Hagamos este encuentro profundamente democrático
Escribe: Andrea Lanzette
Empezó la cuenta regresiva. Quedan solo días para que miles y miles nos encontremos luego de dos años sin Encuentros. Un 35° Encuentro histórico, ¡con un nuevo nombre que por fin nos incluye y nos visibiliza a todas y todes! Ahora es necesario que también lo hagamos democrático. Los métodos para decidir siguen siendo un debate.
Efectivamente, junto con el cambio de nombre y su carácter, también es preciso producir cambios en cuanto a la metodología del Encuentro, para que el protagonismo de todas y todes les que participamos se exprese democráticamente en la toma de decisiones.
Como parte de la Comisión Organizadora de este Encuentro Pluri, seguimos dando debate sobre la necesidad de democratizar la decisión de la nueva sede del próximo Encuentro. Al momento del cierre de este periódico no se cerró el debate de cómo decidir la próxima sede. Seguimos discutiendo un nuevo método.
Si bien la mayoría de las organizaciones que componemos la comisión somos críticas del atrasado y excluyente “aplausómetro”, algunas organizaciones lo critican, pero proponen métodos similares. Efectivamente el método de la vieja dirección de los encuentros se llevaba a cabo en el acto de cierre, donde se sometía a “aplausos” cada propuesta de sede y allí esa dirección “decidía”, según lo que escuchaba, cual era el destino del próximo Encuentro. Era un método de aparatos, quienes se quedan hasta el acto de cierre son muy pocas, algunas organizaciones, puesto que la mayoría se va luego de la marcha del domingo. Un método con maniobra y poca gente para decidir entre pocas donde ir el año siguiente. Al momento se han propuesto como reemplazo, un bolillero, dejando al azar la decisión que debemos tomar nosotres; o una nueva postura que es que se proponga y “que el murmullo se haga grito”, pero ¿qué método se propone para decidir entre las propuestas? ¿Cómo elegir entre muchos murmullos?, suenan muy literarias esas expresiones, pero encierran una maniobra, alguien tomará la decisión por nosotres, convirtiendo el murmullo que más le represente en grito. Y eso no es lo que queremos, queremos decidir todes. ¡Y este es el Encuentro para cambiar los aparateos, para democratizar todo!
Decidir en los talleres, nuestra propuesta
En ese sentido, como lo venimos sosteniendo desde hace años, proponemos que el debate y la decisión debe darse en los talleres, que son el corazón del Encuentro y la instancia de mayor participación. Efectivamente los talleres son los espacios de mayor participación, donde nos encontramos todes, y creemos que es allí donde debemos decidir entre todes la próxima sede. Esta propuesta la levantamos desde hace años, y la llevamos ahora a todas las asambleas de la comisión del Pluri.
Algunas organizaciones vinculadas al gobierno plantean que eso sería “desvirtuar” los talleres, ya que éstos son esencialmente para “hacer catarsis”. No es así. Si algo aprendimos en tantos años es que además de encontrarnos y contenernos, los talleres del Encuentro son para analizar los problemas, intercambiar experiencias e ideas, empoderarnos y organizar nuestras luchas colectivas.
Compañeres de otras agrupaciones se oponen a que se decida en los talleres porque eso reproduciría lógicas de poder y aparatismo partidario, mientras que en el Encuentro “todo se consensua”. Si hay consenso, todo bien. ¿Pero si no lo hay porque existen distintas opiniones? ¿Cómo se resuelve? Como ya ha ocurrido en las propias asambleas preparatorias de esta comisión del Pluri, que ante varios temas no hubo consenso, fue sometido a votación. Consideramos en este caso, que lo único verdaderamente democrático es que se decida la próxima sede en los talleres y que se defina por mayoría.
Nuestra propuesta sigue siendo que en cada taller, donde no se encuentra consenso, se vote la nueva sede, se cuenten los resultados y luego se sumen los votos de todos los talleres y la propuesta con más votos sea la próxima sede. Precisamente, esto de que votar es “reproducir formatos partidarios y patriarcales” es el mismo argumento que usaba la dirección del PCR-CCC para aparatear los Encuentros anteriores. ¡No hay que repetir esos métodos burocráticos!
Apostamos a consensuar en los talleres la próxima sede, pero si no se logra hay que resolver votando. Ese es el método histórico de la clase trabajadora y del movimiento feminista y disidente en asamblea.
A su vez, quienes ponen reparos a elegir en los talleres la nueva sede son sectores que se referencian en el gobierno nacional y el FDT, grupos de La Cámpora y movimientos sociales afines. ¿Acaso tienen temor de que se decida CABA como sede 2023? Nuestra propuesta es ésa, no sólo porque hace 26 años que el Encuentro no se realiza en la capital federal, sino porque además es el lugar que permite mayor masividad y es el corazón político del país para llevar allí nuestros reclamos de género y el rechazo al ajuste y al saqueo del FMI y las corporaciones extractivistas. Y además sabemos que es una propuesta que sobrevuela el Encuentro desde hace años pero que por maniobras burocráticas y antidemocráticas no se ha podido debatir.
Es más, son los mismos sectores que re abren debates sobre temas ya cerrados, como la marcha del Encuentro, cuyo recorrido fue acordado en asamblea, y ahora proponen cambios, entre ellos no pasar por Terrazas, o sea el poder político provincial. Necesitamos denunciar con fuerza a los responsables de nuestra pobreza, de la violencia que sufrimos en nuestros cuerpos y territorios. Denunciar sin concesiones a todas las instituciones responsables, el gobierno nacional, y provincial, las iglesias, la justica.
Hoy nos queda expresar una propuesta y es que sean los talleres, el corazón de los encuentros en donde se decida la próxima sede, esa decisión clave no puede quedar para el último día del Encuentro, con apenas una décima parte de las y les participantes. Si todes venimos, todes decidimos. ¡Mi cuerpo, mi decisión!