De la lucha en las calles, a fortalecer una alternativa junto a la izquierda

El paro nacional y la movilización del 24 demostraron que hay fuerza para enfrentar el plan de Milei. Esas jornadas con movilizaciones históricas en todo el país provocaron un cambio, abrieron un momento distinto y una situación más difícil para el gobierno. Las jornadas extensas durante el tratamiento de la ley, a pesar de la represión, se mantuvieron y fue clave el rol de la izquierda para que hoy podamos decir que la ley cayó y el protocolo represivo está cuestionado. La lucha en la calle es esencial para derrotar todo este plan. El punto clave en ese marco es sobre la estrategia, qué hace falta construir en términos políticos para superar a quienes hoy gobiernan y a quienes gobernaron, y nos trajeron hasta acá.

Escribe: Cele Fierro

Estas semanas han sido una escuela de nivel avanzado sobre política y organización, quienes pintan canas ya las han pasado a todas, la juventud empieza esa escuela acelerada, que no por rápida deja de ser muy importante, sobre todo las conclusiones que se sacan para un futuro, no lejano.

En una entrevista a un medio televisivo un pibe decía, “el peronismo, los sindicatos no salen, al final, yo no soy trosko pero siempre terminan saliendo los partidos de izquierda, a poner la cara, a comer los palazos”. Corto, simple, y sobre todo claro.

Claridad que no tienen los que hasta hace poco eran gobierno, del campo “nacional y popular”, defensores de los DDHH, que en el parlamento hablan contra la ley de Milei, pero en la calle, que es donde sabemos se resuelven estas disputas, no estuvieron. Algunos incluso han dicho que aún no es tiempo, el ex-candidato a presidente de UxP directamente dijo que el paro fue muy apresurado. Lamentablemente, para quienes han acompañado este proyecto durante los últimos años, todas estás definiciones políticas actuales se suman al fracaso del gobierno de coalición peronista. Gobierno que al aplicar un fuerte ajuste y seguir la hoja de ruta del Fondo y las corporaciones, generó enorme descontento y así abrió la puerta para que hoy nos gobierne esta derecha reaccionaria.

Donde hay que estar para avanzar

Por supuesto, desde la izquierda estamos donde hay que estar. Cuando hay que defender una causa justa, ahí estamos, y siempre estaremos. Lo que es clave en este momento, es discutir y dar pasos para superar los límites que se alcanzan en términos de organización y representación política. Si bien, en el marco de la polarización política y social (no es un invento argentino) que se vive a nivel mundial, en esta danza de la disputa de clases, la ultraderecha ha logrado estructurarse en términos políticos-organizativos: armaron partido, crearon coaliciones, ganaron elecciones, pero les cuesta consolidarse y avanzar por la fuerte resistencia que tienen enfrente. Por ejemplo, en nuestro país, hasta ahora Milei no logra expresar su base social en la calle. Justamente, en la calle está el otro polo, antagónico, el que es más activo, dinámico, masivo, y ocupa las calles luchando por derechos sociales y democráticos. En ese polo estamos desde la izquierda, impulsándolo, potenciándolo, coordinando fuerte desde la multisectorial junto a las asambleas y la cultura. El desafío enorme es a la vez de mantenerlo, ampliarlo, cómo construimos y fortalecemos desde su seno una alternativa política con la fuerza y la dinámica de la calle.
Esa es la tarea que se presenta como inmediata: fortalecer una gran alternativa política junto a la izquierda, en el medio que transcurre la lucha, la resistencia en la calle. Porque no se puede confiar en aquellos que nos piden esperar, ¿esperar a que el pueblo sea más pobre? ¿Esperar a tener más compañeros detenidos, golpeados? ¿Esperar a tener más compañeros despedidos? No es por ahí. En la calle es luchando ahora y con miles convocados y organizados.

No hacer lo que ya fracasó, sino algo nuevo

En lo político es no repitiendo viejas frustraciones. No es dando la pelea por adentro del PJ como vendrán soluciones. Sus diferentes alas, desde las que apoyan a Milei hasta las que se pintan de progres, no pueden ofrecer un camino de soluciones. La historia ya ha demostrado que no la tienen, porque ese viejo partido es una estructura al servicio de los sectores del capital y el FMI. No escuchan a las bases populares, que son las que se manifiestan junto a la izquierda. No escuchan porque directamente defienden intereses de clase opuestos.

Para que la bronca no se transforme en resignación, y para que las expectativas no se vuelvan a frustrar, invitamos a miles de compañeras y compañeros con quienes compartimos la calle, a salir de esa coalición política dirigida por el PJ. Invitamos a que se animen a construir y fortalecer algo distinto, junto a la izquierda con una perspectiva anticapitalista y socialista. Así como le seguimos proponiendo a los demás partidos del Frente de Izquierda Unidad, que nuestro frente con su sólido programa tiene que convocar a miles de trabajadores y jóvenes, abrir canales de participación a independientes, a intelectuales, a organizaciones sociales y referentes. Desde el MST queremos un frente mucho mejor, sin electoralismo y con perspectiva de disputar en todos los terrenos, ayudando así a que la izquierda tengamos un mayor peso político con la incorporación de una parte importante de ese activo que hoy se mueve en las calles. De esa conjunción tiene que nacer algo superior y mucho más fuerte.

Dar vuelta todo

Los de arriba sacaron la conclusión que las medias tintas, lo tibio, lo gradualista no les rinde para salir de la crisis que se profundiza por la misma lógica capitalista. Tienen que ir a fondo y eso están intentando ahora con Milei y Bullrich. Esta conclusión, es buena tomarla también, para analizar y proponer alternativas de este lado de la vereda. Nosotras y nosotros también queremos ir a fondo, dar vuelta todo, pero en sentido opuesto a Milei y todas las derechas.

Hoy más que nunca la idea de socialismo o barbarie está sobre la mesa. Ellos quieren llevar al conjunto de las y los trabajadores, de los sectores populares a la barbarie. Y frente a eso propuestas que no se plantean romper con los límites de este sistema, no van a ser otra cosa que una nueva frustración. Por eso la tarea es fortalecer un proyecto que plantee y tenga como programa la transformación económica y social de fondo. Un proyecto integral, anticapitalista por los enemigos de clase que enfrenta y denuncia, socialista por el carácter de nuestras propuestas y medidas.

Queremos un proyecto donde las y los trabajadores gobernemos, y tomemos las riendas de todas nuestras riquezas y los grandes resortes económicos del país, para decidir que hacer y al servicio de quien, sin capitalistas, sin FMI, sin partidos tradicionales ni castas políticas privilegiadas. Sin podridas instituciones corrompidas y fortaleciendo organismos democráticos nuevos, de obreros, de sectores populares y de la juventud. Con esa fuerza de abajo construir una nueva sociedad y abrir un nuevo tiempo.