Suba del dólar, recesión y demás. Sin luz al final del túnel
En la semana del 25 de mayo el dólar blue se disparó, llegando a más de $ 1270. Milei y Caputo niegan que se trate de una nueva corrida, o que el dólar oficial esté atrasado. El PJ y los K afirman lo contrario. En el medio estamos todo el pueblo, sufriendo el peor ajuste con la inflación interanual más alta de la década, con una recesión clásica confirmada cercana a la del 2001. El Fondo y los grandes capitalistas tienen gran incertidumbre sobre las perspectivas económicas.
Escribe: Gerardo Uceda
Pasada la mitad de mayo, conjuntamente con el empantanamiento de la Ley Bases en el Senado, crecieron los rumores sobre el atraso del dólar oficial, que aumentaba al 2% mensual frente a una inflación altísima. Milei y los suyos niegan esto, pero se vieron traicionados por su propio dios, el famoso «mercado», lógicamente encabezado por los grandes especula-dores empezaron a operar sobre el blue y los financieros. En la semana del 20 al 24 de mayo, los dólares paralelos alcanzaron un nuevo récord ubicándose a más de $1270 (aunque terminaría bajando el viernes unos $60) y encendieron una vez más todas las luces rojas de una economía sumergida en la estanflación más importante desde el 2001.
Las causas de esta corrida, que el gobierno niega, son varias. Por un lado es un dato de la realidad que la inflación acumulada de más del 65% en el año, y ni hablar si le sumamos el 25% de diciembre 2023, se comió la devaluación que les regaló Milei en el inicio de su gestión. Por eso el agro retaceaba la venta y liquidación de granos. La falta de inversiones productivas, resultado de la desconfianza en las perspectivas del plan, es otro ingrediente que colabora en la inestabilidad de los dólares financieros y provocan su corrida. Como en el cine, podríamos decir que, cambiados los nombres y algunas circunstancias, esta película ya la vimos durante los últimos veinte años.
Desde el kirchnerismo y el PJ, usando elementos reales de la crisis y deslindando toda responsabilidad previa, salieron a desquitarse como lo hacía la derecha cuando ellos gobernaban, preanunciando una mayor corrida del dólar, denunciando el ajuste y la recesión libertaria. Como si el gobierno de Alberto-Cristina y Massa no fueran corresponsables del descalabro económico en el que estamos.
El juego de los grandes exporta-dores y especuladores es siempre el mismo: presionar por una devaluación y así lograr mayores ganancias en dólares mientras pagan en pesos devaluados, con las consecuencias funestas que todos conocemos, de aceleración de la inflación y más pobreza para millones. Habrá que ver si la economía débil como está soporta este nuevo embate especulador.
La estanflación se profundiza
Como cínicamente había pronosticado el Presidente a poco de asumir con su plan, la Argentina aceleró la estanflación que ya venía de los gobiernos anteriores. La inflación interanual se acerca al 290% y el gran logro de Caputo y los suyos es que hoy estemos en el 8,8%, en el podio mundial. Las consecuencias de este bestial ajuste están a la vista: más del 50% de la población debajo de la línea de pobreza, salarios atrasados en más del 30% en el sector registrado y superior al 50% en los no registrados, jubilados en la indigencia y planes sociales sin siquiera la asistencia mínima de alimentos en los comedores, completan este combo infernal de inflación galopante con tarifazos incluidos, más allá de que ahora, por el temor a que la inflación se les vuelva a disparar, los postergaron uno o dos meses.
Esta caída del poder adquisitivo de los salarios llevó al desplome del consumo masivo, que en abril duplicó a la de marzo (-13,5% vs 7,8%) en los súper chinos, con valores similares de caída en el sector mayorista y shoppings y con un récord (-41,2%) en electrodomésticos y productos para el hogar. Hasta los consumos con tarjetas de crédito cayeron el 35% porque la gente ya ni tiene esperanzas de poder pagarlas.
En un país con un 75% de lo producido destinado al mercado interno como es Argentina, pulverizar el salario como hizo el ajustazo de Milei trae de la mano crisis en empresas dedicadas al mismo. Allí todos los indicadores son pésimos, 8,4% de caída del PBI en 5 meses (niveles sólo alcanzados por la parálisis de la pandemia y que se acercan a los del 2001), empresas al 50-40 y hasta 30% de su capacidad de producción. Esto está llevando a cierres de comercios y empresas que no venden. Otras están liquidando sus stocks porque la mercadería se les vence (lo que contribuye a que Milei se autoconvenza de la fábula de que domó a la inflación).
Perspectivas
Fuera del autobombo de los discursos del Presidente, la perspectiva económica de continuar este plan de feroz ajuste es negra, sin luz al final del túnel. Solo Milei opina que estamos llegando al fondo de la recesión (dicho sea de paso, ya tuvieron que reconocer que estamos oficialmente en recesión con la suma de dos trimestres completos de retracción de la economía) y que ahora empieza una pronta recuperación en V. La mayoría de los analistas burgueses serios opina que la depresión continuará, la OCDE (Organización para el Crecimiento y Desarrollo) cambió su pronóstico por uno peor, evaluando una caída del PBI de 3,3% para todo el 2024 y una posible recuperación del 2,7% para 2025 (es decir que a fines del 2025 estaremos todavía un 0,6 % más atrasados que en el 2023 ya de por sí desastroso para el pueblo.
La recuperación de salarios (de su poder adquisitivo, que desde Economía dicen que ya estaría produciéndose, no es real, ya que todos auguran que el dólar «atrasado» deberá ser corregido, lo que adelanta una nueva devaluación, salto en los precios y otra vez el hundimiento de lo sueldos frente a la inflación. A esto se deberá sumar, como dijimos, la actualización de las tarifas que se postergó en abril para permitir lograr ese ficticio 8,8% que festejan. Requerimiento del FMI para bajar los subsidios y así poder cobrarse la deuda.
Se profundizarán los cierres de las empresas, con despidos y suspensiones, con aumento de la desocupación que ya en estos 5 meses superan los 67.000 despidos sólo en el sector privado formal, sin mencionar los despidos del Estado por el achique y las decenas de miles perdidos en áreas de trabajo informal como la construcción hoy paralizada, por el corte de la obra pública y también privada.
Desde nuestro punto de vista el panorama más probable es que esta recesión que continuará como mínimo hasta fin de año, traiga más penurias, pobreza y miseria para las masas y ningún discurso encendido o promesa de futuro mejor puede cambiar la realidad. Sólo tirando abajo este plan económico liberfacho, hecho a medida de las grandes corporaciones y el Imperialismo, podremos salir de esta crisis. Poniendo en marcha un plan económico opuesto por el vértice al actual y también al que implementó de manera algo distinta pero de igual sentido el kirchnerismo en el poder. Ajustando a los ricos, a sus grandes ganancias. Dejando de pagar de manera inmediata la fraudulenta deuda externa que hoy nos asfixia con este ajustazo, cobrando impuestos progresivos a las grandes fortunas y ganancias, nacionalizando la banca y el comercio exterior para impedir la multimillo-naria fuga de dólares que arrastramos desde décadas. Nacionalizando las empresas de servicios y transportes para tener tarifas que podamos pagar con nuestros sueldos y utilizando todos los recursos del estado para realizar, al revés del plan Milei, un masivo plan de obra pública en obras de infraestructura y construcción de viviendas populares, que daría trabajo a millones y solucionaría el problema de la vivienda y alquileres de millones. Sólo con medidas como éstas, de neto corte popular y socialista podremos salir de la crisis a la que nos llevaron décadas gobernando siempre para los más ricos.