Otro collar para el mismo perro. Del Frente de Todos a «Unión por la Patria»

El frente oficialista ha mutado de nombre para tratar de evitar un desastre electoral, pero todo indica que no hay ningún cambio de planes.

Escribe: Nadia Burgos

Cerradas las alianzas electorales, los partidos del régimen, patronales y capitalistas siguen sin resolver cómo sortear el hartazgo que provoca la crisis social, económica y política que ellos generaron.

Juntos por el Cambio sostuvo su armado y su nombre, y se debate qué candidato es mejor para expresar su programa político y sortear el desafío de llevarlo adelante. Mientras, en el país ya tenemos coordenadas de cómo quieren avanzar, Jujuy y la nueva constitución de Morales lo demuestran, y el pueblo que resiste es una clase a lo que se tendrán que enfrentar quienes sigan ese camino de ajuste y autoritarismo.

Del otro lado de la supuesta grieta y quienes se proponen dentro de los márgenes capitalistas hacerle frente a esa derecha, está el Frente de Todos en el gobierno y cargando con una desaprobación cada vez mayor. Pero ese no es el único problema que tienen, están buscando candidatos y un nuevo armado discursivo que permita contener a los desencantados.

El frente de gobierno, peronistas, kirchneristas y massistas utilizan el argumento de “enfrentar a la derecha” para alimentar el voto por un supuesto mal menor. Estrategia engañosa que queda al desnudo si uno se adentra en el debate del armado electoral y más aún si uno ve la perspectiva de gobierno.

Lo primero que muestra esa estrategia discursiva es el tinte de derecha que tiene su nuevo nombre: Unión por la Patria. Sin dudas, la nueva denominación implica la intención de diferenciarse del fracaso del gobierno. No decimos esto livianamente. El Frente de Todos ha pagado la deuda y ha sido el garante de aplicar los planes del FMI y de profundizar el rumbo de saqueo, de especulación financiera y reprimarización de la economía en sus años de gobierno. Dijeron que volvían “mejores”, que venían a llenar la heladera, que venían a investigar la deuda y están terminando su mandato con un acuerdo espurio con el FMI, con extractivismo al palo, con 19 millones de personas bajo la línea de pobreza y con una inflación interanual del 114%. Parafraseando a Cristina, cumplieron “taca taca” todo lo que los sectores concentrados y el FMI le pidieron y lo hicieron a costa de nuestros salarios, jubilaciones, trabajo, territorios y derechos.

Atados con alambre

La crisis política se expresa con facilidad dentro del frente gobernante. Quienes dicen ubicarse en los sectores más cercanos al progresismo vociferan la necesidad de dar una vuelta de página con este gobierno y levantar un programa de supuesto capitalismo con rostro humano. Hablan de cambios generacionales, pero todo ello dentro de los márgenes del capitalismo. Así la crisis se expresa con un programa barnizado con un supuesto a lo social, con actos en días patrios y búsqueda de mística de lucha, pero con definiciones por la negativa: ni Fernández, ni Cristina van a ser candidatos.

Como expresión de la dinámica de descontento y ruptura por abajo, el Frente de Todos también lo expresa en los candidatos que se van postulando. Quienes ya se lanzaron representan sectores en disputa y reflejan la crisis del PJ, responsable del desastre de este gobierno. Incluso hay un variopinto de opiniones: Wado se presenta como vocero del kirchnerismo pero no conforma a todos, y Grabois es criticado porque solo le habla a un sector. Del lado derecho y al fondo, Massa, Tolosa Paz y Scioli expresan la real profundización de su crisis con pedidos de intervención judicial, el rechazo a la utilización de las PASO y hasta un Scioli que llegó a mencionar un posible apoyo a Bullrich.

Cada vez se evidencia más que solo los une la necesidad de responder a la exigencia de las corporaciones y el FMI, no a los reclamos de las mayorías sociales. Hoy en nuestro país los sectores más concentrados, los empresarios, los bancos, buscan quien les garantice aplicar un plan de normalización capitalista en nuestro país, que es con ajuste, represión y más extractivismo. Las diferentes vertientes del PJ se postulan para aplicar este programa apoyándose en la burocracia sindical para tratar de levantar un dique a las luchas.

Porque en definitiva lo que está en juego es quién va a poder aplicar a fondo las reformas estructurales que promueve el FMI. El cambio de nombre no solo responde al despegarse del gobierno actual, sino a reeditar una estrategia electoral que ya aplicaron, el tristemente célebre “Hay 2019”. Quienes todos estos años gobernaron abriendo la puerta a la derecha, quienes permitieron incluso que se agrande la figura de personajes nefastos como Milei, quienes apuestan a un PJ verticalista que ni siquiera permita la inclusión de minorías, con voceros y candidatos con perfil de derecha como Massa, no pueden ser salida para el pueblo trabajador. Con este “nuevo PJ”, reeditan la estrategia del mal menor que ya fracasó y que hoy padecemos.

La salida es por izquierda

Todo este debate es necesario para seguir preparándonos para los planes de gobierno, el ajuste y la represión que se van a acelerar en los próximos meses. Argentina entró en la senda latinoamericana de la lucha de clases. Cada vez más nos enfrentamos a la disyuntiva “ellos (el capitalismo) o nosotros”. Tener esto presente es una herramienta más para debatir los límites del mal menor. Estamos en un contexto de crisis mundial, los gobiernos capitalistas buscan cerrar esa crisis con un mazazo sobre la clase trabajadora y el pueblo, sobre los territorios y la naturaleza. Unión por la Patria no puede estar del lado de la clase trabajadora porque defiende este sistema desigual. Así lo expresaron durante todos estos años en su política y también lo reconocieron en sus discursos. Es esa defensa de este sistema podrido la que los impulsa cada vez más a la derecha y que va clarificando a miles que la salida y sobre todo la forma de enfrentar a la derecha es fortaleciendo a la izquierda que lucha y que tiene vocación de poder.

Desde la izquierda tenemos un desafío: fortalecer el FITU como esa herramienta y postular nuestro programa como salida a la crisis actual. Porque en definitiva están en disputa dos modelos de país: uno atado al FMI de la mano de las alianzas electorales capitalistas y patronales. Y del otro lado la izquierda, el MST y el FIT Unidad, dispuestos a dar esta pelea y profundizar el camino por una Argentina socialista. Vamos a nuevas confrontaciones sociales y, en ese camino, más sectores se desencantarán del PJ y sus coaliciones y se sentirán llamados a construir una salida con independencia de clase, junto con la izquierda. Prepararnos para la tarea de enfrentar las consecuencias del ajuste, gobierne quien gobierne, implica en primer lugar fortalecer nuestra organización y para ello te convocamos a seguir construyendo esta herramienta.