los $25.000 y los $120.000”, aunque “hay familias con 3 o 4 hijos, cuyas deudas superan los $200.000”.

Por eso buscan generar una tendencia favorable a las clases presenciales y vencer toda resistencia social, educativa o sanitaria. Para avanzar en el imaginario de una “nueva normalidad” capitalista, donde la sociedad produzca, compre, preste servicios y retome los hábitos de consumo, dinamizando el mercado. A partir de ver que, si se “volvió” al aula, se supera la pandemia, viene la vacuna y todo tiende a esa normalidad. Sin importar el daño colateral que acostumbra el capitalismo.

Congreso Pedagógico para democratizar el gobierno y la política educativa

De nuestra parte, luchamos por otra educación, para la transformación radical, en sentido socialista. Nos desvela el proceso de enseñanza-aprendizaje y volver al aula como espacio pedagógico irreemplazable. Pero queremos definir cómo y en qué condiciones. Lograr que la vuelta a las aulas sea en condiciones, requiere que docentes, estudiantes y familias formen Comités de Infraestructura, Higiene y Bioseguridad en todas las escuelas y distritos, para controlar y evaluar todo. Junto a Comisiones de Asesoría Sanitaria con profesionales y trabajadores de la salud de organizaciones independientes, democráticas y de lucha.

En cada escuela, zona, distrito o provincia y a nivel nacional debemos exigir un plan de lucha para pararles la mano. Con hitos y fechas precisas, como el viernes 12, ante la reunión del Consejo Federal de Educación en Olivos. El miércoles 17 por ser “el” día de la pelea política con la burguesía, porque si avanzan en CABA, será un golpe al resto también. Para seguirla el 1º de marzo, cuando inician la mayoría de provincias, con un paro no menor a 48hs o 72hs.

Es necesario hacer asambleas de la docencia, junto a estudiantes y familias para hacer actas por escuela, al constatar que no están las condiciones edilicias, de presupuesto, cargos, sanitarias y epidemiológicas. Junto al plan de testeos y vacunación. Exigir a la Celeste de CTERA y los gremios, que rechacen la precariedad que implica la bimodalidad. Por aumento salarial para cubrir la canasta familiar y la designación de los cargos necesarios.

No queremos una nueva normalidad ni volver a la de antes del 2020. Educar no es reproducir contenidos al servicio del mercado, sino una construcción crítica y democrática, contra hegemónica y al servicio de las mayorías. En ese sentido, junto a gremios de la FND, Federación Nacional Docente y la Marrón, 9 de Abril, planteamos impulsar un proceso de asambleas, rumbo a un Congreso Pedagógico Resolutivo, con toda la comunidad educativa para discutir qué modelo de escuela necesitamos y para qué modelo de país.
Por el aumento del Presupuesto al 10% del PBI, a partir de no pagar la deuda externa, de impuestos progresivos a las riquezas y de eliminar los subsidios a la enseñanza privada y confesional. Así avanzaremos a un proyecto socialista, con un sistema educativo único, nacional y estatal, gratuito, obligatorio, laico, con perspectiva de género y ecosocialista para beneficio de la clase trabajadora y el pueblo.

1. INDEC. Población Total. https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel3-Tema-2-24
2. MST, 5 de agosto, 2020. Reprobable: La ONU pide reabrir las escuelas
3. Ámbito, 29 de setiembre de 2020
4. Infobae, 7 de Febrero de 2021