Ya tiene su “hit” musical. Partido complicado para Macri

En los primeros partidos de la Súper Liga Argentina, el torneo principal del fútbol local, lo “fallos” arbitrales sospechosamente han favorecido a Boca. Este club fue presidido por Macri y hoy lo es por Angelici, reconocido operador oficialista. Esos fallos sirvieron de catalizador para un sentimiento de bronca que excede largamente el verde césped y poco tiene que ver con la pasión por un club u otro. No se trata de hinchas de un club contra otro, sino de la expresión de un rechazo creciente a las políticas del gobierno nacional, una continuidad “pintoresca” de esa ruptura que pego un salto en las jornadas de Diciembre y hoy parece consolidarse como una tendencia muy positiva.

El mal humor sale a la cancha

Como lo decimos en las líneas previas, no creemos en lo más mínimo que la explosión de bronca que transformo en un hit de todas las canchas el “Mauricio Macri, LPQTP”, esté ligado solo al terreno de juego. Evidentemente, las “injusticias” que puedan cometerse en 90 minutos, son relacionada inmediata y directamente con un modelo de ajuste, miseria, represión, cada día más casos de corrupción y por supuesto la sospecha de que, así como en el gobierno abundan los acomodos a familiares, la entrega de negocios millonarios a los amigos, la intervención de los ministros como accionistas o directores de empresas que negocian con el Estado, etc, porque no existiría algún reflejo de esto en el fútbol.

El deporte  “más hermoso del mundo”, generalmente usado para desviar la atención de los sucesos políticos y económicos, esta vez se ha transformado en canal de expresión de la bronca que la mayor parte de las direcciones burocráticas y traidoras se niegan a expresar en un plan de lucha.

Por eso va de estadio en estadio y no sería de extrañar que más temprano que tarde, sea la propia Bombonera la que “lata” al ritmo del tema del verano.

Miles en un estadio insultando al presidente ya era motivo de preocupación, pero la propagación del fenómeno está haciendo sonar todas las alarmas de la casa rosada y la AFA, quienes ya barajan hasta suspender los partidos cuando suene la canción o incluso usar a los barras par actuar contra los hinchas que impulsen cantarla.

Ambas medidas defensivas, que demuestran la preocupación del macrismo y al mismo tiempo que pueden generar un salto en la bronca de los miles que asisten semanalmente a los estadios, que verán como los delincuentes que coparon las tribunas al servicio de sus negocios, actúan al servicio del gobierno que tanta saliva gasta en denunciar a las “mafias”.

Del tablón a las redes, de las redes a las luchas

Una confirmación más de que no se trata de un problema futbolístico, la canción de cancha superó el concreto de las tribunas y se viralizó en las redes sociales. Facebook, Instagram, Whatsaap y todas las demás, se encuentran hoy atiborradas de memes, videos, audios, imágenes y sonidos que hacen referencia a ella.

Llegan a toda hora y a diferencia de otros temas, se han vuelto un problema para la respuesta de los “trolls”. Quizás por esa mascara “jocosa”, por el ritmo tribunero y por la enorme creatividad desplegada en las redes, pero sin dudas también porque se vuelve cada día más difícil defender el proyecto de Cambiemos.

Las luchas que recorren el país son la expresión dura de este mal humor, el combustible de esa bronca, porque son las que enfrentan concretamente las medidas de ajuste, la represión y el avasallamiento de derechos. Son las que han logrado presionar y en algunos casos superar a las burocracias sindicales (burocracia que generalmente se nutre de esos mismos barras que intentarán acallar las tribunas) y encuentran en estas expresiones una brisa favorable a su reclamo que va barriendo el “hay que dejarlo gobernar” que denotaba alguna confianza en los primeros meses del gobierno.

Que esa sea la canción también refleja bastante el momento en el que estamos, refleja esa bronca y también una falta de alternativa, una ausencia de superación que debe resultar en una reflexión profunda para todas las fuerzas que enfrentamos e ajuste en las calles. Crece la ruptura con el macrismo, crece el rechazo a sus medidas, sus discursos y sus ministros. Pongamos en pie desde las luchas, desde los encuentros de trabajadores, desde las universidades y los colegios, desde la resistencia, la unidad necesaria para pararle la mano y dar vuelta todo.

Martín Carcione