Asistiré o cómo revertir la deserción: ¿Una App o un EOE en cada escuela?
El 20 de diciembre, como si fuera una “novedad”, con el lanzamiento de una App por parte del ministro de Educación de Vidal, el privatista y empresario Gabriel Sánchez Zinny, junto al ministro de Educación nacional, Alejandro Finocchiaro, anunciaban que “ahora sí” irían en busca de los alumnos que abandonan la escuela (ver [1]).
Ese día fue la presentación de la aplicación “Asistiré”, ante 220 directores de escuelas y jefes distritales del conurbano bonaerense. Se trata de una herramienta tecnológica, una App para descargar y usar en computadoras, celulares o tabletas. Arrancaría a funcionar el 5 de marzo.
La noticia tomó difusión por una nota de Clarín, replicada por TV y radio. Pero el programa “Asistiré” ya había sido presentado el 15 de mayo de 2017 por el entonces ministro de Educación, Esteban Bullrich, ante inspectores escolares de 43 municipios del conurbano. De forma experimental y como primera etapa, abarcaría a escuelas de esos 43 municipios donde -según el gobierno-, se registrarían los mayores índices de deserción en la Secundaria (ver lista [2]).
En 2017 habrían distribuido tabletas a los preceptores de escuelas de esos municipios, con las que deberían tomar asistencia a sus alumnos. También dieron una capacitación a los Coordinadores de Educación Digital en esos 43 distritos. El lanzamiento definitivo de “Asistiré” se prevé para el 2019.
El programa abarca a alumnos de 1º y 2º año de Secundaria porque, según esas estadísticas, sería allí donde se da la mayor deserción. Con esta App el gobierno nos propone resolver la desescolarización y el abandono de niñxs, adolescentes y jóvenes de entre 12 y 20 años.
Tomar lista virtual, ¿remedio a un problema con otras causales?
Más allá de los pomposos anuncios, esta App no es más que un software para tomar lista y registrar las asistencias y faltas de cada alumno. Pero hecho de forma digital, no en papel como se realiza desde que la escuela existe. Así se proponen combatir el ausentismo de los pibes de Secundaria y su elevada deserción. Apelando a la tecnología como supuesto remedio a un problema con otras raíces.
¿Cómo funciona? La aplicación debería funcionar en cualquier dispositivo (móviles o PC) conectado a Internet para tomar asistencia, recurriendo a la informática. Cada director y preceptor tendrá distintas vistas en su pantalla, según su rol en la escuela. Con una pestaña del “Curso” se despliega la lista de alumnos y se tilda en cada uno el “presente”, “ausente” o “media falta” y se justifica la ausencia si corresponde.
Así se podría acceder al reporte de la asistencia por curso, por escuela, por fecha, por distrito. Algo que hoy se hace a diario en cada institución. Solo que la informatizan, apostando a un negocio con la instalación, el acceso y mantenimiento de este software “educativo”, además de la provisión del hardware necesario (móviles, tabletas o PC).
La “novedad” sería que la App dará un “alerta” del alumno con más inasistencias, alertas que cambian de color según la cantidad de faltas. La propaganda oficial nos vende que ahora sí se podrá “identificar a los adolescentes en riesgo de abandono”. Y que con esta App podremos saber “las variables que inciden en esa situación”, aunque sin explicar cómo. Ni mencionar cómo fue la presentación de esta App, sin pensar en los cientos de escuelas que no tienen internet y resulta imposible su conectividad.
Y ahí está el mayor de los fraudes en este lanzamiento. Una planilla virtual de la misma asistencia que se toma hace décadas en papel con registros diarios, no detecta ninguna causal de ausentismo y abandono escolar. Para eso se requieren otras acciones.
Además, podría implicar una sobrecarga de tarea al tener que tomar lista por partida doble: en papel y con la App en una computadora o móvil. Entonces, ¿qué agregan con esta “novedad”? Sólo le facilitaría a una inspectora poder acceder con un clic a la asistencia escolar. Sin tener que ir hasta el establecimiento, llamar al directivo o pedirle un informe como se hace hoy.
El “alerta” que emitiría Asistiré, no es algo que los directivos, maestras, preceptores o profes no sepan con el Registro de Asistencia que toman a diario en cada escuela. Según el relato oficial, este alerta debería llegar al director y a las autoridades para disparar un procedimiento tendiente a evitar que esas faltas den paso a la deserción. Un asistente social debería buscar al chico en su casa, ver porqué falta, visitar a la familia y determinar si el problema es pedagógico o más complejo. Pero esto se viene haciendo hace años, claro que no sin dificultad.
¿Una App o un Equipo de Orientación Escolar en cada Secundaria?
Es que hay un “pequeño” detalle en el relato macrista: Que en las Secundarias bonaerenses no hay prácticamente asistente social para ir a domicilio ni hay casi Equipos de Orientación Escolar (EOE) que son los encargados de abordar esta problemática.
Como informa el portal ABC de la Dirección de Educación (DGCyE) los EOE “se ocupan de la atención, orientación y acompañamiento de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos con el propósito de contribuir a la inclusión educativa y social a través del aprendizaje. Eran lo que antes se conocía como gabinetes, donde se atendían los problemas de aprendizaje y de conducta de los estudiantes” (ver [3]). Y sus funciones están claramente detallas en la Disposición N° 76/08 (ver [4]) de Educación.
Precisamente, ir a la casa del estudiante corresponde al Orientador Social que tiene como rol “abordar desde propuestas superadoras, las problemáticas del ausentismo, el desgranamiento y el abandono escolar, reemplazando prácticas focalizadas por abordajes comunitarios que comprometan el esfuerzo de todos los miembros de la comunidad educativa”.
Los EOE son los encargados de esas funciones -y otras- que el gobierno pretende descargar en una App, de forma mágica. Se trata de equipos conformados por: Orientador Educacional, Orientador Social, Maestro/a Recuperador/a u Orientador de Aprendizaje, Fonoaudiólogo y un Médico/a u Orientador Médico (Disposición Nº 76/08). Y debería haber un EOE en cada escuela ya que, donde los hay y pueden desempeñarse adecuadamente, contribuyen a avanzar con seriedad.
Importa además señalar que hay numerosos cargos de EOE acordados por paritaria que aún se deben, sin designar por años. Y lejos de cumplir con la normativa vigente, en realidad los pretenden suplantar con una App y “promotores” Asistiré sin capacitación profesional. Alejados de la realidad de cada institución y cada comunidad, desconociendo la historia de cada familia y la trayectoria escolar de cada alumno. Subestimando el enorme trabajo de cada escuela que resulta irremplazable por una aplicación de celular.
Justamente, los Equipos de Orientación son los encargados de buscar información y ahondar en por qué la niña, niño o adolescente no quieren volver a la escuela. Entonces, si los EOE tienen esas funciones y profesionales calificados para abordar este drama social y educativo, ¿por qué el PRO nos quiere vender un software como solución? Porque para el macrismo la educación no es un derecho social a garantizar, sino un “servicio” a proveer para clientes, consumidores de conocimiento. Como hizo en una década de gobierno en Capital, para el PRO lo público es susceptible de transformarse en área de negocio privado, con trabajo precario.
En ese sentido y para garantizar un Equipo de Orientación Escolar en cada escuela, en especial en las Secundarias donde casi brillan por su ausencia, significa destinar presupuesto y designar profesionales especializados, con cargos de planta, conforme al Estatuto Docente.
Pero en los videos del macrismo nunca aparecen los equipos EOE. Y sí aparece en cambio la figura de “Promotores Asistiré”, seguramente al margen de la normativa, con contratos sin derechos como acostumbra hacer el PRO en sus “innovaciones” educativas, con programas y personal por fuera del Estatuto, sin la adecuada capacitación profesional.
Asistiré, el negocio detrás del anuncio de ministros/CEO
Según el ministerio, el software de Asistiré fue desarrollado por técnicos de Educ.Ar, una Sociedad del Estado con inscripción en el Registro de Comercio. No es una empresa estatal, sino una Sociedad que cuenta con su capital y paquete accionario, con su Directorio y gerentes pagos y su Asamblea de Accionistas. Una Sociedad en la que el Estado, a través de Educación, ejerce los derechos derivados de su participación en el capital societario (ver [5]).
Para financiarse Educ.Ar S.E. puede “concertar convenios de colaboración empresaria, de contrato y concesión de obra, de suministro y de locación de servicios y todo otro contrato a título oneroso o gratuito”. Fue creada en abril del 2000 por la Fundación del millonario Martín Varsavsky, líder empresarial argentino en telecomunicaciones y portales de internet con sede en España, el que “donó” 11,2 millones de dólares (un dólar por cada estudiante del país, ver [6]) al ministerio para crear el portal con la idea de informatizar y conectar las escuelas, proveyendo de lo necesario. Pero el portal y la Sociedad Educ.Ar no avanzan con De la Rúa, hasta que en julio de 2003 son relanzados por Kirchner y Filmus.
La Revista Forbes, especializada en el mundo de los negocios y las finanzas, le dedicó tapas y notas a Varsavsky como creador de media docena de empresas, valuadas en miles millones de dólares. En su blog se declara votante del PP español y luego de Ciudadanos, moderna derecha española.
Esa primera donación de Varsavsky fue apalancada con un préstamo de $ 237 millones del BID, Banco Interamericano de Desarrollo y “donaciones” de computadoras y software de compañías como Microsoft, Sun Microsystems y otras firmas en EE.UU. y otros países. Varsavsky siguió involucrado directamente con Educ.ar, con nuevos “donativos”.
Esta política de ligarse a empresarios y multinacionales de la informática será profundizada por Macri y Bullrich, con la firma de convenios con Microsoft, Google, Facebook, entre otras. Por eso no es casual que el “plan piloto” arranque en 220 escuelas bonaerenses.
Aquí actúa el ministro Sánchez Zinny, íntimo y socio de Bullrich. Es un economista graduado de universidad privada, sin título docente ni actividad frente a alumnos ni concursos ni publicaciones ni capacitación pedagógica alguna. Sí es dueño de varias empresas “offshore” radicadas en Miami, República Dominica e Inglaterra, vinculadas a negocios privados en el sector educativo, las que venden servicios al Estado.
Además de trabajar como lobista contratado por Pearson, la empresa que vende las pruebas PISA. Y ser vicepresidente de Dutko Worldwide, conocida firma de Washington dedicada al tráfico de influencias.
Entre las empresas de las que Sánchez Zinny fue creador y CEO está Edunexo, a la que califica como “empresa de software educativo, dedicada a proveer servicios a escuelas y universidades y soluciones digitales para gobiernos, con presencia en 5 países”.
También fundó Kuepa.com en 2012, como plataforma de educación a distancia para adultos. Empresa denunciada por ser contratada en forma directa por Bullrich como ministro de Educación porteño, para gestionar desde ahí la terminalidad de adultos en media.
Con Kuepa tuvo acceso a la base de datos de los alumnos que cursaban a distancia y les envió un mail ofreciendo cursar un bachillerato acelerado pago, que competía con el estatal. Hoy, como ministro bonaerense, Sánchez Zinny impulsa la plataforma “Adultos 3.0” en la provincia (ver [7]). El negocio continúa.
En cuanto a Asistiré, la posibilidad de proveer cientos de miles de tabletas para los preceptores de cada escuela de la provincia y el país genera un mercado potencial, más que apetecible. Igual que la instalación y uso de este software “educativo”, además del mantenimiento y “service” de todo el programa.
Posverdad y educación en clave PRO
Volviendo al multimedios Clarín que diera difusión a esta aplicación Asistiré con enunciados falsos y engañosos, publicó este domingo 7 una nota afirmando que vivimos en la era de la posverdad. Para ello cita al periodista y profesor de Filosofía Miguel Wiñazki: “Y eso es la posverdad: la difusión viral de enunciados que engañan” (ver [8]).
¿Cómo “nos hacen la cabeza”?, se pregunta y subtitula Clarín. El gran diario argentino, exquisito difusor de enunciados que engañan, sin sonrojarse nos alerta que “esta vulnerabilidad a la hora de informarnos ya es explotada por algunos para manipular nuestras voluntades más allá de la vida virtual y lograr cambios concretos a nivel social y político”.
Y agrega, a modo de ejemplo, que no es extraño leer columnas de opinión de personas que jamás se formaron en menesteres pedagógicos denunciar que las escuelas o las universidades “están viejas” o “necesitan un cambio”.
Justamente la promoción hecha por el grupo Clarín sobre Asistiré hace a esa posverdad de la que alerta. Y, cuando la Real Academia incorpora el término posverdad, destaca el potencial que la retórica tiene para hacer locutivamente real lo imaginario, o simplemente lo falso.
Así podemos ver que el Anexo I de la Resolución Nº 2407/17 que dispone la creación del programa Asistiré declara como Objetivo General el “generar condiciones para la reinserción social y educativa” de adolescentes y jóvenes entre 12 y 20 años de edad. Y reconocen que esta población constituye uno de los universos más afectados por la situación de vulnerabilidad social, lo cual pone en riesgo la trayectoria educativa en la educación obligatoria.
Pero resulta engañoso enunciar que con una App será posible generar las condiciones de reinserción social y resolver tal vulnerabilidad. El abandono escolar, en particular en media, la repitencia y sobreedad son desafíos de la Secundaria. El gobierno asegura que sólo la mitad de los chicos que inician el secundario se reciben en tiempo y forma. La cifra, de ser cierta, es por demás alarmante. Más allá de las interesadas operaciones contra la escuela estatal, la cifra no extraña a lo que viven lxs docentes.
Educación de calidad y modelo económico-social justo
Pese a esto y para elaborar propuestas educativas, nunca se consulta a quienes ponen el cuerpo, día a día, en las escuelas públicas gratuitas. Los proyectos, normas y resoluciones las realizan gerentes ignorantes de la realidad que viven las maestras, preceptores y profesores.
Y justamente son las y los docentes quienes garantizan la escuela pública estatal. Siendo interpelados por el sistema para “hacerse cargo” de la matrícula. Lo que se presenta como un problema individual, de cada docente y cómo trabaja.
Esa tarea adosada al educador, es la que evita que acabe por alejarse de su institución la matrícula en determinados establecimientos, en particular de sectores vulnerables. Sin ese accionar no sobrevive la escuela pública estatal.
De poco sirve entonces una App para tomar lista si se quiere abordar con éxito el ausentismo y la deserción escolar. Para ello hay que ahondar en las causales de esta problemática y asegurar ciertos prerrequisitos:
- Una educación de calidad, con la existencia de un Equipo de Orientación Escolar en cada escuela y nivel del país.
- Un modelo económico y social que garantice la igualdad de oportunidades, un sistema socialmente justo y solidario que democratice y asegure el acceso y distribución de los bienes y conocimiento producido.
Sin esos requisitos, nuestros pibes seguirán preguntando para qué estudiar. Y no habrá respuesta cuando se tome lista con Asistiré.
Sec. Gremial de la FND-CTA Autónoma
Alternativa Docente, MST
REFERENCIAS:
[1] https://www.facebook.com/finocchiaroalejandro/posts/1990939281121120
[2] http://minisitios.educ.ar/data_storage/file/documents/listado-de-43-municipios-591da219b4e50.pdf
[3] http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/revistacomponents/revista/archivos/abc-delaeducacion/numero07/ArchivosParaDescargar/ABCOrientadoresSociales.pdf
[4] http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/sistemaeducativo/psicologiaase/normativa/documentosdescarga/disposicion76-08.pdf
[5] https://www.educ.ar/institucionales/2/estatuto-social-de-educar-se
[6] http://spanish.varsavskyfoundation.org/educar/educar.html
[7] http://www.abc.gov.ar/se-viene-la-web-adultos-30-posibilitar%C3%A1-que-millones-de-bonaerenses-terminen-sus-estudios
[8] https://www.clarin.com/viva/posverdad-puede-creer_0_rJHCUbhQf.html