Macri: mal comienzo de año
Macri quiere y no puede. Ha sido el dilema central del gobierno desde que asumió. Llegó con ánimo de shock de ajuste, pero la resistencia popular lo obligó al gradualismo. Gracias a la complicidad del PJ y la burocracia sindical, ha ido aplicando un ajuste que nos viene costando mucho a lxs que vivimos de nuestro laburo. Pero donde ha habido lucha, se lo ha logrado frenar. Esta dinámica se ha mantenido este primer mes de 2019.
Ganaron los que laburan y quieren estudiar de noche. El título del noticiero lo resumió nítidamente. El gobierno porteño había eliminado los primeros años de 14 escuelas nocturnas de comercio, y reducido cursos en otras nueve, mediante un decreto firmado a fin de año. El ataque viene de la mano del plan global de desfinanciamiento y privatización de la educación del gobierno de Cambiemos. El año pasado estuvo marcado, ente otras tantas luchas educativas, por el conflicto contra la UniCABA, el proyecto del gobierno porteño para cerrar los institutos de formación docente y remplazarlos por una única universidad. Si bien la Legislatura porteña aprobó la ley que crea la UniCABA a fin de año, fue después de tener que abandonar el proyecto original, en el cual se cerraban automáticamente los profesorados, y reemplazarlo por el que finalmente aprobaron, en el cual “coexisten” la UniCABA y los profesorados. Claro que el plan oficialista es ir desfinanciando y cerrándolos gradualmente, pero les vamos a dar la pelea a cada paso. Como hicimos con esta avanzada contra las nocturnas. En pleno verano, el paro y las movilizaciones de los docentes y estudiantes se hizo sentir, y este 30 de enero la ministra de Educación Acuña tuvo que dejar sin efecto la resolución que buscaba cerrar las nocturnas.
Reforma laboral: ¿tampoco en cuotas? Tal vez el ejemplo más patente de cómo la resistencia le ha parado la mano y marcado la cancha a Macri, fue el fracaso de la reforma laboral. Era la pieza central del plan de reformas estructurales que el gobierno les ofreció a los grandes capitalistas del mundo y que se jugó a implementar con el capital político logrado en las elecciones legislativas de 2017. Tenía los votos necesarios y el acuerdo de la CGT para aprobarla. Pero la masiva y combativa movilización a Congreso el 14 y el 18 de diciembre de ese año sepultó la ley. Plan B: meterla gremio por gremio, convenio por convenio, con el acuerdo de escritorio de los burócratas sindicales, pasando por debajo del radar. Pudieron acordar un convenio diferenciado y flexibilizado con los Petroleros en Vaca Muerta. Pero ahora ese plan B empieza a hacer aguas también. Las negociaciones con el gremio textil y la UOM para acordar convenios en sintonía con la fracasada reforma laboral, vienen colapsando sin frutos.
Traspiés en la agenda legislativa. El gobierno no tuvo un buen arranque del año electoral en el Congreso. Inició el 2019 presentando un proyecto para bajar la edad de imputabilidad para delitos graves de 16 a 15 años. Otra señal de su política represiva y criminalizadora de la juventud, que además buscaba entusiasmar a su base social más reaccionaria. Pero su primera iniciativa del año se desinfló rápidamente y no llegó al recinto. Destino similar encontró su DNU de extinción de dominio.
Se lo puede frenar. Este comienzo de año confirma la continuidad de una inestable situación que se viene manteniendo. Con la transa de oficialistas y la falsa oposición de las distintas alas del PJ alejaron la posibilidad de un estallido social y canalizaron hacia las elecciones el descontento popular. Pero de ninguna manera el gobierno tiene mandato social para sus políticas de ajuste. Cuando avanza, los trabajadores y el pueblo lo enfrentamos. Se sostiene y logra avanzar algo gracias a las traiciones y la complicidad de la supuesta oposición. Esa misma “oposición” ahora dice que no es bueno hacer paros en años electorales y se presenta como la única alternativa posible a Macri en las presidenciales. El FMI y las corporaciones seguirán exigiendo la aplicación a fondo de la agenda de ajuste. Desde el MST seguiremos enfrentando cada medida que tomen Macri y los gobernadores y su política de conjunto. Llamando a la mayor unidad en la acción para pararle la mano y trabajando por construir un gran tercer espacio político desde la izquierda para las elecciones.