¿Macri, “contra” la burocracia sindical?
Con las detenciones de “Caballo” Suárez (SOMU), Balcedo (SOEME), El «Pata» y Monteros (UOCRA), el gobierno busca un doble objetivo: aprovechar el odio de los trabajadores a esos burócratas traidores y privilegiados para debilitar a toda organización gremial, y presionar al conjunto de la burocracia sindical para que siga dejando pasar el ajuste y la reforma laboral aún pendiente. Pero la campaña macrista encierra un riesgo para el propio gobierno y las patronales: dinamizar el proceso de surgimiento de una nueva dirección sindical.
Es innegable que los trabajadores y el pueblo miran con simpatía la detención de Balcedo. La constatación de que esos dirigentes “gremiales” viven como magnates generó un odio mayor hacia toda esa casta burocrática, que ya viene muy desprestigiada ante las bases por ser cómplice directa de las patronales y del ajuste del gobierno de Macri. En las redes sociales infinitos memes satirizaron la vida de ricos que llevan esos burócratas sindicales corruptos, tan alejada de los trabajadores que dicen representar.
Producto de la irrupción del movimiento de masas contra la reforma previsional, hace poco el gobierno tuvo que posponer (hasta marzo, en principio) su tan ansiada reforma laboral. Tras sufrir ese fuerte golpe político, que confirma todas las últimas encuestas, el gobierno apela a nuevas iniciativas para tratar de volver al cauce de su plan ajustador. Una de ellas es esta campaña contra la vieja dirigencia sindical, que incluye las denuncias contra Hugo Moyano (Camioneros) por OCA y contra Víctor Santa María (SUTERH) por lavado de dinero.
Hipocresía oficial
En esto el gobierno de Macri es un completo hipócrita, ya que si realmente quisiera ir contra las mafias del sindicalismo debería arrancar por casa. ¿Por qué no investiga la fortuna de su propio ministro de Trabajo, Jorge Triaca, hijo homónimo de aquel dirigente del gremio plástico, millonario, traidor, colaborador de la dictadura y ex ministro de Trabajo de Carlos Menem?
Si el gobierno macrista hoy hace campaña mediática contra la vieja burocracia sindical no es para liquidar a esa casta, que tan funcional le resulta, sino por dos razones de estricta conveniencia. La primera es poner a esa dirigencia “en caja” y alinearla lo más posible con la reforma esclavista que todavía falta aprobar. La segunda razón es tratar de mostrar que el sindicalismo es todo corrupto, buscando así debilitar cualquier tipo de organización sindical y, sobre todo, convencer a los laburantes de que no peleen por una nueva conducción, democrática, combativa y clasista.
Por supuesto, como buen capitalista él mismo y como representante de su clase explotadora, Macri no va a ir a fondo contra la burocracia sindical, que junto al PJ le garantizó la gobernabilidad desde que asumió. Es más: una de sus primeras medidas como jefe de gobierno porteño fue pactar con la burocracia del SUTECBA cargos y dinero a cambio de “paz social”. Hoy sólo busca recordarles a la CGT y demás burócratas que en última instancia dependen del Estado y que entonces no se les ocurra hacer nada contra la reforma laboral por más presión que reciban desde abajo.
Los trabajadores no podemos esperar absolutamente nada de esta burocracia sindical ni del gobierno. Van a volver a pactar, porque los burócratas dependen del Estado para mantener sus lujos y privilegios, y porque a su vez Macri los necesita para sostener la gobernabilidad. En este sentido es ilustrativo la bravuconada de Barrionuevo: “A los sindicatos los atacaron los militares, Alfonsín y De la Rúa, y no terminaron su mandato…” A lo que Triaca, recogiendo el guante, le contesta: “No toda la dirigencia sindical es igual. La mayoría de los dirigentes cumple su función gremial dentro del marco de la ley y hace las cosas con transparencia.” Repugnantes ambos.
A diferencia de La Cámpora, que se “solidariza” en forma lamentable con lo más rancio de la burocracia sindical, nosotros no defendemos a ningún burócrata millonario ni corrupto: sólo defendemos a la clase trabajadora, a todos sus derechos y a sus dirigentes injustamente perseguidos. Lo que sí rechazamos por completo son las amenazas del gobierno de quitar la personería a sindicatos por haber tomado medidas de fuerza o por demoras en los papeles y la reciente notificación de la gobernadora Vidal a los docentes bonaerenses, invitándolos a “desvincularse” (desafiliarse) de sus sindicatos.
Hace falta un nuevo modelo sindical
Es necesario y posible refundar el sindicalismo argentino sobre otros principios políticos y organizativos. A partir del desprestigio y la descomposición de la burocracia sindical corrupta y vendida a las patronales, desde las bases están surgiendo nuevas comisiones internas, cuerpos de delegados y construcciones gremiales.
En estos últimos años, la crisis de la vieja burocracia oficialista pegó un salto de calidad. Y más allá del objetivo gorila de Macri, que denunciamos más arriba y rechazamos de plano, contradictoriamente sus carpetazos están acelerando el proceso de nueva dirección en el movimiento obrero, que debe ser democrática y combativa.
Nosotros creemos que esa posibilidad está cada día más abierta. Por eso junto a activistas independientes de numerosos gremios estatales y privados de todo el país hemos fundado la Agrupación Nacional Clasista y Antiburocrática (ANCLA) y proponemos cinco medidas básicas para enfrentar y derrotar a la burocracia sindical:
- Total independencia del Estado. Libertad de organización sindical como lo decidan los trabajadores. Derogación de la Ley de Asociaciones Sindicales 23.551, que es la regimentación del Ministerio de Trabajo sobre la vida sindical.
- Plena democracia sindical. Que ninguna decisión importante se tome a espaldas de las bases, sino todo por asamblea: qué medidas de lucha llevar adelante, cuál es el pliego de demandas a levantar, quiénes son los delegados paritarios, etc.
- Basta de monolitismo burocrático. Unidad en la acción y plena democracia interna. Basta de listas sábana donde el que gana, así sea por un voto, se queda con todos los cargos: integración proporcional de todas las corrientes en los cuerpos directivos según su votación.
- Abajo los privilegios. Los dirigentes sindicales con licencia deben ganar lo mismo que en su puesto de trabajo, cumplir dos mandatos como máximo y luego volver a trabajar. Revocatoria de mandato cuando no cumplan o surja un compañero más representativo.
- Unidad y coordinación de las internas y delegados combativos. Por rama laboral, gremio o zona según las circunstancias, para reforzar la solidaridad con cada lucha y unificar los conflictos y reclamos en la perspectiva del paro regional y nacional.
César Latorre
Delegado Gral. Hospital Italiano
Agrupación Bordó (ATSA) en ANCLA