Caso Facundo Castro: Máximo Kirchner y los miserables

“Ha habido intentos con el tema de Facundo de querer equipararlo a lo de Santiago Maldonado y es una de las miserabilidades de la política. En este caso, al revés de lo que sucedió con Santiago, donde se podían ver notas de que estaba en Chile o Entre Ríos, desde el Gobierno no ha habido nada en ese sentido” declaró Máximo Kirchner en una entrevista radial en AM750 [i].

Es cierto, no han habido notas tan burdas sobre su paradero, pero ciertamente hubo muchísimas versiones, alimentadas desde el ministerio de Berni y su fuerza policial sobre gente que lo había llevado a lugares, que lo había visto, que al final no había pasado por tal o cual comisaría, etc. Y Facundo desapareció camino a Bahía Blanca, y Santiago despareció en el sur.

Pero acá la discusión no pasa por una cuestión geográfica, de contexto o de cuál fuerza se encargó de que desaparezcan de la faz de la tierra. La discusión pasa justamente por esto, por la desaparición en democracia de un pibe en manos de las fuerzas represivas del Estado, un Estado que aunque haya cambiado su identificación partidaria continúa repitiendo prácticas que ya son clásicas y que vienen incluso de antes de la última dictadura.

Hace pocos días el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni, un fanático de la represión y la persecución política [ii], le había dicho a la madre de Facundo que se lo iba a devolver vivo, como si no supiera qué hace la Bonaerense, una fuerza experta en encubrir sus delitos y a la que él dirige. Para nada distinto de lo que hizo la ministra Bullrich en su momento diciendo que Santiago estaba en Chile, en Entre Ríos, donde sea.  Y también está el estridente silencio y la negación del poder político, que se calló sobre la desaparición forzada de Facundo hasta que ya no era posible seguir ignorándolo, que hoy en día encubre a los responsables materiales y políticos. Que lo siguió haciendo, aún cuando se encontraron pertenencias de Facundo en la celda de una comisaría en Teniente Origone[iii], e incluso rastros de su olor en un patrullero.

Ni hablar de la eliminación de evidencia digital, de fotos, videos y mensajes en los celulares de los policías implicados, o de las amenazas que recibieron los testigos de la causa para que “no hablen de más”.

Y los casos son tan parecidos que hasta tuvieron las mismas metodologías. Uno apareció río arriba, el otro en una zona que ya había sido rastrillada, con marcas de una camioneta al lado y cerca de una zapatilla sospechosamente limpia, igual a la que tenía puesta Facundo el día que desapareció. Ambos cuerpos fueron encontrados en un río, claramente plantados para encubrir el accionar de las fuerzas estatales. Una vez más crece la larga lista de gatillo fácil y desapariciones forzadas de la Bonaerense.

Ambos casos están plagados de encubrimiento, irregularidades y una violencia profundamente arraigada en las raíces de las fuerzas represivas. Todo esto avalado por los gobiernos, que priorizan el circo mediático para evitar responsabilizarse de estos desaparecidos en democracia y no garantizar que sus familias consigan justicia.

Durante estos días se estará analizando el cuerpo encontrado. Esto recién comienza. Todavía queda un largo camino por recorrer para lograr justicia, en ese sentido acompañamos la demanda de Cristina Castro, madre de Facundo, para que se vaya Berni y Carlos Bevilacqua. Pero también es necesaria una comisión investigadora independiente que se encargue de encontrar a los responsables, y que el juicio y castigo le llegue a los culpables. Es tiempo de disolver la policía bonaerense y todo el aparato represivo, para así poder realmente combatir las raíces de la inseguridad.

Y a Máximo Kirchner: las desapariciones forzadas de fondo no son distintas entre sí, no cambia su gravedad por cuál fuerza esté implicada ni quién gobierne. Siguen siendo crímenes de los que el Estado es responsable y debe hacerse cargo, que no significa una llamada sentimental a la familia de las víctimas, sino que haya un verdadero desmantelamiento de las fuerzas de in-seguridad para asegurarnos que nunca más haya otro Santiago u otro Facundo.

Una vez más, los gobiernos nos demuestran que la grieta no es tan gruesa, y que está rellena de represión, persecución y ajuste. Los miserables siguen siendo los que mantienen intacto el aparato represivo y con eso favorecen que estos crímenes atroces se continúen cometiendo.

Candela Gambuli

[i]https://ar.radiocut.fm/audiocut/maximo-kirchner-sobre-desaparicion-facundo-astudillo-castro/

[ii]http://www.correpi.org/2020/sergio-berni-prontuario-de-un-represor/

[iii]https://mst.org.ar/2020/08/04/encontraron-pertenencias-de-facundo-en-comisaria-de-teniente-origone/