Debate del FIT Unidad. La izquierda ante la guerra en Ucrania

El martes 31, en Unione y Benevolenza, se realizó un importante intercambio entre las fuerzas del FIT Unidad acerca de la guerra en Ucrania, uno de los hechos centrales de la realidad y que está produciendo un cambio fundamental en la situación de la lucha de clases en la región y en todo el mundo. Sergio García, dirigente de nuestro partido y la Liga internacional Socialista, Christian Castillo, del PTS y la FT-CI, Pablo Giachello del PO y Miguel Sorans de IS, fueron los panelistas. Reproducimos las ponencias de apertura y cierre del compañero Sergio García. Todas las intervenciones pueden verse completas en www.periodismodeizquierda.org

Buenas tardes a todas las compañeras y compañeros. Nosotros consideramos muy importante discutir y debatir sobre este tema, que es tremendo para la humanidad, como son las guerras. Las guerras para la clase obrera, para los pueblos, para nuestra juventud, en general son una situación tremenda para su cotidianeidad. Esa situación de guerra no se la puede separar de la decadencia general del sistema capitalista-imperialista que domina el mundo, que pone a la humanidad en una situación grave, de muerte, ahora en Ucrania, pero que pone en vilo el debate de una posible Guerra Mundial. Más que nunca, en ese sentido, para nosotros el debate de la guerra, además de tener una posición y una política para intervenir en ese debate, nos tiene que reafirmar en la necesidad estratégica de derrotar al capitalismo en el plano internacional. De abrir un camino socialista, de construir organizaciones revolucionarias a nivel nacional y a nivel internacional que tengan, precisamente, una estrategia socialista para enfrentar esta decadencia capitalista que está llevando a la humanidad a una situación muy, pero muy compleja. Y en esa situación, nosotros sí creemos que hay, y va a seguir habiendo, respuestas obreras y populares y luchas y rebeliones a lo largo del mundo.

Precisamente por eso, y en función de los objetivos socialistas, revolucionarios, que tenemos el debate de la guerra en Ucrania tiene que también pasar la prueba, o el desafío, de si las políticas que tenemos y que debatimos sirven o no. Si son útiles o no para desarrollar y acercarnos a esos objetivos, fortalecer construcciones, organizaciones, en el medio de semejante confrontación. Y por esa misma razón es importante debatir, sin ningún problema, que haya debate. Y justamente que haya matices entre las fuerzas del FIT Unidad, o que haya diferencias parciales y diferencias profundas, como las hay en torno a la guerra, no es un motivo para no debatir. Al revés, es para debatir, para clarificar, que haya choque de opiniones. Y también, como hicimos el 1º de Mayo, cuando sea posible, acordar 3 o 4 consignas para levantar frente a miles de trabajadores, también será bienvenido.

Ahora, con relación al tema de la guerra en particular, donde evidentemente escuchándonos a cada uno de nosotros van a ir surgiendo debates, diferencias importantes, hay debates en primer lugar en torno al carácter de la guerra. Porque efectivamente hay organizaciones y compañeros que definen la guerra como una guerra interimperialista. Y a partir de ahí se desarrolla toda una política, y se dice que la OTAN es el responsable fundamental de las situaciones. Es el caso de los compañeros del Partido Obrero. Tienen una posición parecida los compañeros del PTS. También se puede decir que hay una guerra de liberación nacional y a partir de ahí desarrollar una política. Nosotros en particular creemos que en la guerra se combinan distintas causas, situaciones que combinan y hacen más complejo el carácter de la guerra. Porque, efectivamente, hay una invasión de una potencia imperialista como Rusia, y eso le da un carácter de lucha de liberación, de defensa nacional, democrática, de un país semicolonial atacado por una potencia imperialista. Y a su vez, hay como parte de la situación, un alza en la confrontación interimperialista, en los roces interimperialistas, y eso es parte también, por supuesto, de lo que está pasando hoy en Ucrania y en todo el mundo. Entonces, no se puede, para nosotros, desarrollar una política justa y a fondo sin tomar en cuenta la globalidad de la caracterización de la guerra alrededor de estas cuestiones. Para nosotros, precisamente por esta combinación de causas, de situaciones, porque efectivamente la OTAN es responsable de la situación desde ya, pero lo es Rusia también y en primer lugar porque es que la que está invadiendo un país. En un sentido, la OTAN con todas sus provocaciones de avanzar sobre el Este europeo le terminó dando la excusa ideal a los planes, también imperialistas, de Putin de avanzar para recomponer todo su poderío en esa región. Entonces, hay responsabilidades compartidas, tremendas, de todos los actores imperialistas. Pero hay, en los hechos concretos, dentro del territorio ucraniano una potencia imperialista que está atacando y liquidando, como podemos ver todos los días, ciudades, población civil. Y las que están haciendo eso, son las fuerzas del imperialismo ruso.

Nosotros, a partir de esa combinación, de situaciones, causas y tareas, es que venimos levantando la necesidad de exigir en primer lugar el retiro de las tropas del imperialismo ruso de Ucrania, la solidaridad con la clase obrera y el pueblo ucraniano que están combatiendo como pueden en medio de esa situación, y desde ya la salida de la OTAN del Este europeo y también, por supuesto, su disolución como fuerza política militar. Ahora bien, que haya una combinación de distintas cuestiones no hace que se tenga que intervenir olvidando alguna de ellas, o dejándola de lado, o no dándole importancia. Porque efectivamente si, por ejemplo, Rusia está invadiendo, como lo ha hecho, hace ya casi 100 días a un país semicolonial, hay que tener una respuesta concreta a ese a ese problema específico. Hay que enfrentar a la OTAN, hay que denunciar a Estados Unidos. Pero a ese problema específico no se lo puede soslayar, ni se lo puede evitar. Se puede decir que no es exactamente igual a la guerra de Malvinas, o a otras guerras del siglo XX, y efectivamente no va a haber dos procesos exactamente iguales. Pero lo que hay es una invasión de una potencia imperialista sobre un país semi colonial, la hay. Entonces, los revolucionarios y las revolucionarias ¿apoyamos o no apoyamos a ese pueblo que está enfrentando esa situación? Si no lo hacemos, le estamos cediendo a la potencia invasora. Porque las cosas son claras: estamos hablando de la guerra. No estamos hablando de un debate filosófico. Hay tanques concretos todos los días de una potencia imperialista atacando a un país semicolonial, que tiene un nivel de resistencia muy importante de su población. Nosotros creemos que ese factor político no se puede obviar y que hay que tener una política para ser solidarios con eso. Desde ya que nosotros somos fervientes opositores de la OTAN, de Estados Unidos como jefe político militar de la OTAN, de Zelensky, de su régimen, de todos. Y estamos en contra de la utilización que están haciendo ahora, aprovechando la invasión rusa a Ucrania, para rearmarse, para generar una militarización a nivel mundial que pone en vilo a la humanidad. Y, efectivamente, que hagamos esto nos tiene que servir para tomar este elemento como una tarea muy importante. Pero no podemos hacerla quitando del medio el escenario concreto de la guerra que se desarrolla dentro del territorio ucraniano. Ahora ya, precisamente porque se empantanó bastante Rusia, no en todo su territorio sino en una parte, y cada tanto lanzando misiles u otras cosas. Y va a tener que seguir siendo, posiblemente, por mucho tiempo así. Por eso este no es un debate que termine hoy. Es un debate que vamos a tener que seguir desarrollando.

Para nosotros, sin tener ninguna de las corrientes exactamente la misma posición, los compañeros del PTS, Cristian Castillo que habló recién, cometen un error similar alrededor de este punto. Porque independientemente de que correctamente se plantee el retiro de las tropas rusas de Ucrania, es muy inconsistente hacerlo negándole la solidaridad y el apoyo a quienes están resistiendo esa situación. Por lo mismo que estamos discutiendo, porque no está en debate discutir si hay que enfrentar a la OTAN, si hay que derrotarla, si hay que pedir su disolución, si hay que movilizar contra sus planes de rearme. Eso, al menos, no es un debate con nosotros. Lo que sí está en debate es que mientras nosotros estamos acá, al interior de Ucrania hay una potencia imperialista bombardeando un pueblo. Y ese pueblo está resistiendo con sus obreros, con sus jóvenes, con sus trabajadores, con su comunidad, en una situación de desventaja absoluta. Entonces ¿qué le decimos nosotros a ese pueblo? Nosotros no vemos que se pueda tener una política revolucionaria en Ucrania, ni en ninguno de los países del Este europeo, sin estar a la vanguardia del enfrentamiento a la política y el imperialismo que los oprime y los bombardea todos los días. Es muy difícil darle la espalda a eso, compañeros. Para nosotros es un error político muy, pero muy grave. Porque miren qué profundidad, de a dónde conduce para nosotros una caracterización equivocada y el perder de vista que, en la combinación de causa y de circunstancia, una guerra muy compleja. Hay una invasión imperialista sobre un país semicolonial. ¿A dónde conduce no ver ese problema? A no darle una solidaridad, un apoyo a quien está sufriendo los bombardeos de esa potencia imperialista. Y se puede a la distancia decir lo que se quiera. El problema es qué se dice dentro de Ucrania si se quiere hablar de verdad con la clase obrera ocupada, con los trabajadores de ese país.

Para nosotros, precisamente, por el carácter de la guerra, por la situación en la que se está, hay una combinación muy importante de tareas en función de una estrategia socialista. Que se tiene que aplicar en todos los lugares del mundo, pero en primer lugar se tiene que aplicar en el escenario donde se están desarrollando los acontecimientos. Y en ese escenario hay que apoyar el derecho, que como marxistas para nosotros es un principio elemental ante la guerra, que es el derecho de una nación a no ser usurpada, a no ser invadida. Su derecho democrático a liberarse de una potencia que la está invadiendo. Como todos los que vivimos y hemos enfrentado al imperialismo estadounidense en mil ocasiones, y hemos denunciado a lo largo de todo el mundo cuando invade. Porque son unos hipócritas que ahora dicen «somos la democracia». Pero por qué, así como denunciamos con fuerza todo eso en el caso de Estados Unidos, no vamos a denunciar lo mismo en el caso de otro sector imperialista, que está cometiendo una acción tremendamente sangrienta en función de sus propios intereses capitalistas e imperialistas.

Y esto para nosotros va también de la mano con un error político que vemos en diferentes sectores políticos de la izquierda de acá y del mundo: cómo caracterizar y cómo pararse frente a Rusia en particular. Porque en general se dice que, y los compañeros del Partido Obrero son unos de los que escriben bastante sobre eso, la responsabilidad de lo que pasa es de los imperialistas y un poco de Rusia. Pero, ¿qué es Rusia? Para nosotros es claramente un país imperialista, que está en desarrollo, que no tiene todavía tal vez los niveles en el plano económico que tienen otros sectores imperialistas. Porque precisamente hay distintos imperia-lismos. Pero hay un poderío militar tremendo que hace que no haya población alrededor de los países de Rusia que no lo considere una potencia imperialista. Así lo sienten los ucranianos, así lo sienten un montón de naciones que han sido o invadidas o han sufrido algún tipo de agresión por parte de Rusia. Y esa cuestión es muy importante, porque no se tiene la misma política frente a un país si uno lo considera imperialista que si no lo considera. Y no solo no se tiene la misma política en Ucrania.

Si mañana hay una confrontación internacional también va a estar este debate. ¿Cómo te ubicás en una confrontación internacional si no partís de entender que hay distintos imperialismos, que están en pugna y que efectivamente la política de la izquierda anticapitalista y socialista tiene que ser independiente de todos ellos? Y, en el caso efectivo de Ucrania, siendo vanguardia del enfrentamiento al sector imperialista que está invadiendo un país. Nosotros alrededor de esta cuestión creemos que hay una tarea primaria que es apoyar a la clase obrera, al pueblo ucraniano. Apoyar esa resistencia, no dejar que la masacren. Esa es una tarea que se combina con otras. En eso tenemos alguna diferencia o matices con los compañeros de Izquierda Socialista de la UIT, porque creemos que son un poco unilaterales en función de la primera tarea, que es correcta, pero deja un poco para otro momento el enfrentamiento global a la OTAN y a todas sus fuerzas. Por eso, nosotros nos basamos en una caracterización de cómo es la guerra y creemos que hay tareas que se combinan, no es una ahora y otra en un futuro. Sino que hoy hay que enfrentar al imperialismo ruso, y a la vez a la OTAN, y a la vez al rearme y además, a la vez, al gobierno de Zelensky. Por supuesto que es más difícil hacer todo eso. Pero el problema de la política de la izquierda no puede ser si es fácil o difícil. Tiene que ser si es la política correcta para llevar adelante.

Y como me queda poco tiempo en esta primera ronda, creo que es muy importante definir que las políticas se ponen a prueba si se avanza en construcciones revolucionarias en los países en cuestión. Nosotros tenemos el orgullo de no desarrollar la política nuestra desde acá, sino de hacerla con nuestros compañeros desde Kiev, los compañeros de la Liga Socialista Ucraniana, los compañeros de los Sindicatos Independientes, los compañeros que construyen la LIS al interior de ese proceso de guerra. Los compañeros con los que vamos a una reunión nueva el mes que viene para discutir en esa situación. Porque la política pasa la prueba, no por si nos gusta a algunos de los que estamos acá; es si en función de lo que se dice en todo el Este europeo se pueden construir organizaciones revolucionarias. Y nosotros creemos que con la política que levantan los compañeros del PO y del PTS no van a poder construir en todo el Este europeo una política y organizaciones, porque no se puede construir una política acertada si no es, en primer lugar, vanguardia de enfrentar al imperialismo que los está atacando brutalmente. Y desde esa política, sí se puede tener una posición fuerte e independiente para denunciar también a la OTAN y a todos los sectores imperialistas que ahora se están rearmando. Entonces, a partir de ahí creemos que, más allá de este debate, nosotros tenemos que buscar los canales para igualmente explorar acciones unitarias contra la guerra en nuestro país. Y que el FIT-U pueda tener nuevas acciones que nos permitan en unidad, mientras seguimos debatiendo, tratar de hacer acciones contra una guerra que es un desastre para la humanidad y pre-anuncia una posible Guerra Mundial.

Intervención de cierre de Sergio García

El debate por supuesto implica una reafirmación de posiciones y polémicas y de distintas caracterizaciones y políticas. Como todo proceso dinámico, una guerra, en la medida en que se van provocando cambios, obviamente en la política se puede y se debe ajustar, precisar o modificar. Por ejemplo, si en algún momento se traspasaran los límites de un ingreso directo de tropas de la OTAN, bueno, esa sería una situación que va cambiando, y todo el mundo tendría que pensar la política alrededor de ese tema. Pero, hoy por hoy, la caracterización de la guerra y la situación en la que está, sigue siendo un intento del imperialismo de la OTAN, de todas sus alas, de no intervenir directamente con sus tropas, y una resistencia de un país semicolonial a la invasión de una potencia imperialista muy poderosa. Y la política es revolucionaria si responde a lo que está pasando en esta situación y no a lo que puede pasar en otro momento, donde habrá que precisar y ajustar las políticas si efectivamente sucede. Yo no comparto lo que planteaba Pablo (PO) recién en relación a la Rusia venida a menos, o como se le quiera llamar. Si no vivo en otro mundo, toda la humanidad está discutiendo una confrontación entre la OTAN y Rusia. Y Rusia como socio de China. Ese es el mundo real. Querer creer que, por algunos datos económicos, Rusia es una potencia que está cada vez peor, no tiene mucho que ver con esta realidad. Porque no se define eso por si Rusia está más o menos empantanada en la guerra. Estados Unidos se ha empantanado en diez guerras y nunca dejó de ser por eso una gran potencia imperialista, más o menos debilitada. Rusia es la segunda potencia comercial en armas, tiene el 20% de las armas. Comercia y tiene la potencia energética más rica del mundo. De hecho, en granos y en otras cuestiones, tanto Rusia como Ucrania están provocando un lío bárbaro de precios y desabasteci-miento por el peso que tienen. Nosotros tenemos que saber que Rusia, históricamente y en la actualidad, tiene una política imperialista. O, dicho de otra manera, salvo los pocos años de Lenin y Trotsky, la ha tenido siempre, desde la época de los zares donde tenía planes imperiales pasando por el estalinismo después. Y ahora, en esta combinación que hace el régimen de Putin entre retomar los sueños zaristas mezclado con mucho estalinismo, autoritarismo, en el medio y sobre esa base sojuzgar a pueblos enteros.

Entonces, nosotros tenemos que intervenir en ese escenario real con esos actores reales que hay. Que tienen en nuestra opinión claramente un desarrollo imperialista. No ver eso en esta situación, es no ver la ley de desarrollo desigual y combinado, que hace que potencias imperialistas puedan tener más desarrollada una rama militar o política y menos la rama de exportación de capitales. O distintas combinaciones, como siempre ha sido con los imperialismos. Pero en un sentido es salvarle o lavarle la cara a Putin, y al régimen de Putin, colocarlo en una situación de inferioridad en relación a otras potencias. Porque es verdad que no es lo mismo el imperialismo yanqui, el alemán o el ruso. Tienen diferencias. Algunos son más potentes y otros menos. Pero todos tienen una estrategia imperialista para actuar en esta guerra, y en todas las que están pasando, o en otros conflictos que han pasado en la región.

Tenemos que discutir con claridad, compañeros y compañeras, si una potencia imperialista, o incluso quien no la define como imperialista, si una potencia muy desarrollada invade un país semicolonial, ¿lo vamos a apoyar o no lo vamos a apoyar en el terreno de su resistencia? Pero no porque lo diga yo. Porque es lo que te pide la clase obrera. Tu clase de ese país te pide. Hay organizaciones sindicales independientes, hay trabajadores, hay muertos, compañeros. Nuestro Sindicato Independiente, en el cual militan nuestros compañeros, tienen mineros muertos, obreros muertos en el enfrentamiento a las tropas rusas. ¿Qué le decimos nosotros? ¿Que no los apoyamos porque a ellos los dirige la OTAN? ¿Esa es la respuesta? Pero la OTAN no tiene los soldados ahí. Los que están combatiendo son muchos sectores populares, no una pequeña resistencia. Entonces ¿qué le tenemos que decir nosotros? Creemos que, como parte de una política integral, hay una tarea obvia, que es de solidaridad, que es de clase, que es internacionalista: ayudar al que está combatiendo, al que está en la retaguardia, al que no tiene comida, al que trata de organizar su sindicato en esa condición, al que enfrenta a Zelensky en esas condiciones. Un Zelensky que aprovecha precisamente el escenario de guerra para ir contra conquistas obreras, contra derechos sindicales. Yo lo escuchaba a Pablo recién y, con todo respeto Pablo, no podrías hablar en ninguna ciudad de Ucrania con todo lo que estás diciendo. Porque para hablarle a la clase obrera en ese país tenés que estar al lado de ellos, que están enfrentando una potencia imperialista que los invade. No se puede hablar de otra manera.

Para nosotros no hay política revolucionaria en esta guerra sobre la base de caracterizar mal a la potencia que invade un país. No hay política revolucionaria cediéndole, colocándose una en una situación o en una posición semicampista. Como tampoco hay una política revolucionaria estando del lado político de la OTAN, de Estados Unidos, desde el cual no hay que estar, hay que denunciar, y más que nunca ahora que están en un proceso de rearme tremendo. Como Alemania, por ejemplo, que está votando presupuestos tremendos. Porque aprovechan esta situación. En un sentido y como otra vez ya ha pasado, el campismo le da una mano al imperialismo occidental. Porque con las aberraciones que hace, le deja servido en bandeja ante la opinión pública internacional, que los autoritarios son los de allá y los democráticos los de este lado. Y los que vivimos de este lado sabemos que no son democráticos de nada, que son la peor mugre imperialista, que han hecho atrocidades iguales o peores de la que se hacen hoy al interior de Ucrania.

Nosotros con toda claridad compañeros, porque el debate obviamente va a seguir y todo debate es lícito y es apasionado y hay que hacerlo a fondo… Nosotros estamos orgullosos de la campaña que hacemos de solidaridad, en apoyo, y de haber estado, por ejemplo, juntando dinero para enviarle a los sindicatos con los que nosotros actuamos dentro de Ucrania. Yo leía, compañeros, porque todos leemos las páginas web de todos, porque es parte del intercambio entre todos, algunos textos diciendo «bueno, pero cómo se puede ser ridículo al juntar plata para un país donde su presidente es de la OTAN». Todo lo contrario para nosotros. Para nosotros hay cuestiones de clase internaciona-listas básicas: cuando en un país oprimido su clase obrera está peleando y pide solidaridad, es una tarea de principio político ayudar. Es un orgullo, lo pueden ver en nuestra web, la cantidad de docentes que han puesto plata en la puerta de las escuelas, trabajadores de la salud y la primera línea en los hospitales, trabajadores ferroviarios, choferes, trabajadores del SUTNA poniendo plata en la puerta de sus lugares, estudiantes poniendo plata. Y se pueden ver los vídeos de un montón de dirigentes sindicales de Ucrania agradeciendo esa solidaridad. Porque esa solidaridad de clase es la única que permite desarrollar una política a futuro. Porque sin esa solidaridad previa, por más que hablemos todo el día contra la OTAN, no vamos a derrotar a la OTAN sobre la base de dejar que masacren a la clase obrera y al pueblo ucraniano. Ninguna OTAN se derrota por esa vía. Entonces, con toda la complejidad que tiene el tema, con todas las contradicciones, porque efectivamente no es una guerra sencilla, tiene muchas aristas, sectores imperialistas en los dos lados, hay un montón de fuerzas y una pelea por la hegemonía mundial en el fondo. Ahora, todo eso no puede no decirse, pero a su vez no puede utilizarse para dejar que masacren un país entero que está peleando por su derecho nacional. Que es su derecho a ser país. Porque nosotros estamos a favor de ese derecho. Como estamos a favor también del derecho a la autodeterminación de Crimea, del Donbass, y de otros sectores. Pero no hay derecho a la autodeterminación mientras haya un solo tanque de Putin ahí adentro. El derecho de autodeterminación es sin ningún país invadiendo la soberanía de ese Estado. Y a partir de ahí, lo que quieran decidir los trabajadores y el pueblo de esa zona, será precisamente su derecho a la autodeterminación y nosotros lo defenderemos y lo respetaremos, independientemente de que luchamos por una Federación de Repúblicas Socialistas, luchamos por la unidad de la clase obrera ucraniana y la clase obrera rusa. Pero esa unidad, compañeros, difícilmente se logre si la solidaridad de clases entre esos países no implica, en primer lugar, dejar masacrar a la clase obrera ucraniana. Así difícilmente haya una unidad de clase en toda la región.

Entonces, nosotros estamos orgullosos por eso. Porque en última instancia, compañeros, siendo trotskistas, siendo revolucionarios, anticapitalistas, socialistas, entendemos el proyecto del trotskismo como un proyecto internacionalista y militante. Y donde no hay proyecto internacionalista y militante es difícil decir que hay un proyecto que se pueda denominar trotskista en toda su dimensión. Entonces, todo esfuerzo militante, político, que implique el principal hecho internacional y la principal confrontación que hay, nos tienen que encontrar activamente para responder a eso y generar mejores condiciones para lo que viene. De la misma manera que cuando discutimos en nuestro país que nuestro Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad, que todos queremos y valoramos, mejore y se potencie, sea mucho más que un frente electoral, también es parte de la misma estrategia. Es para ser más fuertes, para estar en mejores condiciones para todo lo que viene. Porque detrás de la guerra de Ucrania viene la posibilidad de una guerra. No lo sabemos, nadie tiene la certeza. Pero puede haber una guerra mucho más profunda. Pero no vienen solo penurias para la humanidad. También van a venir rebeliones, también van a venir revoluciones, también van a venir alzamientos. También van a venir descontentos como ya han empezado a suceder por faltantes de comida, por la inflación. Esa situación tiene que encontrar a los revolucionarios con partidos en Ucrania, con partidos en Bielorrusia, con partidos en Rusia, con partidos obviamente en la Europa occidental. Y nos tiene que encontrar acá con un Frente de Izquierd-Unidad mucho más fuerte, sólido, de lo que es hoy, para responder a lo que se viene. Después, sobre esa base compañeros, sigamos discutiendo todo lo que haya que discutir, sin perder de vista que más allá de profundas diferencias que podamos tener en determinados temas, nuestra responsabilidad es igual por la clase obrera de Ucrania, por la de Rusia y por la de todo el mundo: buscar puntos de unidad que nos permitan hacer acciones comunes ante este tema cada vez que sea posible.