Macri consuma el saqueo y la entrega. ¿A qué viene el FMI?

A Macri se le quemaron los papeles y volvió a mendigar al FMI para intentar zafar de la crisis. La inmensa mayoría de la población lo rechaza porque sabe que significa más ajuste, más miseria y represión para tratar de implementarlo.

Macri y sus cómplices dicen que este Fondo es distinto al de años atrás, que ahora es «bueno». Una ridiculez insostenible. Por eso rápidamente tuvieron que esbozar otras respuestas. Que no habría exigencias, que es una medida precautoria por si nos hace falta liquidez el año próximo, que no necesariamente pediríamos los U$S 30.000 millones que solicitamo.. Para fortalecer este discurso, a los 2 o 3 días de lo peor de la corrida, ya con los mercados más tranquilos, con un dólar más o menos estabilizado alrededor de los $25 y con la Lebacs renovadas, Macri y sus ministros intentaron explicar en todos los medios que se trataba de una turbulencia pasajera, que la economía está fuerte, que en nada se parece esto al 2001.

La «turbulencia» no pasó

Nuestra visión es diametralmente opuesta. Creemos que estamos atravesando una crisis profunda, producto que el plan de Macri (rudimentario y basado en el capital especulativo) se agotó por completo en 2 años. Fracasó porque no pudo cumplir con la meta esencial que era aplicar un ajuste tremendo sobre los trabajadores y sectores populares, basado en aumento de tarifas, baja del salario real, reducción del déficit a través de despidos masivos de estatales y reforma laboral para bajar el costo capitalista argentino en el sector privado. Fracasó porque no pudo controlar la inflación y se retrajo el consumo interno. Y somos categóricos, no pudo aplicarlo en la magnitud y velocidad que necesitaban por la resistencia obrera y popular, como se evidenció en las jornadas de diciembre. El supuesto gradualismo no es ninguna política originaria, es la consecuencia adaptativa al no poder hacerlo en forma de shock. Por estas razones no vinieron inversiones productivas sino especulativas, que apostaban a la timba financiera de las tasas del 30% anual y que, cuando se sintieron inseguras empezaron a llevarse la plata hacia los EEUU donde la tasa había aumentado y es cualitativamente más segura. Nada de eso cambió en estos días, todo lo contrario. La inflación se potenció con la devaluación del peso frente al dólar que supera el 38-50% según la fecha desde donde se cuente. Las tasas del Central al 40% fomentan la especulación y a la vez generan más desconfianza, por eso el grueso se renovó a 35 días y los bonos a plazos mayores fueron menores. Como no cambió nada estructural del plan no creemos que haya razones para creer que ya hayamos atravesado la crisis.

Ahora, el Fondo y su receta

¿A qué viene el FMI? Como siempre el Fondo viene supuestamente a salvar al gobierno ante una grave crisis. Como siempre también viene con sus paquetes de ajuste acelerado. Macri dijo: el mundo no aprobó el ritmo con el que lo estábamos haciendo, más claro… Ya es vox populi que exigirán bajar el déficit este año del 3,2% al 2,7% y el próximo al 1,5%. Eso significa despidos, achique salarial y freno total a la obra pública. Contradictoriamente como siempre y como explicamos en el otro artículo de esta página, estas recetas de ajuste feroz tienen un efecto contrario al que explicitan, porque la economía se contrae hasta la recesión y cae brutalmente la recaudación. Por cada peso ahorrado con el achique bajan dos de recaudación y el superávit nuca se logra, es la historia conocida que está en la memoria de todos los argentinos. Y nosotros agregamos que el ajuste con sus despidos y baja salarial trae un aumento de la conflictividad social lo que aleja toda posibilidad que ningún capitalista venga a invertir en un país en recesión y con la gente movilizada. Obviamente el FMI sabe de esto. Por eso sus objetivos no explícitos en el acuerdo que se firme son, por un lado someter al país a largo plazo a la conveniencia económica-política imperialista, perdiendo todo atisbo de autonomía por más mínima que sea. Y por otro preparar el terreno para cobrarse de otros modos, como fueron las privatizaciones masivas del menemismo en los ’90 o como son las islas griegas a la venta de hoy, y que en nuestro país significarán tierras, eliminación de jubilaciones, privatización de la salud, de la educación, etc. Por eso llamamos a todas las organizaciones sociales, sindicales y políticas a realizar una gran campaña y movilización en contra del acuerdo con el FMI.

Gerardo Uceda

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