Macri, contra la educación pública y lxs estudiantes en lucha

De los autores del protocolo anti-piquetes y del protocolo represivo anti LGBTI, ahora llega el protocolo anti-toma que persigue y cercena el derecho de reclamar de los estudiantes secundarios. Una nueva embestida antidemocrática de cambiemos.
En el 2017 la resistencia secundaria contra la reforma educativa, le dio un revés al macrismo, con la toma de 31 colegios y movilizaciones al Ministerio de Educación. Hoy el gobierno se preparara para efectivizar la reforma denominada “Secundaria del Futuro” y está dispuesto a implementar todas las medidas represivas y “legales” para disciplinar a una juventud rebelde y comprometida con la lucha educativa. La orientación es evidente: ajuste, vaciamiento y privatización de todo lo que es público

No al PROtocolo macrista

Este nuevo protocolo que apunta contra el derecho a protestar, consiste en sanciones a padres y directivos que no tomen una postura reaccionaria frente a la lucha de lxs pibes. Se los responsabiliza por los “posibles daños” y les exigen fotografías del establecimiento al iniciarse la toma. La Ministra de Educación, Soledad Acuña, asesorada por la “Rambo”, Patricia Bullrich, habla de “acciones y consecuencias”. Traducido: la comunidad educativa merece ser sancionada, perseguida y hasta judicializada por apoyar y defender las medidas de lucha en defensa de la educación.

Disciplinar la rebeldía para vaciar la educación

Acuña aclaró que “se privilegió el derecho a la protesta por sobre los de educación y trabajo”. Esto es falso. No hay contraposición de derechos. La comunidad educativa toma los establecimientos para garantizar y defender el derecho a una educación de calidad, frente a la ausencia de políticas públicas. Si no, que el gobierno explique cómo hacemos para estudiar con frío o calor inhumanos, con techos que se nos caen, con goteras, a veces sin bancos y sin sillas. La educación para Macri es un gasto, no una inversión, los daños a los establecimientos no ocurren durante las tomas y no son producidos por los estudiantes, sino por el desfinanciamiento estatal de años. Las tomas plantean la exigencia de condiciones dignas para aprender, son una herramienta histórica del movimiento estudiantil secundario. Por eso para ganarle al gobierno es necesaria la máxima unidad, organización y movilización de toda la comunidad educativa para defender el derecho a la protesta, sostener nuestras conquistas democráticas y también para garantizar una educación pública, gratuita, laica y de calidad. El PROtocolo es un recurso destinado a disciplinar la rebeldía secundaria. Una utopía macrista.

Luciano Rico, JS / Secundarixs CABA