Milei y Pettovello contra los más necesitados. Desde los barrios a las calles

El MST Teresa Vive, en unidad con otros movimientos sociales, redobla la lucha contra el ajuste salvaje del gobierno.

Escribe: Mónica Sulle, Coordinadora del MST Teresa Vive

La asunción de Milei como presidente trajo consigo el cierre de ministerios, entre ellos el de Desarrollo Social. Hoy fue absorbido por el super Ministerio de Capital (In)Humano. El liberfacho vino a bajar el déficit fiscal más allá de lo que exige el FMI y con ello los presupuestos sociales, junto a despidos en el estado, ataques a las jubilaciones, tarifazos y un recorte a la ayuda social. Milei ha sostenido una creciente inflación. Genera bronca y pérdida de base social, porque en los barrios cada vez la plata alcanza para menos.

La tarea de recorte social la hace la ministra Sandra Pettovello, ligada al Opus Dei con Pablo de la Torre como secretario, puntero político de San Miguel con una clara trayectoria antiderechos. Para completar el cuadro, la ministra ha tejido un acuerdo con el médico Abel Albino, de la Fundación Cooperadora Nutrición Infantil (Conin), que tiene una peculiar definición de lo que significa ser pobre: «El pobre no es una persona igual que nosotros y sin plata. El pobre es pobre en educación, familia, amigos, alimentos, introspección, fuerzas, entusiasmo, ideales y encima no tiene plata. Son tristes. Sus hijos son su riqueza, todo lo que tienen». Con este sujeto supuestamente trabajarán para «terminar con la desnutrición infantil».

Además, la Ministra Sandra Pettove-llo, decidió tercerizar parte de la ayuda alimentaria con la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina (Aciera), cuyo vicepresidente ubicó a su hija en las listas de diputados libertarios, según los medios de prensa.

La nueva estrategia se puso en marcha este lunes con la firma de un convenio entre Pettovello y los líderes evangélicos en la Fundación «Promesa Eterna» en José C. Paz, con un primer desembolso de 177 millones destinados a la compra de alimentos para los 723 comedores que declaran estos pastores tener distribuidos a lo largo del país.
No solo van a tener el diezmo que piden en sus iglesias de lujo, sino que además estos pastores también son cómplices de que millones de niñes no tengan para comer. Porque mientras ellos reciben millones, las organizaciones sociales que desde hace años sostienen comedores y merenderos en todo el país, dejaron de recibir la comida necesaria para realizar su tarea.

La ministra también acordó con la Iglesia Católica, quien primero pidió que no suspendan la ayuda alimentaria, pero ahora acordó que se sostenga la de ellos, olvidando al resto de niñes que asisten a otros comedores y/o merenderos. A nosotros no nos sorprende porque siempre denunciamos el rol desmovilizador y funcional al sistema de las instituciones religiosas.

En esto, también se enmarcan los dichos de Pettovelo cuando expresó «que ella va a atender uno por uno a quienes tengan hambre», lo que es la expresión más viva y cruda del asistencialismo caritativo. Una política individualista, alienante y humillante, al estilo de la beneficencia de los ricos. Con su frase «vengan los que tienen hambre» muestra este desprecio y maltrato a personas que están en estado de vulnerabilidad, cuando su sola preocupación debería ser asistirlas sin mirar ni cuestionar el lugar desde donde los pobres deciden organizarse y pelear para cambiar su realidad. Solo le faltó exigir el carnet de pobreza.

Esta política viene de la mano de quitar la asistencia a los comedores populares que dirigimos las organizaciones sociales. Nos llaman los intermediarios y nosotros le preguntamos: ¿Y los curas y los pastores que son?

Esto es gravísimo, ya que comprometen algo que es fundamental y de un alcance transversal, como son los alimentos.

Los comedores son sostenidos por los que durante muchos años luchamos en la calle para lograr los programas sociales y la colmida que distribuimos democráticamente acorde a la decisión en las asambleas de nuestro movimiento. Pettovello ataca a los dirigentes y delegados con el mote maccartista de «intermediarios», cosa que no sucede con los punteros religiosos que son afines ideológicamente a la ministra. Queda en evidencia que gobiernan para los poderosos y con estos negociados devuelven favores.

¿Por qué es tan importante sostener los comedores?

Contar con alimentos permite que nuestras familias puedan tener un plato de comida o una merienda hoy, como también fuimos sostén en la gran crisis de la pandemia, cuando también se acercaban más y más vecinos del barrio, como está pasando ahora, porque la plata no alcanza. Nosotros hacemos trabajo colectivo, con la convicción de que a esta situación la enfrentamos todos juntos. No nos imaginamos a la ministra Pettovello cocinar más de 10hs para 500 familias, todos los días. Los comedores, y su organización, son más que eso. Son el trabajo colectivo de personas que brindan su tiempo para diversas actividades no reconocidas laboralmente, como formación en violencia de género, promotores de salud, huertas populares, ayuda escolar, haciendo roperitos, emprendimientos, capacitaciones y conteniendo a jóvenes para que no sean base del narcotráfico. Esto es lo que son y lo que hacen las organizaciones sociales que tanto quiere humillar esta ministra.

En el marco de un crecimiento brutal de la pobreza que, en diciembre del 2023 según los registros de la UCA ya había trepado a un 44,7 %, con un 9,7 % en la indigencia y llegando a casi 18 millones de pobres en un país sumamente rico en recursos, si sumado a la terrible inflación, de los últimos meses y la brutal devaluación que destruyó el poder de compra de los trabajadores, no hay margen para ningún tipo de recorte en materia de ayuda social.

Con lo caro que son los alimentos y lo costoso que es poder acceder a ellos, con una economía estallada por la crisis, en donde la changa se hace cada día mas difícil de conseguir porque la gente ya no tiene plata, si esta ministra no cumple sus funciones, que simplemente significa hacer llegar alimentos para lo cuáles tiene un presupuesto sin ningún tipo de discriminación política o ideológica, la situación va a estallar.
¿De qué manera piensa hacer un plan contra la desnutrición sino empezamos por lo básico que es que les niñes tengan para comer? Lo que vemos en el cuadro anterior, no alcanza ni para una semana de una familia tipo, y eso que no contempla carne, pollo, verduras ni frutas. Una vergüenza que estando en el país productor de alimentos, no podemos acceder a ellos.

Son miles los comedores y merenderos los que hay Argentina y que fueron creciendo durante años, producto de la miseria y la pobreza a la que nos condenaron y condenan los diferentes gobiernos, y que solo pudieron seguir funcionando por el rol de las organizaciones.

Ni que hablar de que parte de esta política es el congelamiento del monto del plan Potenciar Trabajo, al cual pretenden desacoplar del Salario Mínimo, Vital y Móvil.
Los movimientos piqueteros salimos a la calle con este reclamo, porque no vamos a permitir que nos saquen los alimentos ni vamos a cambiarlos por plata davaluada. Seguiremos exigiendo que nos garanticen lo que nos corresponde y de manera continua. No nos dejaremos amedrentar con aprietes ni auditorías: quienes están en falta son las autoridades.

Pero estamos convencidos de que, para torcerle el brazo al gobierno, es necesaria la más amplia unidad y así enfrentar esta política, como lo hicimos para tirar la Ley Ómnibus y enfrentar el protocolo represivo de Bullrich.

Y en eso estamos trabajando desde una mirada que privilegia la necesidad de nuestros compañeros. Vamos por más ayuda social, sostenimiento de los comedores y trabajo genuino para todas y todos. Vamos por un plan de obras públicas y la reducción de la jornada laboral con reparto de las horas de trabajo, para generar esos puestos de trabajo que tanto necesitamos.