Gatillo fácil en Mar del Plata: “Mi cara, mi gorra y mi barrio no son un delito”

La maldita bonaerense desató su furia también en Mar del Plata. La madrugada del domingo 5 de julio, en el km 5 de la ruta 226, el policía Arcangel Bogado disparó al menos 11 veces su arma reglamentaria contra Brandon Romero, de 18 años. Las pericias indican que el cuerpo del joven presentaba 7 impactos de bala: en los tobillos, la mano, el glúteo, la zona del puente nasal con salida por el maxilar izquierdo y uno en frontal; luego fue arrollado por tres autos. En su declaración en Tribunales, el policía insistió con su versión del intento de robo, y que al ver un fogonazo, descargó su arma en legítima defensa. Aunque está imputado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego,  seguirá en libertad a la espera de las pericias balísticas que comenzarán esta semana.

Los primeros titulares, eran categóricos: “Un policía mató a un delincuente que quiso robarle la moto”[1], “Un policía abatió a un delincuente en la ruta 226”[2], “Ladrón recibió tres tiros y fue arrollado por un auto”[3] y las notas se referían a Brandon como “sujeto con antecedentes penales” o “malviviente abatido”.

Como es habitual, en los casos de violencia institucional o gatillo fácil, se intenta desprestigiar a la víctima, construyendo un relato que justifique el accionar policial al estilo Chocobar o disfrazándolo de legítima defensa. De esta manera,  el camino hacia la justicia se torna un arduo proceso para las familias trabajadoras.

El lunes 13, participamos junto a varias agrupaciones sociales y de DDHH de una nutrida manifestación en reclamo de justicia en la puerta de Tribunales de Mar del Plata, en la que sobresalían cientos de jóvenes, muchos de ellos amigos y amigas de Brandon. La multitud se encolumnó luego en una marcha que recorrió el centro de la ciudad hacia el palacio municipal.

Pudimos conversar con Romina, su madre, quien destacó que el joven no tenía antecedentes penales, trabajaba en una panadería, con uno de sus hermanos, por lo que se levantaba todos los días a las 4 de la madrugada. Nos comentó además, que el fiscal de la causa, Alejandro Pellegrinelli  les sugirió que no contrataran abogados, que confiaran en él para llevar adelante el proceso judicial. Romina expresó que no se sintió escuchada por la justicia, que en todo momento intentó desestimar su denuncia de gatillo fácil.

Hasta el momento no se han tomado otras declaraciones testimoniales ni hay informes de las cámaras de seguridad del lugar, pero es evidente que la manera en que fue ejecutado el joven hablan como mínimo de un exceso en la legítima defensa. Este caso, junto a los recientemente sucedidos en Bahia Blanca o La Matanza, nos confirma que no son hechos aislados, sino que es una metodología común de la policía bonaerense y del resto del país, la criminalización y asesinato impune de jóvenes de clases populares, por portación de ropa o de cara. Esta violencia ejercida desde el Estado tiene responsables políticos que deben responder por las acciones de sus subordinados, y en la provincia de Buenos Aires, son el Ministro de Seguridad Sergio Berni y el Gobernador Axel Kicillof.

Es imprescindible para el esclarecimiento de los  casos en los que hay implicados agentes de las fuerzas represivas,  la actuación de comisiones investigadoras conformadas por organizaciones sociales y de DDHH, independientes de las fuerzas represivas y del Estado.

Por eso desde el MST nos solidarizamos con la familia y amigxs de Brandon, nos ponemos a su disposición para acompañarlxs en su búsqueda de justicia y gritamos junto a ellxs

¡Basta de gatillo fácil! ¡Ni un pibx menos! ¡El Estado es responsable!

Sonia Magasinik

[1]Diario  223 05/07/2020

[2] Diario Punto Noticias 05/07/2020

[3] Diario Crónica 06/07/2020