Paritarias docentes ‘a la baja’… Así no iniciamos

El no inicio de clases parece un hecho al que inexorablemente nos empujan las propuestas, casi irrisorias, del gobierno. Así
no iniciamos. Y volveremos a un escenario conocido por todos. Ante eso: organización, unidad y democracia para decidir.

En la Provincia rechazamos la propuesta del gobierno de Vidal de un 15% en tres cuotas, sin cláusula gatillo. Más una suma fija de $ 4.500 para docentes que no faltaron ni una vez en 2017. Un intento de “presentismo” extorsivo, justo cuando empujan al conflicto y un castigo sobre la deteriorada salud de la docencia.
La propuesta del gobierno porteño fue incluso inferior: 12% en cuotas (6% en marzo y $ 600 de adelanto, 3% agosto y 3% octubre). En Mendoza, Cambiemos ofertó un 15,7% en tres cuotas que el SUTE rechaza.
Son paritarias “testigo” ya que esos tres distritos que gobierna Cambiemos, concentran casi la mitad de la docencia del país. Con ofertas a “la baja”, ante una proyección de inflación que ha quedado lejos del 15% anunciado, cuando hasta el Banco Central prevé un 19,4% de inflación y la Celeste habla de 23-24% anual.

Calidad educativa, ¿con docentes en la pobreza?

Ambas propuestas muestran la posición del gobierno, en primer lugar, de postergar el llamado a paritarias lejos del 1º de noviembre que anunció Vidal. Y muy lejos de las necesidades docentes. El reclamo salarial es vital porque implica una variable pedagógica que condiciona la enseñanza. Hablan de calidad, pero hacen ofertas para institucionalizar la pobreza educativa.
Un 15% en las cuotas que sea, es mísero ante un inicial bonaerense de
$ 12.500. Vidal nos reclama “esfuerzo” y “calidad”, a cambio de dar sólo $ 20 más por día. Cuando ella gana en un mes lo que le paga a una maestra en todo el año.
Esto desnuda el proyecto “educativo” PRO: con el 48% de niños en la pobreza, plantean una escuela estatal contenedora de los pibes y al servicio del mercado para que mamás, papás o el familiar a cargo, puedan ofertar su fuerza de trabajo a los patrones. Lo opuesto a construir un espacio de formación integral de nuestros chicos, en base a un pensamiento crítico, dialéctico y reflexivo, con autonomía para poder pensar y luchar por una sociedad democrática, justa e igualitaria.
Urge salir del relato oficial para pensar en una nueva matriz salarial, en la que todas las sumas pasen al básico, incluido el incentivo que paga la Nación. Con un inicial de $ 30.000 para cubrir la canasta familiar y los bienes culturales y así poder trabajar en un cargo y en cursos de 20 alumnos como máximo. Además de elevar ya el presupuesto educativo al 10% del PBI. Así habrá una educación estatal de calidad.
El aumento salarial debe ser en un tramo, no en cuotas, retroactivo a enero e indexado automáticamente por la inflación real. Rechazamos cualquier presentismo o “premio” por no faltar. Si se trata de premiar, que recompongan la pérdida salarial que arrastramos, paguen un sueldo digno y mejoren nuestras condiciones de trabajo y las situaciones edilicias y socio educativas que afectan a las escuelas.
Tampoco se resuelve el atraso salarial con el 20% del que habla la Celeste, un porcentaje que no fue discutido con nadie ni permite la necesaria recomposición salarial (significa $ 27 más por día). Todxs debemos ser parte y decidir: Es necesario que SUTEBA y demás gremios llamen a asambleas y plenarios para debatir, empoderar a la docencia de base y votar un plan de lucha.
Sobra voluntad en las escuelas. Por eso exigimos un Plenario Provincial de Delegados con mandato. Y si la Celeste no lo llama, participar el lunes 26 del Plenario que convocamos desde los SUTEBA Multicolor en Matanza.
En Capital, reclamarlo a UTE y participar el 26 de la Asamblea Unificada (en Belgrano 2527) que convoca Ademys. En cada provincia, impulsar esa exigencia a la Celeste y abrir las instancias democráticas que puedan garantizar la oposición Multicolor. Para confluir el martes 27 en el Plenario Nacional Docente. Mientras reclamamos que el Congreso de CTERA del 28 sea con delegados electos por la base y con mandato.

La bronca crece en la docencia

Hay bronca y necesidad de movilizar. Por eso la marcha del 21F fue multitudinaria, pese a quién o cómo convocaba. La Celeste llamó sólo a marchar cuando era importante parar, dando inicio a un plan de lucha que se vaya construyendo democráticamente. Lamentablemente, en la Multicolor tampoco hubo acuerdo, en particular con Tribuna Docente/PO o la Azul y Blanca/PCR de llamar a parar y resistencia a marchar en una columna independiente que fuera encabezada por las luchas como el Posadas. Lo mismo ocurrió con la mayoría Multicolor en Ademys.
Por eso los mandatos de escuela serán claves para lograr unificar a la oposición Multicolor en un mismo y claro reclamo. Se necesita un plan de lucha donde lxs docentes seamos parte de la Jornada Nacional del miércoles 28, con la mayor acción posible en cada rincón del país, como votó el Encuentro Nacional de Trabajadores en el Posadas. Y levantar con claridad el No Inicio con paro de 72hs para empalmar con el 8M. Para votar como mandato la continuidad con el paro internacional de mujeres. Seguir con otro paro de 48hs y una Marcha Federal en la segunda quincena de marzo.
Plata hay, en la nueva coparticipación que destina 100 mil millones extras a las provincias, si se eliminan los subsidios a la enseñanza privada, se pone un impuesto a las corporaciones y se deja de pagar la deuda externa. Es en unidad y con el conjunto de lxs trabajadores, que está planteado ganar.

No al cierre de cursos y escuelas

En las escuelas bonaerenses, además del salario, salimos a pelear contra los ceses arbitrarios de docentes, las jubilaciones de oficio, una “aplicación” para licencias que está colapsada desde el 14 de febrero como alertamos. Más los cientos de cierres de cursos por región y el cierre de 4 escuelas Primarias y 4 Jardines del Delta o el Jardín de la isla Martín García.
En los distritos empezamos a organizarnos y juntarnos con otras escuelas, entre delegados y docentes, afiliados o no, para forzar una solución colectiva y no en peleas individuales. Eso busca el gobierno: instalar que sería un problema de cada docente, el ver cómo entra a la aplicación, cómo es reubicado o cómo termina el profesorado.
Cuando es un problema de todos porque estamos ante ataques que van contra toda la docencia y la escuela estatal. Con esa incipiente organización, en Lanús logramos que se involucren desde SUTEBA y el FUD. El 20 concentramos en la Jefatura Distrital y se exigió formar la mesa de discusión y tratamiento de POFA (planta de personal y cargos de cada escuela), antes de cualquier cierre de curso. Y hacer grupos de trabajo entre docentes y escuelas para resistir los cierres y revertirlos con proyectos de recuperación de matrícula.
El ajuste de Vidal toma sólo la variable de “cantidad” de alumnos al analizar un curso o escuela a cerrar. Solo quieren “optimizar recursos”, bajo la idea de “reagrupamientos”. Una mirada economista para un derecho social y lo que representa la trayectoria escolar de los alumnos y las prácticas áulicas. Sin ninguna normativa, pretenden imponer un piso para constituir un curso, cuando las Resoluciones 333/09 y 3367/05 solo establecen un techo de no más de 30 alumnos. A organizarse que hay fuerza para dar pelea.

Andrea Lanzette, Sec. Adjunta CTA Lanús
Francisco Torres, Sec. Gremial FND