Entrevista a despedido de YCRT “Vamos a pelear hasta las últimas consecuencias”
Hace unos meses el gobierno nacional designó a Aníbal Fernández como interventor de YCRT (Yacimiento Carbonífero Río Turbio). Su primera medida fue despedir a 417 trabajadorxs con el argumento de que ingresaron por una promesa de campaña de la gestión anterior. Como respuesta, lxs compañerxs de YCRT se organizaron e iniciaron un plan de lucha para recuperar sus empleos. Desde el MST en el FIT-Unidad venimos acompañando su pelea por recuperar las fuentes de trabajo. En medio de la crisis mundial por el coronavirus, tomaron las redes sociales como palanca para hacer llegar su reclamo a todo el país a través de la página de facebook “NO a los despidos YCRT”. Entrevistamos a Francesco, uno de lxs trabajadorxs despedidxs:
¿En qué sector te desempeñás?
Soy agente de Punta Loyola, del sector vía y obra.
¿En qué contextos se dieron los despidos?
Nos avisaron mediante una actualización de la resolución hecha por el interventor Aníbal Fernández, donde decía que dejaba nula la resolución de la planta permanente. Nosotros nos enteramos así, pasándonos de celular a celular. Ese día todos estábamos trabajando. A mí me tocaba prestar servicio en la oficina aquí en la casa 2 y mis compañeros estaban en Punta Loyola. Y lo primero que hicimos es esperar que bajen ellos de Punta Loyola, reunirnos y comentar la situación porque no todos estaban enterados de lo que estaba pasando.
¿Cuáles fueron las explicaciones que les dieron?
Explicaciones oficiales no tuvimos. Nos tuvieron una semana a las vueltas, de que vengan a trabajar, de que marquen. Cumplíamos con nuestro puesto de trabajo en una incertidumbre terrible porque no sabíamos que hacer. No te podías ir tampoco del trabajo porque lo iban a tomar como un abandono del puesto laboral. Hablamos con el subgerente que en ese entonces todavía estaba activo en la empresa, y él no nos podía decir nada porque no sabía tampoco qué había pasado. Después viajamos a Rio Turbio y el coordinador general nos atendió y dijo que iban a proceder a revisar legajo por legajo para ver qué era lo que faltaba y si era verdad que estaban incompletos. Yo tuve la oportunidad, como trabajo en la división, de ver legajo por legajo y de saber que los legajos del personal de Río Gallegos que somos 26 estaban completos. En Río Turbio también los legajos estaban completos.
¿Cómo están llevando la situación entre ustedes, en medio de la pandemia?
EO: Es complicada la situación porque ya se van a cumplir dos meses y hasta ahora no tenemos ningún tipo de solución. Hasta ahora no se nos ha liquidado el sueldo (*). Estamos pasando una situación desesperante junto a los amigos y familiares. Por suerte el grupo todavía está unido. El alimento se ha empezado achicar a muchas familias, hay 150 madres solteras que son el sustento de la familia. Encima no tenemos más obra social, no tenemos medicamentos. A eso agregale lo que está pasando ahora que es la realidad de la pandemia. Lo único que podemos hacer es escribir vía redes sociales.
¿Las medidas del gobierno por la cuarentena les ayudó a mejorar la situación?
Hasta ahora nos estaría esperando los $10.000 y además el sueldo, estamos esperando que se nos pague lo de febrero y la liquidación final, que a esta altura del mes está difícil. Sin desmerecer las medidas sociales, si es que nos van a dar esos $10.000, a ningún argentino, y menos acá en el sur con los sobreprecios que hay, le alcanzan.
¿Por qué creen que se dan estos despidos?
Creo que las cuestiones son políticas, porque acá estamos presos, somos una especie de rehenes políticos. Acá se la da la casualidad que finaliza un gobierno e ingresa otro. Estamos recibiendo el shock que se da el hecho de quedarse despedido. En mi caso particular, yo ya he pasado por dichas instancias de despidos. La idea es apoyarnos entre los compañeros, brindarles una palabra de aliento, hacer catarsis grupal para que entre nosotros nos apoyemos. Nos van a tratar de desgastar mentalmente y acá le vamos a dar pelea hasta las últimas consecuencias.
¿Cómo se posicionaron los gremios sobre el conflicto?
Desde ATE nos dijeron que tienen derecho de admisión ante nosotros y no nos quisieron ni afiliar. Además elevaron juicios contra nosotros. Es la primera vez en la historia que un sindicato despide a la gente que está trabajando por un tenor político. Nadie entró por política en la empresa, la mayoría te acusa de ñoquis politizados y sin embargo todos entramos presentando currículm, todos tratamos de hacer las cosas bien. Nos buscaron y ellos tuvieron la lapicera para desvincularnos y lograr que se desvincule en este momento la empresa. Como gremio dejaron mucho que desear, deben defender a los trabajadores independientemente del gobierno de turno que esté.
¿Y algún gremio se ha acercado para expresar su solidaridad o apoyar de alguna manera?
Estamos generando conexiones con los chicos de judiciales y los chicos de CTA. Incluso antes de la pandemia nos juntamos y también movilizamos junto a docentes y trabajadores de la municipalidad. Estamos tratando de unirnos para hacer una presión social, de juntar fuerzas. Entonces yo creo que es importante la lucha y la unión entre nuestros compañeros y todos los trabajadores, porque todos a través de diferentes sectores y diferentes ámbitos de la cuidad también están afectados. Así que yo creo que vamos por un buen puerto.
¿Es posible que el conflicto se resuelva?
Yo creo que sí. Quizás lo que van a querer es que nos desgastemos, que abandonemos la lucha. Pero la lucha la vamos a seguir. Yo sé que muy pronto vamos a poder hacer otra nota diciendo que estamos reincorporando nuevamente a nuestro sector de trabajo. Esa es la esperanza que tenemos con los compañeros y defender nuestro puesto laboral, porque somos planta permanente, no hay donde darle vueltas, somos planta y es lo que más quisimos, de que en unas semanas más podamos volver así sea por una medida de la justicia o una medida de la sociedad pero volver a nuestro puesto de trabajo. Acá no hay “ñoquis” como quieren hacer creer al resto, nosotros siempre trabajamos, siempre asistimos a las jornadas, incluso podemos comprobarlo. No somos vagos, y queremos trabajar para poder llevar comida a la casa. Ojalá seamos los últimos, esto pasa cada 4 años, en diferentes lugares: se termina la gestión y se la agarran con la gente que está trabajando.
(*) Esta semana lxs trabajadorxs recibieron la liquidación final y denuncian que muchxs cobraron apenas entre $7 mil y $12 mi.
Entrevistó: Javier Martínez