Plata para salarios, jubilaciones y planes sociales, no para los ricos y el FMI. Hay otra salida

En un poco más de un mes y medio el conjunto de la clase trabajadora ya sufrimos lo que significa el plan del gobierno de Milei. Todo para las corporaciones, los grandes empresarios y el FMI, nada para los laburantes. Al final la casta de la que hablaba Milei resultamos ser los trabajadores, los jubilados y los desocupados. Una vez más nos quieren hacer pagar la crisis a nosotros y no a quienes la generaron.

El mandatario liberfacho aplicó apenas asumió la tercera suba del dólar más grande de la historia argentina (118%) al devaluar un 54% el peso frente a la divisa estadounidense. Esto trajo aparejado un calvario en la escalada de precios que en diciembre fue del 25% y que se espera que enero termine con un número de inflación igual o superior. Un golpazo al bolsillo de los trabajadores.

A eso hay que sumarle el combo de ataques antiderechos que incluye el DNU, el Protocolo y la fracasada Ley Ómnibus. Por empezar la desregulación económica que permitió los aumentos indiscriminados en alimentos, las naftas, los combustibles, las prepagas, los alquileres y los tarifazos en materia de luz, gas y el transporte público que recién empiezan y que se espera sigan creciendo.

Además buscan la explotación laboral a fondo haciendo uso y abuso de la figura de monotributo, se fomenta la tercerización laboral, se reemplazan las horas extra, se baja la indemnización por despido, se introducen cambios regresivos en el Régimen del Teletrabajo y se limita el derecho a huelga en el 60% de las actividades, por considerarlas esenciales. También buscan el remate de las empresas públicas y avanzan con despidos masivos en organismos del Estado como parte del recorte.

A todo esto hay que agregarle un ajuste en salarios, jubilaciones y planes sociales. Como saben que ante todo esto los reclamos están a la orden del día, aplican un protocolo antiprotesta y buscan criminalizar a quienes quieran luchar contra este ajustazo. Todo para garantizarle una ganancia extraordinaria a las grandes corporaciones y para pagar una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta como la que tenemos con el FMI y que fue tomada entre otros por el actual Ministro de Economía Caputo cuando era funcionario de Macri.
Ante esta crisis monumental es imposible salir con las recetas de los mismos que nos trajeron hasta acá, pero tampoco alcanza con las medias tintas que proponen algunos sectores del progresismo que acompañaron el fracaso de la gestión de Alberto Fernández. Con este plan que intenta aplicar Milei vamos a más hambre, miseria, falta de trabajo, inflación y entrega de nuestra soberanía. Por eso lo tenemos que tirar movilizados y en las calles, como lo venimos haciendo desde el 20 de diciembre, el 27 de diciembre en la convocatoria a tribunales de la CGT y como el último 24 de enero en el Paro General con una política independiente como lo expresó en estas instancias la Multisectorial y las movilizaciones en Plaza Congreso que culminaron con la derrota de la Ley Ómnibus.
Lo que hace falta es un programa de emergencia en favor del 99% que produce la riqueza, hace mover el país y está sufriendo hoy día a día sin poder llegar a fin de mes. Para eso hay que ajustar a los de arriba, al 1% de ricos y empresarios que bancan a Milei y toda su runfla.

Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad proponemos las siguientes medidas de emergencia como parte de un plan económico obrero y popular.

Como primera medida romper con el FMI. Hacerlo también con todas las fraudulentas deudas con bonistas y acreedores internacionales. Es verso que el único destino es pagar o renegociar, que es seguir pagando. Hay que hacer una auditoría social y suspender todo pago, un default soberano. Esa deuda es una estafa y las estafas no se pagan.

Nacionalizar la banca y el comercio exterior. Controlar qué entra y qué sale de nuestro país y por esa vía frenar la fuga de capitales de la verdadera casta que son los banqueros y empresarios.

Aplicar un fuerte impuesto progresivo sobre los grandes empresarios y ricachones, para que el costo de la crisis lo paguen los que saquearon y pretenden seguir saqueando al país.
Ante la inflación para recuperar el poder adquisitivo: hace falta un inmediato aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales, con un mínimo que cubra el valor de la canasta familiar y que sea actualizado con cláusula gatillo de acuerdo a la inflación real. Además eliminar el IVA, congelar los precios con control de las entidades de consumidores y las organizaciones obreras y populares. En las grandes formadoras de precios, control de sus costos reales por los trabajadores. Al empresario que acapare o remarque, aplicarle duras sanciones con la Ley de Abastecimiento que no debe ser derogada.

Ante el ataque a los puestos de trabajo y las condiciones laborales: prohibir por ley los despidos y suspensiones. Y si alguna empresa incumple, nacionalizarla y que siga funcionando bajo control de su personal. Reducir la jornada laboral a 6 horas para repartir el trabajo existente, sin rebaja salarial ni precarización. Con la plata que hoy se va para la deuda se podría impulsar un plan de viviendas y obras públicas: escuelas, hospitales, etc. Eso generaría rápidamente unos 500 mil empleos directos y además reactivaría todas las industrias relacionadas.

Ante los tarifazos: reestatización con control social de sus trabajadores. La luz, gas, agua y transporte son derechos, no un negocio para cuatro vivos de las privatizadas. Los tarifazos son impagables y tampoco va subsidiar con plata pública la ganancia privada. Hay que reestatizar todas esas empresas bajo control social, única manera de tener servicios accesibles y eficientes.