Entre el discurso de odio y la represión. Pueblos Originarios. Un debate necesario

Escriben: Nico Mc Namara y Emilse Saavedra

La persecución y el hostigamiento a los pueblos originarios parecen no tener freno. La reciente detención de 7 compañeras, algunas lactantes y embarazadas, se suman a la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado; los asesinatos de Rafael Nahuel y Elías Garay, las múltiples represiones a las comunidades de Cuesta del Ternero, Vuelta del Río, lof Cushamen, lof Winkul Mapu.

La represión del 4 de octubre en Villa Mascardi, desempolvó un discurso de odio que tiene décadas de instalación en nuestro país. Una represión que se desata luego de la presencia de la ex ministra de seguridad Patricia Bullrich en una movilización de tintes patrióticos que tenía como consigna la «defensa de Villa Mascardi». Defensa que este sector entiende como la eliminación de quienes «no son ni serán parte de la Patagonia», así lo expresan abiertamente en un comunicado que hace pocos días hacen circular por la comarca andina desde el grupo organizado bajo el nombre de Legión Nacional Patriótica.

A esta campaña de demonización impulsada por la derecha más reaccionaria, el gobierno del Frente de Todos también la lleva a la práctica. Acá no hay grietas. Por eso es que el gobierno ha impulsado la conformación de un «comando unificado», que se dedica a espiar, amedrentar y desalojar al pueblo Mapuche de las tierras recuperadas.

El doble discurso de los gobernadores

No es casualidad la circulación de estos mensajes de odio, cuando asistimos a la demonización de los pueblos originarios por parte de los gobiernos que dicen reconocerlos. «Una cosa es la comunidad del pueblo mapuche, reconocida por el Consejo de Desarrollo Indíge-na, que tiene voz en el presupuesto de la provincia e incluso escuelas bilingües. Y otra cosa es este grupo al que no le interesa el diálogo, que pone en discusión al Estado argentino y al sentido de la propiedad y utiliza la violencia» afirmó Alberto Weretilnek (ex gobernador de Río Negro) en 2017, sobre el desalojo en Villa Mascardi. Afirmaciones similares vomita Arabela Carreras (actual gobernadora de Río Negro) como la continuidad de esa política represiva en la provincia.

En Chubut también se mantiene el hilo de la violencia para con las comunidades mapuche. «Miren quiénes son y vean los que están en contra de la ley, de los mapuches, porque la comunidad mapuche está integrada, trabaja y es parte de nuestra comunidad» decía el difunto ex gobernador Mario Das Neves mientras reprimía la Lof Cushamen y desaparecía Santiago Maldonado; el sucesor Mariano Arcioni no se corre de la línea, premia a quienes reprimen, nombró como Jefe de la Policía a César Brandt condenado por reprimir a la comunidad de Vuelta del Río.

Con discursos lavados y posando de progres, los gobernadores dicen «integrar» a las comunidades originarias, cuando lo real es la negociación con los grandes magnates que tienen comprada la Patagonia como Lewis o Benetton, a quienes le garantizan las fuerzas represivas cuando se trata de desalojar a los «invasores».

Letra muerta

Lo que los funcionarios públicos están «obligados» a decir, tiene que ver con la legislación vigente. La inclusión del idioma mapudungun, las escuelas bilingües, la personería jurídica de las comunidades y el reconocimiento de sus tierras son parte de la reforma constitucional de 1994; el artículo 75, inciso 17 señala «la propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y la participación en la gestión de sus recursos naturales», pero, en la práctica sucede poco y nada.

A nivel nacional con la ley 23.302 se crea el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), un organismo que debería garantizar el cumplimiento de los derechos de los pueblos originarios. En 2006 este organismo inició un Relevamiento Territorial que sólo se concretó en un pequeño porcentaje, y que no contempló la entrega de títulos de propiedad comunitarios. La ley 26.160, ahora vencida, declaraba la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias. En la actualidad no solo no se reconoce la propiedad de las tierras, sino que se profundiza la persecución, el hostigamiento y la represión.

Contra el capitalismo extractivista

Está claro que no es suficiente la existencia de las leyes si no hay una política de estado para cumplirlas. En pos de beneficiar siempre a los magnates y a las multinacionales, quienes pierden la vida defendiendo el territorio son las comunidades mapuche tehuelches. La agenda compartida por JxC y el FDT para aumentar el saqueo extractivista, requiere de una maquinaria de propaganda anti Mapuche. Esto se debe a que son estas comunidades, junto a una creciente vanguardia joven quienes más se oponen a los proyectos contaminantes, resisten en los territorios y llevan adelante una vida que busca ser en armonía con la naturaleza (kvmu felen). La necesidad de generar dólares para pagar una deuda fraudulenta es la que marca el camino para los gobiernos de turno.

La deuda legitimada por el gobierno meses atrás, sumado a los nuevos compromisos asumidos frente a organismos internacionales, las giras por Estados Unidos de Massa, gobernadores y distintos funcionarios, responde a su necesidad de buscar inversiones para obtener dólares, a cambio pretenden entregar los bienes comunes de todo el territorio, exponiéndonos a más saqueo y contaminación.

Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad, repudiamos la represión y el comando unificado que esta actuando en la zona. Exigimos al gobierno nacional, la finalización del relevamiento que establece la Ley 26.160, y que garantice la enseñanza bilingüe e intercultural.

«En suma, como sistema económico-social lo único superador del capitalismo es la construcción del socialismo: una sociedad sin explotación ni opresión. Por eso no compartimos el indigenismo, ideología que plantea volver atrás, a modos de producción precapitalistas.

Como socialistas, defendemos el derecho de los pueblos originarios a sus territorios ancestrales o suficientes, el respeto a su identidad y cultura, incluso debatir a futuro la alternativa de un Estado plurinacional democráticamente constituido, en donde todos los habitantes podamos convivir en paz. En el marco de la pelea de fondo por una sociedad socialista sin explotadores ni explotados.

Políticas genocidas hacia el pueblo nación mapuche

«Ka antv, tañi yal ñi pu yal mew, wixapvrapayan» (un día, en los hijos de mis hijos, me levantaré) Kajfvkvra.

Escribe: Fabián Epulef (*)

El martes 4 de octubre se produjo una feroz represión contra la comunidad Lafken Winkul Mapu de Villa Mascardi. Esta represión estatal estuvo a cargo de más de 250 efectivos del comando unificado compuesto por la PSA, la gendarmería, la policía federal y prefectura. La unificación de las fuerzas represivas y la represión contó con un amplio apoyo de los diferentes partidos patronales y mayoritarios de la Argentina. Así lo expresaron Aníbal Fernández y Patricia Bullrich, referentes del Frente de todos y Cambiemos respectivamente. El gobierno de Río Negro también salió a respaldar esta represión a través de la gobernadora Arabela Carreras y de uno de sus ministros, Rodrigo Buteler.
Esta represión fue seguida de varias detenciones en la zona. Siete lamgen (hermanas) fueron detenidas, algunas de ellas junto a sus hijas y una a punto de parir. La jueza que interviene nunca informó a las detenidas de qué se las acusaba y por qué eran detenidas. Acto seguido ordenó los traslados al penal de Ezeiza de algunas de las lamgen.

El antecedente más cercano a esta situación fue en el año 2017. Esta comunidad fue reprimida duramente. La machi de la comunidad fue detenida y obligada a comer tierra por parte de las fuerzas represivas estatales. Dos días después, fue asesinado por la espalda Rafael Nahuel por el grupo albatros de gendarmería nacional.

Estos hechos no son novedosos en la memoria social del pueblo nación mapuche. El Estado nacional argentino, en los procesos de homogeneizar la sociedad, aplicó políticas genocidas sobre los pueblos originarios. Según Lenton (2010) «Se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo».

Uno de los aspectos fundamentales del genocidio es su planificación. Durante el gobierno de Mitre, en 1867, el Congreso sancionó la ley 215 que permitía al Estado Nacional correr la línea de frontera hasta las márgenes de los ríos Negro y Neuquén. A esta ley no se le asignó las partidas presupuestarias por lo que no fue de inmediata aplicación. Ya bajo la presidencia de Avellaneda, Estanislao Zeballos escribió un informe a pedido del ministro de guerra, Julio Argentino Roca, y el congreso sancionó la ley 947 que permitía al estado nacional tomar un empréstito especial para financiar las «Campañas al desierto». El informe de Zeballos fue clave para propagandizar entre las burguesías terratenientes los beneficios de las «campañas».

Iniciadas las campañas en 1878, se producen los primeros fusilamientos de prisioneros mapuches encerrados en corrales. Esto marca muy bien el exterminio físico que comienza a ejecutarse. No solo se avanza sobre las comunidades «rebeldes», sino sobre aquellas comunidades que eran consideradas «indios amigos» e, incluso, aquellas que habían sido cristianizadas por la acción de las órdenes religiosas, como por ejemplo los salesianos.
Tomadas prisioneras las familias mapuches fueron trasladadas a Buenos Aires por las autoridades del ejército. Muchas de esas familias fueron llevadas a la isla Martín García. Otro aspecto importante del genocidio es impedir el nacimiento y la transmisión cultural. Estas características de las políticas genocidas se observan en la separación de las familias que fueron desmembradas. Los niños y las niñas fueron repartidas entre las familias más pudientes de la élite porteña. Las mujeres eran llevadas a esas casas para realizar la limpieza. Los varones, en su mayoría, fueron a parar a los ingenios azucareros de Tucumán y Salta tal como había prometido y planificado Julio A. Roca. Esta separación familiar claramente impide nacimientos y la transmisión cultural.

El territorio patagónico fue repartido entre los grandes terratenientes que habían colocado sus capitales para garantizar los recursos suficientes para el ejercito argentino. Estas iniciativas privadas no fueron individuales, sino acuerdos entre la burguesía terrateniente, organizada en la Sociedad rural argentina. Otras tierras fueron repartidas a través de premios militares y luego concentradas por los jefes militares.

Ese territorio apropiado por el Estado argentino es la causa del despojo de las lof mapuche. La concentración de grandes extensiones de tierra le permitió a la burguesía terrateniente consolidar su posición como clase dominante. Los herederos de estos terratenientes, empresarios del turismo y dueños extranjeros de grandes extensiones de tierra son los que reclaman la represión en defensa de las tierras que usurparon en el siglo XIX. Sus intereses privados los intentan hacer pasar como intereses generales del Estado argentino, apelando a la idea de una pérdida de soberanía argentina sobre la Patagonia.
El genocidio deja implantada una estructura de un imaginario de cómo se va a considerar a los pueblos originarios y que tienen vigencia en la actualidad. Tienen vigencia porque hasta el momento estos hechos no fueron juzgados y, por ende, no han finalizados estos procesos. Este imaginario social tiene su correlación con políticas indígenas. Políticas que han sido marcadas por despojo de las tierras de los pueblos originarios y puestas al servicio de los terratenientes. Hacia 1880 al servicio de un modelo agroexportador y, en los últimos años del siglo XX, al servicio de los modelos neoextractivistas.

Las lof mapuche reclaman la restitución de las tierras usurpadas, que por derecho ancestral les corresponden. Se reclaman estas tierras en un contexto de recuperación de prácticas culturales, políticas, económicas y sociales. La lof lafken winkul mapu reclama el territorio ancestral que le permita desarrollarse como lof, sin el cual es imposible realizar las prácticas culturales, políticas y comunitarias ancestrales.

Diferentes organizaciones sociales kaxipace (de otros orígenes), organizaciones y lof mapuche reclamaron en las calles el cese de la represión, la disolución del comando unificado, la libertad de las detenidas de manera arbitraria, el retorno de la machi Betiana al rewe y la restitución de las tierras comunitarias ancestrales. Solo la lucha podrá frenar la represión estatal apoyada por un gran arco político con opiniones racistas.

Entrevista a Mayra Sepulveda Sayhueque, Zomo Mapuche (mujer mapuche)
«El territorio recuperado fue arrebatado y usurpado en tiempos de la conquista»

¿Cuál es la situación en la Lof Lafken Winkul Mapu?

La comunidad se encuentra ya hace dos semanas, 15 días, en conflicto en donde, como es de público conocimiento, se ingresó al territorio recuperado, donde se detuvieron a las lamuen, mujeres, y hasta el día de hoy, seis de ellas continúan detenidas. Pero no se logró detener al resto de los integrantes de la comunidad que hoy se encuentran en el wincul, en la montaña, resguardados en su integridad física

¿Qué es lo que se reclama?

Lo que hoy se está reclamando ya con 13 días de huelga de hambre que llevan nuestras lamuen detenidas junto a sus pichikeche (infancias), es la libertad inmediata de la machi, Betiana Coluan Nahuel, nuestra autoridad espiritual de Puel Mapu; la libertad de ella y de sus pichikeche, y la libertad de las otras 5 lamuen que están detenidas injustamente. El cese de las causas judiciales y que los pu lamuen pudamos volver al territorio para seguir desarrollando nuestra vida como mapuche, en comunidad, en el territorio que fue recuperado, un territorio que fue arrebatado y usurpado en la época de la conquista, posteriormente con Parques Nacionales, que también hizo un ingreso violento en esos territorios; en la memoria colectiva de nuestros abuelos todavía se recuerda cómo Parques Nacionales ingresó, quemó casas, quemó personas, asesinó personas para establecerse. Entonces lo que hoy se pide es poder volver a la comunidad, poder seguir desarrollando la vida en comunidad, y, fundamentalmente, seguir resguardando y levantando el rewe (espacio ceremonial) de la machi Betiana Coluan, que es un sitio, un lugar sagrado para todos los mapuches, no solo los de Puel Mapu (este de la cordillera), sino también los de Gulu Mapu (oeste de la cordillera); que cesen los procesos judiciales y que haya un real respeto por lo que está escrito en las constituciones nacionales, en los tratados internacionales de la reparación histórica, pero que tiene que pasar de la letra muerta a las acciones y a las políticas públicas, principalmente con la devolución de los territorios, y también respetando nuestro feyentun, nuestra creencia, porque hoy está siendo avasallado un sitio que es espiritual y que es muy importante, de un alto valor espiritual para nuestro pueblo. Y no se siente el peso de la denuncia ni de la indignación; que diferente hubiese sido si se hubiese profanado alguna iglesia o algún sitio de otro culto; el pueblo mapuche se sigue deslegitimando y también menospreciando la forma de vida, que es ancestral y que tiene millones de años en este territorio.

¿Cómo se encuentran la Machi y las Lamuen?

La lamuen machi hoy se encuentra en prisión domiciliaria junto con la lamuen Celeste, están con sus pichikeche, ellas tienen las dos unos niños muy pequeños. La machi tiene un ni bebé de 4 meses y otro de 3 años, y la lamuen Celeste un bebé de un mes y otras niñas más. Las otras lamuen se encuentran detenidas en la PSA. Las seis mujeres mapuches hoy están llevando adelante una huelga de hambre para exigir su libertad. Estamos en el día 13 ya de iniciada la huelga, por lo que también es necesario y urgente una vía de solución a este conflicto porque corre peligro la integridad física de nuestras lamuen. Igualmente, ellas se encuentran dignas, asumiendo la prisión política como parte de nuestra lucha. Asumiendo con dignidad estos procesos, siendo conscientes de que por más procesos.

¿Cuáles son las próximas acciones?

Por último, las acciones que se están llevando en los diferentes territorios de Puel Mapu, pero también de Gulu Mapu, son diferentes manifestaciones de visibilización, marchas, diferentes estrategias que se fueron dando los diferentes lamuen de los diferentes territorios para poder visibilizar la situación; marchas, movilizaciones, intervenciones artísticas, hoy también estamos un poco promoviendo que se siga difundiendo por las redes, invitando a toda la gente que pueda expresarse y hacer un video o hacer una foto para que todo esto siga teniendo repercusión, visibilización y que con la fuerza, no solo del pueblo mapuche, si no también de todo el pueblo consciente que acompaña, podamos lograr la libertad de las lamuen y la vuelta al rewe de nuestra machi.

También se viene pensando la posibilidad de poder llegar desde diferentes territorios en una gran caravana a acompañar ahí al territorio de FuriLofChe, al Relmu Lafken (lago arcoíris, nombre mapuche del Lago Mascardi), a Villa Mascardi…poder hacer una caravana que nos permita llegar al territorio a acompañar a los pu lamuen y, principalmente, a levantar nguillipún (accion de pedir en ceremonia, mediante un ruego/ofrenda), que es lo que nos está haciendo el llamado también nuestra machi, a hacer nguillipún en todos los territorios, a hacer nuestras ceremonias, a levantar nuestras ceremonias, que todo ese feyetún (fe, creencia espiritual) que todas esa fuerza, nuestro feyetún nos permita seguir movilizados y seguir firmes en el pedido de libertad de nuestras ñañas.
Bueno, y por otro lado se viene buscando la posibilidad de generar una gran movilización a nivel nacional que pueda ser replicada tanto en Buenos Aires como en todas las provincias, en todas las localidades, pero bueno, se está pensando, todavía no tenemos fecha ni nada, pero sí es algo que queremos que salga para seguir estando presentes en las calles con este pedido.

N.de la R.:
– Machi: médica Mapuche.
– Mitre: Presidente de la República Argentina de 1862 a 1868.
– Avellaneda: Presidente de la república Argentina 1874 a 1880.
– Estanislao Zeballos: Ministro de relaciones exteriores en tres oportunidades.
– La Campaña del desierto, comenzada en 1878, fue un operativo militar de exterminio de los pueblos originarios.