Elecciones en CABA. ¿Derechización o desgaste de las alianzas mayoritarias?
En la Ciudad de Buenos Aires se expresaron las contradicciones del régimen de manera particular y profundamente contradictoria. Si bien Juntos por el Cambio se puede anotar una victoria, la misma es sin entusiasmo y con desgaste.
Escribe: César Latorre
Lo primero que tenemos que decir es que más allá de que festejen, la Coalición de Juntos por el Cambio no logró desde su bastión capitalizar el enorme desgaste que ha recibido el gobierno a nivel nacional. Tan es así que incluso ha perdido más de 60 mil votos en relación a la elección de las PASO del 2019.
Hubo un hecho que evitó una fuga mayor de votos y permitió contenerlos, la interna con la candidatura del reciclado López Murphy, que logró retener lo que Vidal perdía por derecha.
Pero, el desgaste de la casta política tradicional en general, Larreta lo pagó con la artificialidad del cambio de distrito y de impostura de la ex gobernadora de la Provincia de Buenos Aires.
Candidato nuevo, peores resultados
El Frente de Todos hizo todo lo posible por capitalizar el desgaste del gobierno local municipalizando la campaña y con un Santoro, fiel a su estilo camaleónico, con discurso para todos los gustos, no binario según él, más binario que todos según nosotres. Halagaba las taser y se comprometía con la pelea socioambiental. Sin embargo, no logró levantar cabeza propia y fue castigado a tono con el derrumbe general del Frente de Todos. Quienes aspiraban a ser un fenómeno en la Ciudad, terminaron con un 24,6% perdiendo votos en relación al 2019, obteniendo una caída mayor en relación al oficialismo local.
Erosión acelerada de la «grieta»
Si bien es cierto que la «grieta» en la CABA tiene un peso importante y además contiene una polarización social que surge muy gráficamente del análisis de la votación de estas dos fuerzas por comunas, lo más dinámico es que entre ambas fuerzas perdieron un gran porcentaje del electorado. Incluso habiendo aumentado el padrón habilitado para votar con 400 mil votos.
En las PASO de 2019 habían contenido a más del 90% de las y los electores, y en esta elección llegaron al 78%. Es decir, una pérdida de 12 puntos. Este fenómeno es uno de los más importantes que surge de la elección. Por lo tanto, es fundamental analizarlo, ya que constituye una causa más que plausible de la explicación del voto por fuera de la grieta.
Los votos por fuera del binomio gobernante
Lo primero que es necesario decir es que, el relativo boom Milei (que la burguesía a través de los medios intenta magnificar hasta el infinito) lejos de representar un giro nacional, es un fenómeno particular y capitalino. Dicho esto, lo otro que es necesario problematizar es si el electorado que votó por Milei lo hizo por un programa fascistoide o en realidad representa un voto contradictorio que refleja múltiples cuestiones.
Nosotros, sin negar el contenido y el peligro que representa un sinvergüenza como este, creemos que su voto es contradictorio.
¿Por qué? Porque, por un lado, es muy difuso su propio discurso y se asentó sobre el problema de la casta política lo cual le permitió captar parte de la bronca a los partidos de la grieta. Y, por otro, su teatralización dura, radical y «rebelde» le permitió también llegar a un público joven profundamente despolitizado.
Esto no quiere decir que no haya voto de derecha fascistoide consciente, lo que no aparenta es que esa sea su mayor composición.
Zamora capta también el descontento con la casta
La imagen que se instaló de Zamora en la conciencia colectiva hizo que AyL resurgiera, relativamente, en esta elección después de haber quedado afuera en el 2019.
Lamentablemente, termina dispersando el voto en una variante personalista que, según él mismo dice, ya no es más de izquierda por más que las líneas editoriales lo sigan ubicando allí. Lo cual es absolutamente real, dado que ha abandonado por completo sus postulados más elementales y no sólo en lo discursivo, sino también en que se transformó en un hombre que vive de la política y que goza de un prestigio surgido de un esfuerzo colectivo.
Pese al escenario particular de la Ciudad, el FIT Unidad es lo más dinámico
Alcanzamos una muy buena performance superando el 6% y creciendo más de un 50% respecto a la elección del 2019. El voto a izquierda, a diferencia de Milei, si representa un fenómeno nacional y un voto más claro desde lo programático.
Y además, en el contexto de la interna de la que fuimos parte, logramos instalar un debate estratégico de cara a (R)Evolucionar a la izquierda para poder ser parte de un proyecto amplio y potente que justamente le corte el camino a los Milei frente al derrumbe de las coaliciones gobernantes.
La Ciudad se pronunció frente a los distintos proyectos de izquierda
La izquierda sectaria que no quiso sumarse al Frente de Izquierda Unidad y hacer los debates desde la unidad tuvo una elección completamente marginal no llegando siquiera al 0,5%. Incluso una figura mucho más instalada y que había sido diputado como Marcelo Ramal ha sido superado por nuestra joven compañera, Cele Fierro, que se presentaba por primera vez.
El debate en el marco de la unidad explica nuestros resultados
Hacia el interior del FITU hemos logrado una excelente elección superando el 13% en la interna. Para analizar este resultado hay que tener en cuenta que estábamos en competencia con figuras mucho más instaladas y con trayectoria en la Ciudad, como lo son Myriam Bregman y Gabriel Solano. Incluso ambos han sido legisladores porteños. En cambio nuestras candidatas Cele Fierro y Carolina Cáceres tuvieron que empezar bien de atrás instalándose como nuevas figuras en la ciudad.
En ese contexto creemos que algo fundamental para llegar a estos resultados fue también el debate que iniciamos en el marco del Frente sobre la necesidad de superar ciertos rasgos de conservadurismo y sectarismo, para transformarnos realmente en una alternativa para millones. Ser una izquierda convocante que se siga fortaleciendo y no deje pasar más oportunidades.
Los resultados obtenidos en las PASO, nos ponen muy cerca de conquistar una banca en la Cámara de Diputados y dos en la Legislatura porteña. El equivocado piso excluyente que pusieron PTS-PO-IS, hace que no podamos estar en la rotación si sale una diputada, y solo estaríamos en la rotación de la segunda legisladora. Esto es parte de las cosas que cuestionamos del funcionamiento del Frente, que además de antidemocrá-tico, no motiva a más sectores a sumarse.
A pesar de esto, haber logrado una buena elección, es el reflejo del justo reconocimiento a una lista que refleja a fondo a la primera línea de todas las luchas, y en particular del equipo de salud. Nuestra compañera enfermera, Carolina, de mantenerse estos porcentajes globales en la elección definitiva se convertiría en legisladora electa, y la enfermería y el equipo de salud conquistarían una banca.