Estatización de Pepsico
La lucha de Pepsico es una vidriera a la Argentinia de Macri. Concentra en un ejemplo el plan del gobierno para el país, la complicidad con ese plan de la burocracia sindical y la “oposición” política, y la voluntad y fuerza de los trabajadores para enfrentarlo. También deja entrever una salida alternativa, para su caso en particular, y para el país en general.
El 20 de junio la empresa dejó una nota en los portones de la planta anunciando su clausura. El objetivo de Pepsico es trasladar la producción a otro sitio con otras condiciones, de mayor precarización y menores salarios. Los obreros ocuparon la planta en defensa de su trabajo y la respuesta del gobierno fue contundente: una feroz represión para desalojarlos. Este es el modelo que Macri pretende extender al país entero para resolver el problema de los “costos laborales” y que vengan las inversiones para “generar trabajo”.
Ayuda a las grandes corporaciones a destruir puestos de trabajo digno y reestructurarse con más precarización y menores salarios. Concreta esa ayuda con la fuerza de la represión cuando los trabajadores resistan, y pretende generalizar esas condiciones de trabajo con una reforma laboral después de las elecciones. La burocracia de la CGT, que en Pepsico se ubicó del lado de la empresa, contra los trabajadores, adopta esa actitud para el plan global de Macri también, como viene haciendo desde que asumió. La “oposición” del PJ-FPV y el massismo, brillan por su ausencia en Pepsico, así como en la resistencia al plan de Macri en general.
Pero los trabajadores no bajan los brazos. El miércoles 26 de julio encabezaron una marcha del obelisco al Congreso, donde se discutían los fueros de De Vido. En la misma se reflejó el amplísimo apoyo solidario que rodea al conflicto, con la presencia de numerosos sectores sindicales, sociales y políticos. El MST aportó una nutrida columna y nuestro candidato a diputado por CABA, Alejandro Bodart estuvo en la primera línea. La marcha tuvo que sortear una nueva represión antes de que los trabajadores lograran instalar su carpa frente al Congreso.
La lucha de Pepsico va a continuar, y se le van a sumar otras, porque los despidos se extienden al ritmo del plan económico macrista. Junto con apoyar esas luchas, es fundamental levantar una solución de fondo, empezando por una ley que prohíba los despidos y estatice bajo control social a las empresas que cierren o despidan. En el caso de Pepsico, los 600 puestos de trabajo se podrían mantener, volcando los productos a satifacer las necesidades de colegios, clubes, reparticiones u otras entidades educativas y sociales.
Esta salida alternativa para Pepsico, también refleja una salida alternativa para el país, en base a un plan económico opuesto por la vértice al de Macri, uno orientado hacia las necesidades de la inmensa mayoría en lugar de las ganancias de unos pocos.
Carlos Maradona