Errores, Clarín y los mercaderes de la educación, contra la docencia

 

El multimedio publicó una nota condenatoria de la docencia, por cuatro errores en programas educativos de la TV oficial. Pero al escribirla comenten un serio error gramatical que invalidaría toda su tesis. Pero la intención es otra: Objetar a la docencia, su lucha y formación y propiciar el mercado de plataformas educativas.

 

El domingo 21 y el lunes 22, el diario Clarín publicó notas estigmatizando cuatro errores que cometieron docentes en el programa en vivo, “Seguimos Educando” (ver nota: Educación en cuarentena: los errores de los maestros en la TV Pública que reabren el debate sobre la formación docente). Programa que el ministerio de Educación emite en cuarentena para, según dice, “acercar contenidos a los niños” y garantizar la “continuidad pedagógica” de manera virtual.

Con nombre y apellido, el diario expuso cómo estas docentes se equivocaban una vez en el contenido, y otras en la ortografía. Pero creemos importante exponer las intenciones del multimedio detrás de esta nota. Así como las intenciones del gobierno de hacer un programa de estas características.

 

La paja, la viga y el ojo sobre nosotres

 

Por supuesto, ante una nota que se escandaliza por cuatro errores que –según afirman-, “reabren el debate sobre la formación docente”, no podemos dejar de señalar que cualquiera puede equivocarse, como evidencia la nota.

El inquirente periodista debería reconocer que «errar es de humanes» ya que, en su cuestionadora nota sobre 4 errores cometidos en gran cantidad de programas, en más de 60 días de producción, cometió un serio error al escribir «escrachados en la redes sociales».

Al redactar, no se respetó la concordancia entre el número gramatical del artículo femenino singular “la”, con el del sustantivo femenino plural “redes”. Cuando por definición, un artículo concuerda en género y número con el sustantivo al que acompaña.

¿Imperdonable error periodístico? Según su condenatoria nota, sí. Pero esa frase y error no nos llevan a concluir que les periodistas no tengan una adecuada formación o capacitación, como sí afirma Clarín en esta extensa oración: “Estos errores en vivo, trasmitidos por la TV Pública, y luego escrachados en la redes sociales, plantearon dudas sobre los beneficios de la educación online y también la capacitación de los docentes”.

Como toda empresa humana, un medio comete errores. Nada nuevo. Y Clarín ha cometido muchos, como muestran distintas tapas del “gran diario argentino”. Lo que sí puede definir a un medio es el modo en que trate los errores que seguro comete. Si se sigue la lógica de la nota, solo ese grueso error echaría por tierra toda su argumentación. Sobre todo porque en un medio como Clarín, errar o no debiera ser más serio.

Grave error en tapa, al nombrar a la “Fueza” Aérea, sin la “r”

Es que toda nota se revisa antes de publicarla. Y debería pasar por tres fases de revisión: la relectura de su autor; la de las jefaturas de sección y/o redacción, que aprueban los aspectos informativos y de enfoque; y luego la del o la correctora, profesional de la edición que hace una revisión de la sintaxis, ortografía, gramática y estilo.

Pero se ve que en el apuro de criticar, cayeron en el «error» que critican. El que aún persiste, sin reconocerlo ni señalar una fe de erratas. A diferencia de las docentes que sí lo hicieron, incluso en vivo. Es más, para medios como Clarín hace añares que existen correctores automáticos que muestran el error al momento de escribir. Cualquier celular lo comprueba. Los pizarrones aún no.

 

Solo no se equivocan quienes nada hacen

 

Para ir al tema, queremos destacar que en la escuela nunca censuramos o estigmatizamos un “error” porque aprendemos de ellos, a corregirlos, a mejorar. Los errores son disparadores de aprendizaje. En el aula, un error de ortografía en el pizarrón, es corregido por el resto de la clase, por sus alumnes. Así como sus errores son corregidos por cada docente en el trabajo áulico. Este aprendizaje es colectivo. No es que en el aula «pasan cosas» y no nos enteramos.

El proceso de enseñanza-aprendizaje no tiene una dirección, tiene muchas. Como hace años dejó de considerarse unívoco, nos resulta natural ver que les estudiantes nos enseñan a les docentes, nos ayudan a mejorar. Y que también lo hacen entre sí.

Al mismo tiempo, debemos señalar que un programa de televisión no es una clase, aunque lo parezca. Los medios de comunicación tienen un papel importante en la difusión científica -o deberían tenerlo-, pero no pueden reemplazar la relación que se da en el aula.

Más allá de esto, con esa nota no se apunta a “corregir” a docentes que están en vivo para el país, sino extrapolar una conclusión lapidaria y condenatoria, en un razonamiento básico, inválido y anti-científico: si tres docentes cometen errores, la totalidad de docentes somos incapaces.

Es común este desmerecimiento de parte de los gobiernos, las corporaciones, centros de poder capitalista y la prensa hegemónica. Aquí, como docentes, nos tomaremos un tiempito para explicarles por qué este tipo de razonamiento es un serio error de extrapolación. Aunque sabemos, es un “error” intencional. Así como esta nota está redactada en inclusivo, no por “error” de ortografía ni redacción, sino por intencionalidad política.

Tenemos una mirada muy crítica sobre cómo decidió el gobierno transitar la virtualidad, sobre estos programas, sus contenidos, quiénes los arman e integren o cómo se eligieran. Tampoco es novedad que el ministerio de Educación de Nicolás Trotta y Alberto Fernández dé prioridad a estos modos de “facilitar contenidos”, como supuesta manera de garantizar la continuidad pedagógica, mientras no atiende los reclamos de docentes, estudiantes y familias.

Es más, en la docencia es claro que a lo sumo podemos hablar de un proceso de acompañamiento didáctico. Solo la burocracia Celeste de CTERA y los gremios docentes de la CGT, aliados al gobierno, coinciden con que así sería posible educar y garantizar la tan mentada continuidad pedagógica…

Desde el comienzo de la cuarentena incluso, venimos exigiendo que se debata democráticamente con el conjunto de la docencia y la comunidad educativa qué contenidos deberían considerarse y de qué forma o a través de qué herramientas transmitirse. ¿Quién decidió qué se dice y qué no en estos programas de TV o de radio, en las plataformas virtuales y los cuadernillos impresos?

Quienes hacemos a diario la educación no participamos ni se nos consultó sobre qué y cómo deberíamos intentar educar en tiempos de pandemia. Incluso, venimos reclamando computadoras, dispositivos y acceso a WIFI gratuito para la totalidad de integrantes de las comunidades escolares en todo el país y no se asegura. Pero nada de esto preocupa en la línea editorial de la nota.

Clarín en tapa, inventaron una palabra: “extradicción”. Pero no existe. Sí, la palabra extradición

Al contrario, el multimedio parece hacer nuevamente la tarea sucia de denunciar docentes, al montar un escrito condenatorio de la formación y capacidad docente a partir de solo cuatro errores, sin mencionar las carencias y ajustes que sufrimos como trabajadores. Sin cuestionar la decisión de pagarnos nuestro aguinaldo en cuotas, el congelamiento salarial y las precarias condiciones de trabajo. Esto tampoco es un “error”.

 

Propiciar las plataformas online y obstaculizar la lucha docente

 

Además de mostrar esos errores, la nota aborda una entrevista a Guillermina Tiramonti, quien afirma: “hay que revisar la formación docente” y aconseja que la escuela “debe ser una mezcla de educación presencial” con la virtual. Elogia la educación online, resaltando que “tiene beneficios que deberían profundizarse».

Guillermina Tiramonti, ex funcionaria de Vidal

Tiramonti critica también la educación actual y dice que “las reformas y cambios que se dieron en los últimos tiempos, no sirvieron”, sin aclarar que esas reformas fueron propuestas e impulsadas por ONGs y gobiernos que ella integra, integró o apoya y que docentes de todo el país (y Latinoamérica) repudiamos.

Esta ex-funcionaria del gobierno de María Eugenia Vidal fue directora del Programa “Buenos Aires hace escuela” y coordinadora, nada menos, que del Consejo de la Dirección de Formación Docente Continua bonaerense de 2016 a 2018. Integra también el Club Político Argentino, grupo de intelectuales afines al gobierno de Macri, donde son socios ex ministros como Pablo Avelutto, Claudio Avruj, el último ministro de Economía, Hernán Lacunza y otros ex ministros y economistas liberales como Juan Llach, Mario Brodershon, José Luis Machinea, el consultor Jaime Durán Barba y políticos como Fernández Meijide, Eduardo Amadeo o Marcelo Stubrin, entre otros.

En tapa, escribieron “cirujías” con j, pero se escribe con g

Tiramonti es también integrante de FLACSO y fue su directora en la Sede Argentina del año 2000 al 2009. Se trata de una universidad privada Latinoamericana de Ciencias Sociales, auspiciada por la Unesco. Fue escrachada en otros países por recibir dinero del Banco Mundial y más dinero del Estado, que las propias universidades estatales. Sus posgrados y maestrías son arancelados y pueden costar unos 3.000 dólares (250 mil pesos) y sus cuotas rondan entre $3.800 a $7.000 y $10.000 mensuales. En nuestro país, su origen data de 1974 y cobró relevancia de la mano del kirchnerista Daniel Filmus, cuando fue director de FLACSO justo antes de Tiramonti, desde 1992 al año 2000.

Tiramonti tiene declaraciones contra la organización gremial, aludiendo que los sindicatos son una traba para los “avances” liberales en educación. Forma parte también del Proyecto Educar 2050, donde trabaja con la organización de Telefónica en la venta de plataformas online, y de Argentinos por la Educación, financiada por corporaciones como Pampa Energía, Despegar.com, Bain & Company, Edenor, Banco Galicia, etc. En la feria del libro se la vio exponer sus ideas en TICMAS, vendedora de plataformas educativas de la fundación IBEI. La que logró venderle a Misiones sus plataformas para el sistema educativo online.

Primero desmerecen nuestro trabajo y después nos quieren convencer que la educación online llegó para quedarse y que les docentes seríamos reemplazables por sus plataformas «educativas», las cuales venden a los gobiernos por miles de millones. No solo eso, sino que pretenden reemplazar el trabajo enriquecedor que se hace en las escuelas, día a día, por plataformas hechas con contenidos y prioridades del Banco Mundial, la OCDE y las corporaciones.

Como suele hacer, Clarín ataca nuevamente a la docencia cuando salimos a reclamar junto a estatales, contra el pago en cuotas de los aguinaldos y los sueldos congelados. O cuando el gobierno de Trotta y Fernández promociona un protocolo de vuelta a clases, en medio del aumento de la pandemia, que la patronal del multimedio viene reclamando.

 

Por una pedagogía socialista

 

Les docentes estamos en permanente capacitación, a costa de nuestro propio esfuerzo ya que ningún gobierno garantizó prepararnos ni asegura las capacitaciones en servicio. Repensamos nuestras prácticas en conjunto, salimos a luchar contra el cierre de nuestros cursos y pos títulos (como es el caso del pos título E.S.I del Joaquín V. González), cierres que en su momento Tiramonti acompañó. Como también contra la UniCABA y el cierre de nuestros profesorados.

Sabemos y queremos alertar que vienen por nuestros contenidos, queriendo incorporar los que ellos priorizan para oprimir y explotar. La educación no es facilitar contenidos al servicio del mercado, es una construcción colectiva, reflexiva, crítica y, ante todo, democrática.

Por eso necesitamos jerarquizar realmente a la docencia, con un salario que cubra la canasta familiar y el acceso a los bienes culturales, para poder trabajar en un solo cargo y con un máximo de 20 alumnes por curso. Por una formación y capacitación docente gratuita y en servicio, con contenidos y objetivos con pertinencia educativa, elaborados democráticamente y no impuestos verticalmente por funcionarios y tecnócratas.

Valorar la escuela pública, estatal, a partir de disponer de un aumento inmediato del Presupuesto al 10% del PBI para dotarla de todo lo necesario y carente actualmente. La ausencia de esto no es un “error”, sino una constante en el modelo de ajuste educativo capitalista. Los recursos están, deben volcarse a educación, no al FMI ni a los bonistas ni a los multimillonarios subsidios para la enseñanza privada.

Para revertir todo esto, necesitamos un gran Congreso Pedagógico Nacional para poder poner en discusión qué educación queremos y al servicio de quiénes. Le decimos fuera a las corporaciones de la escuela estatal. Nuestra formación no es su negocio. Necesitamos poner en pie una pedagogía socialista, que esté acompañada por un gran cambio social y revolucionario. Te invitamos a ser parte de esa construcción.

 

Giselle Franco, Andrea Román, Salomé Ponce de León, Andrea Boullosa, Francisco Torres

Alternativa Docente, ANCLA

Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática

MST en el Frente de Izquierda Unidad