Misión del FMI. Para ajustarnos mejor
Escribe: Gerardo Uceda
A sólo 10 días de haber partido una misión del FMI, ya viene la segunda del año. Fernández y su gobierno insisten en que van avanzando las «negociaciones» para reprogramar los pagos. Pero, ¿a qué vienen en realidad los técnicos del FMI? La respuesta es clarísima: auditarán nuestra economía para ver en dónde y hasta cuánto pueden profundizar el ajuste.
Si la primera misión tenía el objetivo político de evaluar la predisposición del gobierno argentino de pagar, esta segunda tiene objetivos más técnicos y precisos: Monitorear toda nuestra economía en crisis, para ver de dónde pueden rapiñar dólares y más dólares para cobrarse lo que nos prestaron y posteriormente lo fugaron.
Es claro que el FMI, el imperialismo y los grandes usureros internacionales se han convencido totalmente de la voluntad de pago de Alberto. Por eso las declaraciones de apoyo en los medios, la recepción de los mandatarios del imperialismo Europeo y el guiño de Trump, hasta el Papa dice que apoya a la Argentina para que pague su deuda. Eso sí, todo barnizado cínicamente con una serie de frases altisonantes del tipo «nunca más pagaremos con el hambre del pueblo», como dijo el presidente en la Asamblea Legislativa.
¿A qué viene el FMI?
El Fondo está convencido que el Gobierno de Todos, más allá de algunas frases para la tribuna, está dispuesto a pagar la deuda contraída por Macri y fugada por sus amigos nacionales e internacionales en su gran mayoría. Por eso lo que viene a hacer esta segunda misión, donde predominan los técnicos en economía, es auditar nuestra economía en crisis. Saben que no será fácil cobrarse los U$S 44.000 millones que según ellos les debemos. Por eso están interesados en saber si aumentó la recaudación, si hay alguna mira de empezar a salir de la recesión de más de 3 años, si se puede ajustar aún más el bolsillo de los trabajadores y jubilados, etc. Todo con el fin único de cobrarse, con intereses, el nuevo fraude de la deuda.
¿A cuánto asciende la usura?
Según datos oficiales de la Secretaría de Finanzas, la deuda externa supera el 80% del PBI, y supera los U$S 322.000 millones. Se incrementó exponencialmente durante el gobierno de Macri en cerca de U$S 100.000 millones. Pero el problema que desvela a Alberto, es que este 2020 y los próximos dos años se acumulan vencimientos de capital en intereses, realmente impagables. Según esta misma fuente los pagos de capital serían del U$S 48.868 millones y otros U$S 14.838 de intereses. Esto supera el 12% del PBI. Para tener una idea, la Argentina debiera crecer a tasas chinas del 15% anual para poder pagar y así y todo debiera invertir todo el crecimiento, nada más que en pagarles a estos buitres. Pero sucede que nuestro país está en recesión, y los mismos del FMI pronostican una caída del PBI del 1,4% para el 2020 y a lo sumo un crecimiento del 1,3% para el 2021. Entonces, ¿cómo pagar? No hay otra, habrá que ajustar dice el FMI, que lo primero que quiere garantizarse es su propia plata que asciende a los U$S 44.000 millones que le prestó a Macri hace un par de años.
Lo que hay que auditar es la deuda
Toda la deuda es fraudulenta, ilegal e ilegítima. Pero fundamentalmente la contraída en los últimos años por Macri y sus socios. Así reconoció en campaña el propio Alberto Fernández, que remarcaba entonces que no pagaría sin revisarla, porque había sido contraída sin pasar por el Congreso, porque no se utilizó para el crecimiento del país sino para la bicicleta financiera y la fuga de capitales de sus amigos o socios, etc.
Hoy, de ese discurso, solo queda alguna tibia queja y la retórica de «no pagar con el hambre del pueblo». Pero lo cierto es que tanto el FMI como la totalidad de los gobiernos imperialistas, están seguros que el plan del gobierno es pagar a como dé lugar y por eso vienen a «ayudarlo» con sus técnicos para ver de dónde se puede sacar más. Cómo se puede ajustar mejor. Un poco a la soja y al campo, un mucho parar la obra pública a cero y ajustar los salarios y las jubilaciones, cosa que ya empezó a hacer con la ayuda de la oposición de Cambiemos y la burocracia sindical traidora.
Pero nosotros alertamos que necesitan más, mucho más ajuste, por más que reperfilen, refinancien o hagan supuestas quitas de capital del 30%, porque eso también lo hizo Kirchner en el famoso desendeudamiento histórico y a los 5 años terminamos debiendo aún más que si no hubieran hecho ninguna quita, porque te bajan al principio pero después te aplican intereses usurarios en los años siguientes. Ello no solo implica ajuste, si no la vuelta al intento de meternos las reformas estructurales previsional y laboral, entre otras. Más allá de la táctica que pretenda implementar.
La única salida posible: no pagar
Desde el MST en el FIT-Unidad venimos sosteniendo que la deuda es impagable, como opinan ellos también. Sólo que somos consecuentes con esta caracterización: si es fraudulenta e impagable, entonces no hay que pagarla.
No hay ninguna forma de pagar sin ajuste. Sólo este año habría que pagar más de lo que se invierte en Educación y Salud juntas, por dar un ejemplo. No hay reprogramación de pagos que pueda licuar estas cifras astronómicas, que repetimos, fueron tomadas como deuda a espaldas del pueblo y para el beneficio criminal de unos pocos bancos, financieras y empresarios afines al poder. Hoy Fernández pretende desconocer esto y se dispone a pagar.
Sólo con lo que habría que pagar este año se podría duplicar el presupuesto de salud y educación, iniciar un plan verdadero de obra pública (ausente en los anuncios de Fernández a la Asamblea) y de viviendas populares que solucione el problema de trabajo, reactivación de la economía y déficit de viviendas. Se podrían también aumentar salarios y jubilaciones al nivel de la canasta familiar.
Por eso sostenemos, que la única salida a la crisis que vivimos es pagar la deuda con el pueblo y los trabajadores y no con los buitres del FMI y los acreedores privados.