¿Créditos PC Docentes o poner fin a la brecha digital?

 

El gobierno lanzó créditos a docentes para comprar una computadora como “herramienta de trabajo indispensable” en la pandemia. Si es indispensable y de trabajo, el Estado debe proveerlas. ¿Es posible? Medidas para lograrlo.

 

El ministro de Educación, Nicolás Trotta, anunció la posibilidad de dar algunos créditos, al lanzar el “Programa PC Docentes”. Lo hace en plena pandemia, la que obliga a dar clases en modo virtual, lo que solo es posible con una computadora en condiciones y buena conexión a internet. Ya que no puede prepararse el material educativo, investigar, revisar devoluciones de estudiantes y demás actividades docentes, a través de un celular.

Como indicamos en el título de la nota, consideramos que, en vez de créditos, el gobierno de Alberto Fernández, Trotta y el PJ, junto a los gobernadores, deberían tomar medidas para poner fin a la brecha digital. Pero hacerlo ahora, en medio de la pandemia y no varios meses después de que haya pasado, como plantea la ley de teletrabajo que acaban de aprobar en el Congreso. Legalizando así la precarización laboral, como explicábamos días atrás (ver: Teletrabajo: PJ y derecha se unen para precarizar).

Ahora bien, antes de desarrollar esta idea y las propuestas socialistas para hacerlas realidad, queremos reflexionar críticamente sobre el anuncio, con la misma lógica de quien lo propone. Ya que así podremos ver que, ni siquiera desde la perspectiva del anuncio, se resuelve esta carencia. Esto, ante un sector que confió o votó, quizás críticamente a este gobierno, pero le pudiera parecer una “ayuda” que se den créditos en plena pandemia.

 

Con suerte, de cada 1.000 docentes, 18 lograrían un crédito

 

La noticia, como pasa con todo anuncio que busca generar títulos mediáticos, tiene serias limitaciones. Y habrá que ver qué, de todo esto, se termina concretando, tal como pasó con otros anuncios. En primer lugar porque no toda la docencia podrá acceder al “Programa PC Docentes”. En realidad, la inmensa mayoría no podrá hacerlo por más que quiera. ¿Por qué? Veamos:

  1. Porque solo podrá pedir un crédito quien tenga un ingreso de hasta 4 salarios mínimos, vitales y móviles (de $16.875). Por lo que no podrá aspirar a un crédito quien cobre $67.500 o más. Lo que deja afuera a toda una porción de docentes, quienes tengan doble cargo, cierta antigüedad, ruralidad o zona y a equipos directivos.
  2. Porque deja también fuera a toda la docencia universitaria. Al no incluirles en el Programa, ni siquiera tendrán derecho de pedirlo. En el diario Página 12 muchos lectores, docentes universitarios y tal vez votantes de Alberto y Cristina, pusieron críticos comentarios diciendo si -como educadores de la universidad-, no podían aspirar al crédito porque se les considera “ricos”, entre otros enojos.
  3. Porque a la supuesta tasa del 12% se le agrega también el IVA, que encima se lo cargan sobre los intereses, con lo que se eleva bastante más la cuota, ya que la Tasa Efectiva Anual pasa a ser de casi el 16% real. Por lo que, ante un préstamo de $100 mil, se terminarán pagando más de 127.000 pesos (ver gráfico: $ 3.531,51 por 36) lo que es un importante sobrecosto de $27.000 más para cada docente por comprarse lo que sería su propio “pizarrón” virtual… Así, al final, se termina pagando un 27% más, mientras a las patronales de la enseñanza privada les ofrecen créditos a tasa cero y con meses de gracia, pero a una maestra con salario de pobreza le cobran interés y también el IVA por sobre ese interés.
  4. Porque encima, en la web del Banco Nación aparece otra “aclaración” (letra chica) que lleva a terminar pagando más. Si se despliega la pestaña Características del préstamo, cuando al final hacen mención a Otros impuestos, especifica: “en las jurisdicciones que correspondan, los clientes deberán abonar los impuestos y/o sellados provinciales”. Todo un verso, relato puro, para beneficiar a las empresas fabricantes, a los gobiernos que recaudan y embromar a la docencia, obligada a pagarse su computadora. Con lo que dan continuidad a la lógica macrista, del Banco Mundial, el G8 y la OCDE de seguir poniendo el foco sobre la docencia como responsable de asegurar el hecho educativo.
  5. Porque además, esta “oferta” es de una edición muy limitada. Con el anuncio de inversión por $50 millones que hace el ministerio de Educación, apenas se podrían dar unos 500 créditos. Es decir, nada. El comunicado oficial del ministerio[1] especifica ese monto. Pero dos días después, en un reportaje[2] a Página 12, Trotta dijo que podrían destinar casi $2.000 millones a estos créditos. Pero aún si efectivamente eso fuera así, alcanzaría apenas al 1,8% del total de docentes del país. Es decir, de cada 1.000 docentes, apenas 18 podrían tener la suerte de lograr un crédito.
  6. Porque si este anuncio se concretara como se anuncia y en su totalidad, con suerte apenas 25.000 docentes llegarían a un crédito, sobre el más de 1,1 millón docentes de la Argentina. Es decir, más del 98% de la docencia no pondrá recibir ningún crédito, por más que quisiera y tuviera el sueldo para hacerlo.

PDF del Banco Nación que se despliega si se abredo la pestaña «Características del préstamo», al final y se hace clic en: «Ver cuadro de cuotas»

Trotta: “La computadora es una herramienta de trabajo imprescindible”. Comprátela (¡?)

 

Según la página del Banco Nación, podrá pedir un crédito el “personal docente de los niveles inicial, primario, medio y superior no universitario de todas las modalidades, que se desempeñen en establecimientos de educación pública, de gestión estatal o privada de todo el territorio argentino, que sean perceptores del Incentivo Docente (FONID)”.

Esta propuesta tampoco es nueva y ratifica los planteos que ya marcamos en mayo (ver: Educación: ¿Dar créditos para resolver las carencias de la virtualidad…?). Sería una línea subsidiada entre el ministerio de Educación y el Banco Nación, con apoyo del ministerio de Desarrollo Productivo (Kulfas), de hasta $100 mil en 36 cuotas. El ministro Kulfas convocó a las Cámaras y empresas fabricantes de computadoras para que determinen un stock de equipos para ello. Empresas que armaron el MarketPlace, es decir, la plataforma o sitio de compras que pone en contacto a ambas partes: la que quiere vender y la que necesita comprar, para ver qué computadoras o equipos podría haber.

En el anuncio, la subsecretaria de Industria celebró diciendo que la pandemia muestra que la tecnología es fundamental para la educación y que ven “importante aprovechar este contexto para darle impulso a la industria nacional”. Claro, con la plata y esfuerzo de la docencia, colmada de deudas, carencias y pobreza… Increíble, pero real.

Según el ministro Trotta, “el objetivo de los créditos es facilitar a las y los docentes una herramienta imprescindible en este contexto de pandemia, fortaleciendo una tendencia con la mirada en el futuro”. Pero esto ya no tiene límite. Si la computadora es una herramienta imprescindible como dice, debería garantizarla el Estado, a través de su gobierno y los gobernadores. Pero no. Nos hacen comprar nuestra propia herramienta de trabajo, lo que implica una rebaja salarial de hecho.

Ni se nos ocurriría pensar decirle a ningún chofer, operaria, cajero o enfermera que deben comprarse el colectivo, torno, registradora o jeringas. Ni al contado ni en cuotas. Lamentablemente, esta aberración laboral y social, la anuncia un gobierno que se dice “popular”.

Porque a una pequeña porción de docentes con menores ingresos se le “facilitan” un poco las cuotas, pero la tienen que comprar igual, endeudándose. Y a otro sector, se le sugiere que vaya y la compre a precio de mercado, sin anestesia. Cuando llevan 8 meses de gobierno y siguen criticando al macrismo porque no dio continuidad al Conectar Igualdad, pero mantienen el mismo presupuesto congelado de 2019, con la miseria que dejó el macrismo y sin “conectar” ni “igualdad”. A esto, en el barrio le dicen cinismo sin filtro.

 

CTERA: Un tercio de la docencia sin computadoras

 

Hablando de cinismo, dobles discursos y relatos, la burocracia Celeste de CTERA acaba de publicar una encuesta a la docencia con cifras lapidarias ante anuncios como éste. Según el informe “el 29% de las/os docentes no cuenta con ninguna computadora para trabajar desde su hogar. Es decir que no cuenta con la principal herramienta para el trabajo docente a distancia”, señala CTERA. Esto implica que unos 320.000 docentes no tienen computadora y el gobierno ofrece resolverlo con un crédito para menos del 8% de todo este sector docente que no tiene su imprescindible herramienta de trabajo.

A la vez, el informe agrega que “a esto se suma un 17% que tiene un acceso reducido a una computadora por las necesidades de los otros miembros del hogar. Estos dos grupos suman el 46% de las/os docentes con acceso nulo o muy limitado a una computadora en su hogar”. Es decir, más de medio millón de docentes en el país no tienen computadora o con un muy limitado acceso para poder trabajar a diario.

A esto se suma que “hay un 17% de docentes que no cuenta con celular con posibilidad de conectarse a internet”. Y que “la mayor parte de las/os docentes tiene dificultades de conectividad a internet. El 59% sufre interrupciones en la conexión o bien la misma resulta insuficiente”.

Por otra parte, al consultar cuáles serían las 4 principales problemáticas que afectan a la docencia con relación a su trabajo, se responde estas dos: a) La insuficiencia del salario para afrontar el costo de vida actual y b) La falta de recursos para el trabajo. Lapidario. Sobre todo porque la misma conducción oficialista de CTERA destaca “la cuestión de la insuficiencia del salario, lo cual resulta de una gran relevancia particularmente para el 73% de las/os docentes cuyo ingreso es el único o principal del hogar”.

Decíamos cinismo y doble discurso porque la cúpula Celeste de CTERA publica estos datos, con un crudo informe sobre la situación de teletrabajo docente en la pandemia, el mismo día que Trotta hace su anuncio. Frente a un gobierno que la burocracia Celeste apoya e integra con funcionarios, diputados, legisladores, concejales y consejeros escolares en el país.

Porque incluso, si la ley que aprobaron sobre teletrabajo, entrase en vigencia de inmediato y no a los 90 días después de acabar la cuarentena -como escandalosamente fija el Art. 19º a pedido de las patronales-, Trotta y los gobernadores deberían entregar el equipamiento y herramientas de trabajo, asumir gastos por conectividad, servicios, instalación y reparación de los equipos[3]. Todo esto es lo que quieren ahorrarse, bochornosamente. Pero la Celeste no denuncia, sino que deja correr y avala la política de créditos, ajuste salarial y educativo del gobierno del que son parte.

 

La deuda es con la educación, no con el FMI ni los buitres

 

Por todo esto, el lanzamiento generó mucha bronca en la docencia que realiza grandes esfuerzos y gastos para garantizar la virtualidad educativa, ante un gobierno que propone que, para dar clases y acceder a la tecnología, nos la compremos endeudándonos.

Sobre todo porque la docencia, como la mayoría de trabajadores, viene sufriendo un fuerte ajuste, suba de precios, tarifas, cuentas y un congelamiento salarial, tanto nacional como en la mayoría de las provincias. Con el colmo en la última paritaria, donde la burocracia Celeste anunció como “logro” que nos sigan pagando el Incentivo (ver: Paritaria docente: Gato encerrado y “0” aumento). ¡Inédito! Mientras Trotta dice que lo acordado sería darnos una mísera suma extra de $40 por día (en 4 cuotas de $1.210), que está lejísimo de los gastos por la virtualidad y la crisis que se descarga en los bolsillos docentes.

La Celeste debe pronunciarse frente a este Programa PC Docente y rechazar esta “salida” de dar préstamos con interés para tener una computadora. Y exigir que el Estado, a través del gobierno, garanticen su distribución gratuita a la docencia, estudiantes y familias. Reclamar también un urgente resarcimiento de los gastos y provisión de tecnología, conectividad, servicios, mobiliario y demás elementos para el teletrabajo que realizamos.

Para poder garantizar computadoras y la conectividad gratis a centenares de miles de docentes, así como a las familias y estudiantes del país, en vez de dar créditos, hay que suspender todo pago de la deuda externa y destinar esos multimillonarios recursos a la educación, salarios, presupuesto y a poner fin a la enorme brecha digital.

Tan solo con el último pago de intereses al FMI, realizado por el gobierno de Alberto Fernández por 324 millones de dólares[4], se podían entregar más de un millón de netbook a docentes y estudiantes. Es decir, 40 veces más que lo que Trotta dice destinar para una pequeña franja de docentes.

Ni hablemos de las decenas de miles de millones que Fernández está negociando reconocerles a los fondos buitres por la deuda ilegítima. O los más de $60.000 millones que entregan en subsidios a la Iglesia Católica como principal dueña de colegios privados y los demás patronales, subsidios que proponemos eliminar y destinar a la educación estatal.

Mientras exigimos a la cúpula de CTERA y los gremios docentes que convoquen a instancias democráticas para definir las acciones para lograr estos reclamos, te invitamos a que participes el sábado 8 a las 16hs del 6º Encuentro Educativo Nacional, ONLINE. Como en los anteriores, será con modalidad Taller, con lectura previa de materiales para la formación y debate de un modelo social y educativo socialista en nuestro país y el mundo.

 

Francisco Torres

Alternativa Docente, ANCLA

Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática

MST en el Frente de Izquierda-Unidad

 

REFERENCIAS:

[1] Ministerio de Educación, 28 de julio, 2020. El Gobierno lanzó una línea de créditos subsidiada para que docentes puedan comprar equipamiento informático

[2] Molina, Melisa. Página 12, 30 de julio, 2020. Nicolás Trotta y el regreso a clases: “La presencialidad no será obligatoria”

[3] ARTÍCULO 9°.- Elementos de trabajo. El empleador debe proporcionar el equipamiento -hardware y software-, las herramientas de trabajo y el soporte necesario para el desempeño de las tareas, y asumir los costos de instalación, mantenimiento y reparación de las mismas, o la compensación por la utilización de herramientas propias de la persona que trabaja. La compensación operará conforme las pautas que se establezcan en la negociación colectiva.

[4] La Nación, 8 de mayo, 2020. Deuda. Se confirma que el único privilegiado es el FMI