No Ginés, si esto termina mal es por culpa de tu gobierno

Parece ser que ahora con más de 451.000 contagiados, cerca de 10.000 muertos y con Argentina dentro de los 10 primeros en infectados, por fin el ministro Ginés González está preocupado. Según dijo el ministro “la situación es delicada. Si la gente no adopta una conducta distinta, esto va a tener un mal final”: cinismo puro, no se lo puede denominar de otra forma.

El campeón de los pronósticos, el ministro de salud de la argentina, luego de negar la importancia del virus, anunciar que no era un problema de salud para la Argentina o que no creía que llegaría al país tan pronto, ahora reconoce estar muy preocupado. Tarde como siempre, se viene a preocupar cuando ya la Argentina está entre los 10 países del mundo con mayor cantidad de infectados, cuando el número de contagios diarios también se ubica entre los primeros y cuando ya tenemos 10.000 muertos por Covid-19. Sin darnos ninguna real primicia, informó que “el virus se ha mundializado y no tenía por qué no extenderse a la Argentina” y toda una serie de obviedades que todos, pero sobre todo los que trabajamos en la salud sabemos de sobra. Pero también reconoció que “cinco o seis jurisdicciones que están al borde del colapso sanitario” y que “hay que tomar decisiones ahora. Si esperamos, las consecuencias van a ser mucho peores” Para finalizar, al igual que lo hace el presidente cada vez que tiene un micrófono o una cámara cerca, echándole la culpa a la gente, que por no cuidarse o hacer algunas fiestas o reuniones, serían los responsables del aumento exponencial de casos de los últimos meses. Queremos expresar nuestro más profundo rechazo a estas declaraciones, nuestra indignación por el descarado cinismo que encierran. Además, si fueran sinceras sus declaraciones, estaríamos aún peor porque demostrarían que el ministro de salud de la nación sigue como desde el principio desubicado frente a la magnitud del problema que tenemos por delante. Si no cambia rotundamente, no la gente sino la política del gobierno, esto va a terminar mal.

¿Cuál es la situación real de la pandemia?

Más allá de todos los números, que se han empezado a volver catastróficos desde hace un mes y medio aproximadamente, y que catapultó a la Argentina a tener que compararse con los países que peores resultados tienen, hay problemas que el ministro o no ve o no quiere reconocer y hay responsabilidades que tampoco.

Dijo con razón que el personal de salud está agotado, cansado y que esto no se arregla con 300 respiradores más. Pero lo que obvia decir es que tuvieron 4 meses, en donde hicieron muy poco y nada para evitar lo que hoy, abriendo el paraguas, Ginés da ya como un hecho, el colapso del sistema de salud “que nunca quisimos ver” dijo.

El problema es que se quedaron en el relato inicial, según el cual la Argentina estaba entre los países que mejor administraban la pandemia, con una progresión muy baja de casos, con baja mortalidad, etc. Se dedicaron por TV a dar cátedra con gráficos a países como España, Italia, Francia y hasta Suecia. Hoy casi todos ellos tienen menos casos que nosotros y la Argentina teme mirarse en el espejo de otros países de Latinoamérica, de los cuales ni siquiera hablábamos, como Ecuador o Perú o Méjico, donde la gente al igual que en los primeros meses de pandemia en España o Italia, muere en las calles o casas, sin posibilidades de atención médica.

Desgraciadamente esta probabilidad más que cierta, se debe precisamente al colapso del sistema de salud, que venimos alertando desde la izquierda y otros sectores desde hace meses. Si la Argentina aún hoy, a pesar de los más de 450.000 casos ostenta una baja mortalidad se debe precisamente a que el sistema de salud, fundamentalmente por el profesionalismo de enfermeros, técnicos, médicos y resto del personal de la salud, pudieron dar adecuada atención al 100% de los que consultaban. Fueron miles los pacientes que, internados en situación crítica, incluso en salas de Terapia Intensiva se recuperaron gracias a la acción de ese personal que hoy Ginés anuncia que está al borde del agotamiento. Sostenemos que, en cuanto los enfermos no puedan ser atendidos, no encuentren quien los pueda contener la mortalidad se duplicará o triplicará. Habremos tirado por la borda el único punto a favor que todavía tenemos.

La responsabilidad no es de la gente, es del gobierno

También desde estas páginas y otras, señalamos muchas veces en estos meses que no sólo no se estaban tomando las medidas necesarias, sino que se hacían que iban en el camino de empeorar la situación. Veamos algunas.

Cuando se impuso la cuarentena estricta de los primeros 15 días, fuimos los que advertimos que con ser correcta la medida no alcanzaba. Que se necesitaba un plan de testeos masivos, para seguir el recorrido del virus y poder ir localizando, encerrando al virus, de esta manera se hubiera movido entre gente que ya tenía inmunidad y entonces la curva de contagio se aplana o desaparece. Muchos países lo hicieron así. No lo quisieron hacer, hasta salieron enfáticamente a oponerse. La razón fue simple, no querían disponer del dinero necesario para la compra masiva de los kits diagnósticos.

Posteriormente advertimos que, sin lo anterior, abrir la cuarentena estricta era muy peligroso. Fue el gobierno y no la gente, quien empezó a abrir cada vez más actividades no esenciales, como fábricas, empresas, etc. que fueron las que presionaron siempre para preservar sus ganancias y encima, nunca respetaban los protocolos de cuidados para con sus empleados. Todo lo contrario, los hacían trabajar sin protección y hasta estando enfermos. Y esa lógica ha sido la que prima hasta el día de hoy en el AMBA y en todo el país, por eso es lógico que cada vez haya más provincias que se complican y saturan.

También exigimos desde el primer día, que debían ponerse todos los recursos del Estado al servicio de la pandemia, dejando de pagar la deuda, imponiendo fuertes impuestos a las grandes fortunas y ganancias empresarias. Para disponer de fondos suficientes para garantizar un ingreso igual al de la canasta familiar para cada trabajador informal o cuentapropista. Como única forma de lograr una correcta adhesión a la cuarentena. En su lugar el gobierno, arregló con los buitres, no les sacó un peso a los ricos, dejó correr despidos y suspensiones y en seis meses sólo pagó tres cuotas miserables del IFE. Y con un cinismo sin igual el gobierno acusa de irresponsables a los que tienen que salir a ganarse un mango so pena de morir de hambre.

Y por último digamos, que fuimos los primeros en sostener que el hilo se cortaría por lo más fino, que es precisamente el personal de salud, que ahora preocupa al ministro. Por eso exigimos la unificación del sistema de salud, en un Sistema Único y bajo control estatal, el nombramiento de miles de enfermeros, médicos, bioquímicos y técnicos en forma efectiva y con salarios dignos, que permitieran la rotación del personal por turnos en forma real, evitara el poliempleo y el cansancio. Nada de ello sucedió, ni siquiera la “coordinación” anunciada por el ministro. En provincias como Mendoza, a los contratados no les pagan desde abril, en Jujuy faltan médicos y enfermeros. No lo hicieron otra vez, aduciendo que no contaban con los recursos económicos para hacerlo. Si hoy, todo el personal de salud está agotado, contagiado o en cuarentena y y hay peligro de colapso es porque no se tomaron las medidas necesarias durante los 5 meses anteriores. La carta de la sociedad de intensivistas. las denuncias recurrentes de CICOP y otros sindicatos combativos de la salud, coinciden con este panorama.

No, Ginés. La culpa y responsabilidad no es de la gente ni de las “reuniones sociales”. La culpa es de su gobierno que no aplicó ni aplica ninguna de las medidas que señalamos desde el principio desde el MST y la izquierda. Hay que dejar de priorizar las ganancias de las patronales y volver ya a Fase 1, con apoyo económico a los más necesitados y todo el resto de medidas descritas. Aún estamos a tiempo de evitar una evolución que amenaza con ser desastrosa.

                                                                                                            Gerardo Uceda