Mauricio perdona 70.000 millones a papá Franco: TODO QUEDA EN FAMILIA

La familia Macri tuvo la concesión del Correo Argentino, a través del grupo Socma Americana S. A, que era la empresa controlante de Sideco Americana S.A., quien a su ver poseía el control del paquete accionario de Correo Argentino S.A., hasta el año 2003 en que quebró la empresa y Néstor Kirchner la reestatizó.  Los hijos de Franco recibieron el control de Socma y, entre ellos, Mauricio Macri cedió en 2009 su participación accionaria a sus hijos Agustina, Gimena y Francisco Juan.

Al quebrar la familia Macri dejó una deuda con el estado de 296 millones de pesos. En ese momento el Juez Favier Dubois  le prohibió salir del país a toda la familia Macri y a los miembros del directorio de Sideco. El clan Macri le proponía pagar al Estado tan solo un 7,7% de la deuda. Durante toda la gestión kirchnerista,  Macri fue chicaneando en la Justicia el pago de esta deuda. Los gobiernos de Néstor primero y de Cristina después, no se preocuparon por poner en caja a este “empresario amigo”, con el que hicieron buenos negocios, al tal punto de que Franco llegó a contradecir las posturas políticas de su hijo Mauricio.

Finalmente en julio de 2016, ya con Mauricio en el poder, el gobierno nacional a través del funcionario Juan Carlos Mocoroa, director de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Comunicación, designado por Marcos Peña y Oscar Aguad, llegó a un acuerdo con Franco Macri mediante el cual se le perdona al empresario la módica suma de 70.000 millones de pesos, si tomamos todo lo que tendría que pagar hasta el final de la concesión en el 2033. De lo adeudado hasta ahora el perdón es de unos 4.000 millones. De toda esa plata Franco pagará solo 600 millones en cómodas cuotas a bajo interés.

El monto del fraude contra todos los argentinos, que la familia Macri realiza con este acuerdo entre el hijo presidente y el padre empresario que vive de los “negocios” con el Estado, significa algo así como 583 bolsos de José López, o más del doble de lo que la Justicia le reclama a Lázaro Báez, o al cambio actual unos 4.400 millones de dólares. ¡Y para este afano no hacen falta ni monjas y conventos, o testaferros, con un acuerdo de familia alcanza!

El acuerdo es tan escandaloso, que la fiscal general ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Gabriela Boquín, apoyada en los cálculos de la Dirección de Asesoramiento Económico y Financiero en las Investigaciones (DAFI), cuyos números reproducimos al comienzo de la nota, tuvo que denunciar el acuerdo porque considera que es prácticamente una condonación de la deuda, de la que Franco Macri deberá hacerse cargo de un 1%. La fiscal denuncia además, que la empresa Socma consultada por el juez niega la participación de Franco Macri en la compañía, y que el funcionario Mocoroa no tenía la debida autorización del Tesoro para cerrar este acuerdo.

Impunidad, corrupción, nepotismo: no alcanzan los adjetivos

La familia Macri tiene un largo historial de hacer fortunas a costa del Estado. La Dictadura Militar, con Cavallo como director del Banco Central, les estatizó una deuda de 170 millones de dólares. Deuda que estaba denunciada por fraudulenta, ya que era una práctica muy extendida por los empresarios en aquellos negros años, contraer deuda en el exterior, luego colocarlas en operaciones bancarias no declaradas afuera y finalmente que el Estado se hiciera cargo.

Este escándalo prueba una vez más que no existe el “capitalismo serio”, como suele enunciar la Carrió y otros propagandistas del gobierno actual. En esta etapa de decadencia, la corrupción inherente a los negocios de los grandes empresarios, sus negociados con el Estado, salen en forma más clara a la luz pública, y crecen en volumen y cotidianeidad. La crisis política que atraviesa el sistema hace que salten los pactos de “caballeros”(de ladrones) y ayudan a que se conozcan muchos negociados antes escondidos.

¿Qué dirá “Lilita” de este nuevo escándalo que involucra a la familia del presidente? ¿Lo justificará como hizo cuando saltaron los negocios de Mauricio y familia con los Panamá papers? Lo cierto es que ante millones se derrumba cada vez más el verso de que este era un gobierno “prolijo” que iba a suspender a todo funcionario sospechado de corrupción. ¿Pedirá licencia Macri? Seguramente no. Como no pidió licencia Arribas involucrado en las denuncias de corrupción del Lava jato brasilero.

Anular el acuerdo y crear una CONADEP de la corrupción

Conocido por la denuncia de la fiscal este escandaloso acuerdo, hay que exigir al gobierno su anulación inmediata. La exigencia del pago a Franco Macri y los directivos de Sideco de toda la deuda y la investigación inmediata de las responsabilidades de los funcionarios intervinientes en la firma del acuerdo, empezando por el presidente de la Nación.

La Justicia ha sido cómplice de la corrupción de los gobernantes y sus negocios non santos con los empresarios, que embolsaron y embolsan millones que tendrían que ir a la salud, educación y bienestar de nuestro pueblo. Jueces, fiscales, funcionarios de turno han sido cómplices, cuando no han estado directamente prendidos en la “mordida”, de este o de los gobiernos anteriores.

Por eso para investigar a fondo los responsables de esta estafa, así como la de múltiples hechos de corrupción que están saliendo a luz, tanto del gobierno de los Kirchner como del actual, es que hace falta una Comisión Investigadora independiente de los poderes del Estado, integrada por personalidades del ámbito de los DDHH, organizaciones sociales y de trabajadores, intelectuales y personalidades de la cultura independientes, que sean reconocidos por su honestidad por el mayoría de la sociedad. Una comisión que debería tener plenos poderes para poder investigar y hacer públicas sus conclusiones.

Solo con una medida de este tipo, que además se apoye en una amplia movilización de nuestro pueblo, se podrá investigar, denunciar y llevar a la cárcel a tantos funcionarios y empresarios corruptos.

                                                                                                          Gustavo Giménez