La CGT y la marcha del 22 Hace falta un plan de lucha en serio

Finalmente, entre dudas y cabildeos, la CGT confirmó la marcha del 22. Sin formato ni programa definidos ni organización democrática alguna y, por supuesto, sin paro, se trata de una nueva maniobra para descomprimir la bronca flotante.
Mientras reclamamos paro y plan de lucha, hay que preparar esta pelea desde abajo.

Otra vez sopa. La CGT estuvo a punto de levantar la marcha en medio de otro evento de crisis. Pulsearon “gordos” y “transportistas” y para evitar el naufragio de la reunión, cerraron filas con una marcha que tiene más dudas que certezas. Cuando se necesita la mayor unidad en la acción para pararle la mano al gobierno que pretende capitalizar el aire electoral recibido, la CGT vuelve a defeccionar.

Panorama complejo para los trabajadores

Con más de 8 millones de trabajadores cobrando debajo del salario mínimo, 12.000 pesos de ingreso promedio y más del 60% de los hogares por debajo de la canasta básica total y un escenario de inflación y estancamiento, está clara la transferencia de recursos hacia los que más tienen. Pero a los de arriba, que pretenden mantener su tasa de ganancia en un marco de crisis capitalista internacional, no les alcanza. Para ellos el costo laboral sigue siendo “alto”. Necesitan más ajuste y reformas estructurales que “normalicen” a su medida el país. Venimos denunciando esa hoja de ruta macrista. Se propone continuar con merma salarial, despidos, suspensiones y recortes presupuestarios. Pero su estrategia va por más. Implementar la llamada “triple reforma”. La impositiva, donde, además de alivianarle las cargas sociales a las patronales, van por nuevas exenciones. La previsional: armonizando las cajas provinciales que faltan y, fundamentalmente, aumentando la edad jubilatoria. Y la reforma laboral que, con el libreto brasileño, pretende bajar los costos de los patrones a expensas de prolongar a jornada laboral, flexibilizar los convenios liquidando conquistas históricas, precarizar la mano de obra juvenil y cercenar los mecanismos de reclamo limitando el derecho a huelga y el fuero laboral, entre otras tropelías. Asimismo pretende avanzar sobre los estatales con una reforma que retoma objetivos pendientes de los años noventa. No hay que esperar leyes ómnibus como las implementadas en Brasil, tanto con la reforma previsional como la laboral. No les da la relación de fuerzas, pero con la complicidad de los dirigentes sindicales vendidos, avanzan en cuotas, prueba error de por medio, metiendo el bisturí en los convenios.

Cómo pararle la mano

Si no avanzaron más fue por la resistencia de los trabajadores. Por los innumerables conflictos por lugar y gremio y las históricas jornadas de marzo y el parazo general arrancado a la burocracia cegetista. Pero si no fueron derrotados y se preparan para volver a avanzar por lo pendiente, es por la colaboración de la oposición política que le votó todas las leyes y de los dirigentes sindicales traidores que jamás dieron continuidad a la lucha, negociaron en el backstage oficialista e incluso firmaron acuerdos a la baja de salario y flexibilización.
Hay que pararle la mano. El triunfo en las PASO lo envalentona. Más que nunca se necesita la mayor unidad en la acción contra el ajuste y la reforma laboral, pero a la vez la unidad de los sectores clasistas para empujar por una nueva dirección. Porque si le dejamos el comando a los Daer y Cía, el ajuste estará garantizado.
Las marchas de compromiso como la del 22 no sirven. Hay que preparar desde la resistencia en cada lugar y a la vez reclamar un plan de lucha por un programa alternativo por el salario, contra el ajuste y la reforma laboral. Para prohibir por ley los despidos, sus pensiones y la precarización, por 6 hs de jornada y 25.000 de piso de salario como primeras medidas. Por el no pago de la deuda usurera y una reforma tributaria progresiva para financiarlas.

Tareas inmediatas para responder

El 22/8 se está organizando una movilización en apoyo a los trabajadores de Pepsico. Nuestra Corriente sindical del MST será parte de la misma planteando que se convoque con la mayor unidad de acción, que se impulse un programa obrero como el que proponemos, se haga al servicio de apoyar todas las luchas y sectores en conflicto, se reclame el paro nacional y un plan de lucha y, a la vez que se moviliza ampliamente, sea un paso hacia una coordinación de los sectores clasistas y de la izquierda sindical.
En segundo lugar está la jornada nacional de protesta convocada por la CTERA para el 24 de agosto con marcha al Congreso. La liquidación de la paritaria nacional, los indecentes niveles salariales y otros puntos ameritan que sea con paro y el inicio de un plan de acción debatido democráticamente. Y la unidad de las CTA para movilizar y avanzar hacia el paro general.
A la par que apoyamos los conflictos, cada vez se torna más urgente dar pasos hacia una nueva dirección democrática y combativa. Comenzando por apoyar a los delegados y dirigentes de base que maduran al calor de cada lucha. Pero insistiendo en la tarea pendiente de lograr un polo de todos los sectores clasistas y de la izquierda sindical. Es necesario y es posible si hay voluntad política para avanzar. Lamentablemente desde las fuerzas del FIT no viene sucediendo. Desde nuestra corriente pondremos los mayores esfuerzos en avanzar en ese camino unitario.

Guillermo Pacagnini