En Mar del Plata, miles contra Etchecolatz. Con Macri, más ajuste y más represión

“¡Ni a la casa ni al hospital, cárcel común al genocida Etchecolatz! Ésa fue una de las consignas que cantamos ayer, mientras miles y miles de personas marchábamos desde el Tribunal Oral Federal hasta la estatua de los lobos marinos, en la rambla. Participaron vecinos del propio barrio donde vivirá el represor y a lo largo de todo el recorrido de la movilización fue notable la simpatía de la gente.”

Así nos contaba nuestra compañera Vilma Ripoll la imponente marcha unitaria realizada el sábado 6 de enero en Mar del Plata para repudiar la prisión domiciliaria otorgada por la justicia al asesino y torturador Miguel Osvaldo Etchecolatz. Como parte del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, desde el MST y el CADHU participamos junto a Vilma de la movilización en la que confluimos con otros organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y sectores kirchneristas, sindicatos, centros de estudiantes y muchísima gente concurrió en forma independiente. Con una atinada frase, Norita Cortiñas resumió certeramente el sentimiento mayoritario: “¡Si Etchecolatz quiere estar cerca de su casa, que lo lleven al penal de Batán!”

A su vez el domingo 7, a iniciativa de HIJOS Mar del Plata, realizamos otra masiva marcha, “siluetazo” y escrache a la casa de Etchecolatz, en el barrio Peralta Ramos. En este caso, en la cabecera unitaria nos representó el compañero Gustavo Giménez. Como bien decía la bandera principal del EMVJ, “la única casa para un genocida es la cárcel”.

Este sentimiento democrático tan arraigado en nuestro pueblo, que no quiere genocidas impunes ni libres en las calles de la Argentina, resurge una y otra vez a cada paso. Así lo vimos también en mayo pasado, cuando la Corte Suprema de la Nación concedió el “2×1” a un genocida y la imponente manifestación de repudio obligó en 24 horas al Congreso a votar una ley para prohibir dicho beneficio.

Pero esta batalla contra la impunidad del genocidio cometido por la dictadura militar que asoló nuestro país entre 1976 y 1983 no es sólo en defensa de los derechos humanos de ayer, sino que está íntimamente ligada a la defensa de los derechos económicos y democráticos de hoy. Es que el gobierno de Mauricio Macri, la justicia y todo el régimen político burgués intentan ningunear la represión estatal de ayer con un objetivo presente: fortalecer a todo el aparato represivo y de control social con tal de imponer, como sea, las actuales reformas antiobreras, antipopulares y antinacionales.

Marcha en la ciudad de Mar del Plata en protesta al arresto domiciliario de Miguel Osvaldo Etchecolatz, ex-policía argentino, genocida condenado y represor.
07.01.2018
Foto Maxi Failla

 

 

Tres caras de una misma moneda

 

La estrategia del gobierno macrista y sus cómplices se expresa en tres aspectos simultáneos pero diferenciados:

  1. Uno de ellos es esta línea que venimos describiendo más arriba, de negar el terrorismo de Estado y los 30.000 desaparecidos, reflotar la nefasta “teoría de los dos demonios” y considerar que los genocidas no son asesinos, secuestradores, torturadores y apropiadores de bebés sino pobres abuelitos desvalidos y enfermos, dignos de pasar sus últimos días en sus casas.
  2. El segundo aspecto, más directo y cotidiano, es el endurecimiento generalizado de las medidas represivas, cuyos puntos más altos fueron los asesinatos de los jóvenes Santiago Maldonado por la Gendarmería y Rafael Nahuel por la Prefectura. Palos y gases a mansalva contra las movilizaciones sociales, detenciones arbitrarias y sin condena, presos políticos, policías que atropellan a jubilados o disparan balas de goma directo a la cara de los manifestantes, entre otros hechos, confirman esta mano dura funcional al plan de ajuste, tarifazos y pérdida de derechos históricos. El objetivo es impedir y amedrentar toda forma de resistencia a las medidas del gobierno, que, tal como la ley de reforma previsional, son apoyadas por el PJ (y sus votos en el Congreso) y por la burocracia traidora de la CGT. Unos y otros son verdaderos partícipes necesarios, cómplices del plan del PRO-Cambiemos.
  3. El tercer componente de la estrategia autoritaria oficial es menos directo, pero no por ello menos importante. A no dudarlo, estamos frente al gobierno que cuenta con la mayor protección de los grandes medios de comunicación desde el inicio de la democracia. Macri no necesita hacer muchas cadenas nacionales porque los principales diarios, teles y radios replican minuto tras minuto su relato reaccionario, sea la demonización de los mapuches o la campaña macartista contra la izquierda. Este pensamiento único comunicacional e inédito hoy imperante machaca sobre la llamada opinión pública, manipulando la realidad al servicio del gobierno y del plan económico capitalista.

Si el gobierno nacional y los gobernadores ordenan reprimir todos y cada uno de los reclamos sociales; si se envía a genocidas como Etchecolatz a sus casas; si se asciende a gendarmes como Emmanuel Echazú, único imputado en la causa por la muerte de Maldonado, todo apunta a una misma finalidad: hacer pasar sí o sí la reforma laboral esclavista, los tarifazos, las paritarias a la baja, el endeudamiento externo y demás componentes del paquetazo antipopular macrista.

Represión social, impunidad de genocidas y blindaje mediático constituyen, entonces, las tres patas de un verdadero “Triángulo de las Bermudas”, en donde pretenden hacer desaparecer no sólo los derechos económicos sino también los derechos constitucionales más elementales: el derecho de huelga, de reunión, de expresión, de manifestación, de peticionar a las autoridades, entre otros.

Así como para este gobierno y sus socios ajuste y represión van de la mano, inexorablemente de la mano debe ir nuestra resistencia y nuestra lucha tanto para defender los derechos sociales como para defender las libertades democráticas hoy avasalladas. La movilización unitaria convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia para este jueves 11 a las 17 horas, de Congreso a Plaza de Mayo, es una nueva oportunidad para reafirmar estas convicciones en las calles. Desde el MST y el CADHU allí estaremos y convocamos al pueblo trabajador y a la juventud a concurrir masivamente.

Pablo Vasco

CADHU / MST