Alberto y la cuestión ambiental. Sin grieta

El discurso de AF fue revelador con definiciones estratégicas, precisas en materia productiva y socioambiental. En el proyecto de aborto, hubo ambigüedades. Con la matriz económica y ecológica, no. Reafirmó el curso extractivista, a fondo. Nuestro análisis y propuestas para hacer ecosocialismo como Plan B.

Escribe: Mariano Rosa

Hay políticas en las cuales la clase dominante no tiene fricciones, ni matices, no hay alas. El patrón de acumulación capitalista para América Latina definido por las corporaciones hegemónicas y el capital financiero tiene un rasgo clave: la mercantilización de la naturaleza, de todo lo vivo. Desde finales de la década del 90 del siglo pasado se fue perfilando, una vez completado el proceso de las privatizaciones. Se diseña en ese período un andamiaje legal y condiciones para el inicio de su penetración, primero gradual, después a saltos:

  • Desde 1993 en adelante, se va construyendo una superestructura legal para la megaminería, como referencia: Ley de Inversiones Mineras (30 años de estabilidad fiscal para las corporaciones) o el Acuerdo Federal Minero (la descentralización de la toma de decisiones para facilitar la ofensiva de las multinacionales sobre las provincias).
  • En 1996 se aprueba el primer evento transgénico bajo el ministerio de Felipé Solá. Es el “mito de origen” del agronegocio en Argentina.

Ya en los 2000 en CABA se multiplica la cementación especulativa (con el macrismo a gran escala y el grupo IRSA), y en provincia de Buenos Aires, los barrios cerrados sobre humedales y reservas, con nombres propios tales como el Grupo Soldatti o Constantini. Bajo CFK se incorpora la última novedad: el fracking, con el neo-colonial acuerdo YPF-Chevron. Sumando a la actual fiebre por la megaminería del litio, fuer definiendo la matriz de saqueo del capitalismo sin grieta, que respalda todo el espectro político tradicional.

La palanca: tres definiciones

En la apertura de las sesiones del Congreso, el presidente fue categórico:
“Los hidrocarburos serán una palanca para el desarrollo productivo de nuestro país. Vamos a extraer los recursos a partir de un entramado productivo tecnológico y diversificado en todas las provincias argentinas”.
“Enviaré a este Congreso un proyecto de Ley para el desarrollo del sector hidrocarburífero y minero que promueva y estimule la inversión nacional e internacional”.
“En materia minera también tenemos grandes posibilidades pendientes, con pleno respeto a estándares ambientales y participación social. En particular, la minería metalífera y la del litio se presentan como grandes oportunidades para aumentar las exportaciones argentinas”.

Traducido, significa que se refuerza a fondo la línea del fracking con Vaca Muerta como panacea y una nueva arremetida en materia legal a favor de la megaminería. La obsesión de toda esta orientación es una: recolectar dólares para pagar a especuladores y al FMI. En el camino, claro, mucho blindaje mediático y las falsas promesas de “desarrollo y trabajo”. Precisamente, ya está demostradísimo por la experiencia nefasta de las regiones donde se instaló la megaminería, que es a la inversa: destruye economías regionales, no da trabajo. El fracking es lo mismo: son modalidades de producción altamente tecnificadas y con baja inversión en fuerza laboral. Es un dato incontestable. Lo mismo, obvio, el impacto socioambiental impresionante. Sobran ejemplos nacionales e internacionales. En fin: lo de AF es una apuesta estratégica, va por todo en este punto.

“El campo”: la reforma agraria al revés

El presidente dijo, textualmente: “Que el campo crezca es uno de nuestros objetivos”.
¿Pero qué significa exactamente “el campo”? Veamos.

  • Según datos del Censo Nacional Agropecuario (2018), en treinta años desapareció el 41% de las explotaciones agropecuarias y aumentó la concentración de tierras en pocas manos: el 1% de las explotaciones controla el 36% de la tierra, mientras que el 55% de las chacras (las más pequeñas) tiene solo el 2% de la tierra.
  • El 1,08% de las fincas (2473) concentra el 36,4% de la tierra (57 millones de hectáreas). Se trata de las propiedades de más de 10.000 hectáreas. En la otra punta, las chacras de menor porte (menos de 100 hectáreas) representan el 54,6% del total de las explotaciones agropecuarias (125.023 fincas), pero tienen solo el 2,25% de la tierra (3,5 millones de hectáreas).
  • Entre 2002 y 2018 desaparecieron en Argentina 82.652 explotaciones agropecuarias, casi un 25% del total, a un promedio de 5.166 chacras por mes.

El “campo”, en realidad, es un modelo basado en la explotación por grandes pooles, que desaloja agricultores y los reemplaza por transgénicos, glifosato y mecanización. Todo para producir barato commodities para exportar, no comida. Es este “campo”, el que se propone estimular como estrategia el gobierno del Frente de Todos. El campo de “la reforma agraria invertida”: la expropiación de los más chicos, a favor de los pooles. El de las fumigaciones que envenenan. El de la frontera sojera, que desmonta.

Unidad en la protesta, ecosocialismo en la propuesta

Toda la orientación de AF en materia productiva tiene el respaldo orgánico global de la burguesía, los burócratas del sindicalismo tradicional, Cambiemos y las empresas mediáticas. Los de arriba hacen un “scrum” para sostener esta línea. A la vez, la sensibilidad socioambiental y la respuesta de lucha crece como una enorme ola verde: del mundo a la Argentina, de las regiones del interior del país al centro. AF juega con fuego. No tiene otro plan, por lo tanto, se va a jugar hasta que las relaciones de fuerza en la protesta se lo permitan. En este aspecto, hay desafíos claves para encarar:

  • Por un lado, construir una verdadera Coordinación Plurinacional en defensa de los bienes comunes y contra el extractivismo.
  • En segundo lugar, desarrollar al interior de ese frente único de protesta una potente corriente que milite por un programa de transición pos-extractivo, anticapitalista y ecosocialista.

En respuesta a lo primero, a la movilización, hay una primera cita fundamental por una bandera transversal: la defensa del agua. El próximo 22 de marzo, decenas de organizaciones estamos impulsando una acción de lucha que va llevar de Congreso a Plaza de Mayo el reclamo que ya es causa nacional: el agua vale más que el oro (y el litio).
Por otro lado, nuestra Red Ecosocialista se prepara para impulsar múltiples encuentros en todo el país en los próximos meses para fortalecer una estrategia programática y militante:

  • Oponer al modelo extractivo, una matriz basada en la producción y consumo de bienes sociales necesarios. Sin agrotóxicos, ni transgénicos; sin megaminería; hacia una matriz de energía renovable y limpia; en defensa de bosques, humedales y espacio público. Contra toda forma de maltrato animal. Por una reconversión profesional-laboral como orientación hacia la clase obrera explotada y precarizada por el capital-extractivo.
  • En paralelo, esos puntos de referencia para una reorganización de la economía y las relaciones sociales, requieren una organización de militantes de esas causas. En el frente socioambiental, y desde ahí, hacia lxs trabajadorxs, el movimiento feminista-disidente y los movimientos sociales.

La Red Ecosocialista y el MST, tienen esos objetivos: de protesta y propuesta.